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Petrochanka toca la pelotanka: del cambio climático de Anduva a la espera reacción ante la Ponferradina

por Denís Iglesias 5 noviembre, 2021
Georgie Dann - CD Lugo
Tiempo de lectura: 8 minutos

Uno no encuentra motivos para alegrarse cuando se entera de la muerte de Georgie Dann, artista que hizo feliz a la gente. Ese fue el leitmotiv de su obra, coronada por la invención y el mantenimiento de la canción del verano, un título que ha muerto sepultado en la expansión del autotune. Este intérprete francés fue uno de los adalides de la cultura popular, pero detrás de éxitos que seguirán tarareándose durante décadas hay un músico brillante formado en la escuela del jazz. Como referente de las masas, Georgie Dann también tuvo incursiones colaterales con el fútbol. 

La más reciente y notoria fue un tema que el compositor francés realizó con motivo del Mundial de Rusia. Su propuesta se basó en el rejuvenecimiento del casatschok, un melocotonazo de miedo, como diría El Fary, estrenado en 1969. Estaban por llegar aún sus grandes éxitos, pero aquella canción tenía el aire pegadizo que después trajeron estos. Hablaba de los inviernos al calor de la lumbre, animados por Petruska, una joven de ojos azules, y remeros por el Volga. Todo, con una copita de vodka. El reinterpretado himno del mundial recibió el nombre de «Buenrollinski» y era una apelación con todo tipo de juego de palabras a la amistad y a la alegría. Esta era su letra:

Eso es gol

Buen-ro-llo

Otra vez el Mundial ha llegado

Otra vez tenemos que animar

Buen rollinski en el campo y en la grada

Si no hay gol tendremos que cantar

De buen rollo en los bares y en las plazas

Si eso es gol nos vamos a bailar

Petrochanka toca la pelotanka

Como tú la sabes bien tocar

Venga va y corre por la banda

Centro, chut, remate y a bailar

Buen-ro-llo

Eso es gol

Un fotograma del ‘Buen Rollinski’ que protagonizó Georgie Dann con motivo del Mundial de Rusia de 2018.

Con esas terminaciones en ruso y con los ritmos de Georgie Dann todo suena menos grave, así que emplearemos este léxico para narrar en diferido lo ocurrido en Anduvagrado, donde el CD Lugo cayó preso de las tropas del Mirandés en un encuentro que podría haber supuesto un cambio de dinámica. Sin embargo, el conjunto albivermellovski encajó una derrotanka en la que insufló vida a un cuestionado Lolo Escobar, que puso en práctica la máxima por la que está destacando el Mirandés este curso: su efectividad ofensiva, que le bastó para derrotar a un CD Lugo que cuajó, probablemente, la peor segunda mitad de toda la temporada. 

El CD Lugo dejó hacer al Mirandés más ofensivo

«Éramos conscientes de que el rival podía hacer tres o cuatro goles y le hemos concedido demasiadas situaciones para correr con espacios. Hemos tenido nuestras opciones en un partido de momentos», admitía Rubén Albés tras un encuentro en el que los albivermellos lograron ponerse por delante en el marcador con un tanto de Carrillo. El delantero murciano está rozando la perfección en su cometido. Es el máximo anotador con cuatro dianas, con lo que ya ha igualado su mejor registro goleador en Lugo, que data de su primera temporada (2019/2020). Y lo ha hecho tras pasar por el quirófano y salir de la enfermería, que está siendo una auténtica carnicería.

El equipo visitante no supo defender el resultado. Amordazó la valentía y dejó que el partido se liberase para conceder un desenlace que se está manifestando en demasiados encuentros a domicilio. Aunque las sensaciones indiquen lo contrario, el club rojiblanco no gana fuera de casa desde el decisivo triunfo de Vallecas que le permitió alcanzar la salvación. La clave estuvo en el arranque del segundo tiempo, cuando el Mirandés salió en tromba, un modo de proceder conocido por cualquiera que haya visto un partido de los rojillos este curso. 

Carrillo cabeceó con contundencia un centro de Hugo Rama para hacer el primer gol del encuentro.

Todo empezó con una pérdida de balón de Señé, que tuvo un día aciago, quizá su peor jornada desde que fichó por el CD Lugo. El Mirandés aprovechó la carantoña y montó una contra letal que aprovechó un ex albivermello como Álex López para batir con precisión a Vieites. La historia del medio de Terrasa es uno de esos casos particulares del fútbol de plata. Vino al Anxo Carro para reivindicarse, cedido por el Espanyol. No encontró su sitio y no solo acabó yéndose del equipo lucense, también de su conjunto de formación, con el que había llegado a debutar en Primera. Fichó por el Mirandés y parece haberse olvidado de todo su pasado para ser una de las figuras sobre las que orbite el futuro de un club que por estructura y biografía reciente se asemeja al CD Lugo. 

La mala colocación de la barrera por parte de Vieites en el tercer gol

«No hemos tenido la solvencia suficiente. El Mirandés ha sido más efectivo y se ha aprovechado de nuestra organización defensiva, no es una responsabilidad de los defensas, sino un deber que va desde el portero, a los centrales, pasando por el trabajo de los mediocentros y del punta. No hemos sido capaces de soportarlo», expresaba Albés, descargando de responsabilidad a la jovencísima zaga lucense, que volvió a abrirse en canal en el segundo tanto del Mirandés, donde se produjo una brillante asociación de dos atléticos como Riquelme y Camello, que dibujaron la remontada en el marcador. 

«Cuando equipo tiene talento, sabes que no puedes fallar en determinadas cosas, como en las situaciones de ataque o en pérdidas de campo propio. Pero es complicado mantener el ritmo que llevamos durante 42 jornadas, con el nivel de bajas que tenemos ahora mismo», se justificó el entrenador vigués. En su mirada se reflejó un dictado que pronunció tras la primera victoria ante el Huesca y sobre la que se han ido construyendo los éxitos que esta temporada ha alcanzado el CD Lugo. Esta versaba sobre la necesidad de mantener la intensidad durante el tiempo que las piernas aguanten. Esta carta física se vio hasta la segunda mitad, cuando flaquearon las fuerzas en contra de los intereses albivermellos.

A pesar del paso atrás de los albivermellos, que permitió la remontada, Joselu aprovechó la endeblez defensiva del Mirandés para igualar

El Mirandés tiene tanto vigor delante como endeblez atrás, por lo que el CD Lugo pudo sacudirse el mal trago del segundo tanto con una igualada que firmó Joselu. Cualquier suma de los delanteros, sea cual sea el contexto, es positivo para el éxito colectivo. «Durante la semana hicimos hincapié en los centrales laterales y así llegó ese tanto», confesó el preparador del equipo amurallado. El empate nació en las botas de Jaume Cuéllar, que puso la asistencia para el delantero onubense, y sobre el que Albés tiene depositadas grandes esperanzas. Más si cabe, después de la lesión de Valentín. Pero lo peor estaba por llegar. En todos los sentidos. 

Anduva vio ganar de nuevo a su equipo con un tanto de los que causan tanta extrañeza que hay que buscarle justificación. Riquelme botó una falta lateral rasa, que desde la posición en la que fue ejecutada no debería entrañar mayor peligro. La mala colocación de la barrera sorprendió al propio Vieites, instructor de su muro, que se tiró por bajo. El balón salió escupido por el palo, rebotó en su espalda y los atacantes del Mirandés tuvieron un «El tercer gol… A veces hay que pagar peajes y en ello estamos para buscar el crecimiento individual», indicó al respecto Albés, cuyos pupilos aún tuvieron ocasiones para igualar la contienda. 

Instante en el que Riquelme ejecutó la falta lateral que permitió el tanto de Camello, el más rápido en el remate.

Raúl Martín González Francés. Ponemos un punto para que podáis leer sin ahogaros su nombre. El colegiado no vio penalti en un claro empujón sobre Lebedenko que habría concedido una oportunidad de gracia para los visitantes. Dicho esto, el árbitro perdonó la expulsión a Xavi Torres en un encuentro en el que todos los protagonistas bajaron su nota con respecto al duelo frente al Sporting que invitaba a la esperanza. 

El CD Lugo recibe a una SD Ponferradina consolidada

En la vorágine de la Segunda División no existe tiempo para pararse a pensar en lo humano y lo divino. El CD Lugo se encuentra ya a las puertas de un nuevo duelo. En casa, y frente a una Ponferradina (sábado, 16:00 horas) que vuela. La sociedad berciana es un ejemplo de proyecto deportivo y social, con un bloque de jugadores consistente donde reina la estabilidad. Desde el ascenso a Segunda División, el jefe de la nave lleva siendo el mismo: Jon Pérez Bolo, que además participa en la dirección deportiva. 

A esto hay que unirle una equilibrada gestión fuera del verde, centrada en la mejora de infraestructuras como el Toralín, que esta semana presentaba una cara que suele verse poco, pero que merece la pena mostrar: el vestuario. Un lugar para la unión que ha situado a la Ponferradina en los primeros puestos de la clasificación en el inicio del curso. La etiqueta de revelación no sirve, porque los blanquiazules ya completaron una magnífica temporada anterior. La SDP es un ejemplo de administración que está cerca en tiempo y forma de un CD Lugo que sigue presentando enormes carencias inmobiliarias. 

Como en cada previa, Rubén Albés expresó un parte de bajas que parece la lista de espera del Sergas. La baja que más llama la atención por la falta de evolución es la de Álex Pérez. El madrileño solo ha disputado siete minutos en lo que va de temporada. Realizó una pequeña performance ante el Fuenlabrada que sirvió para demostrar que su estado de forma estaba lejos de lo requerido para una pieza que se presentaba como fundamental. El ex jugador del Getafe, entre otros equipos, iba a cumplir presumiblemente con el rol de central de jerarquías, una vacante que dejó Frederico Venâncio y que desempeñaron otros futbolistas como Miguel Vieira o Mahieu Peybernes. Esta función fue clave en las agónicas permanencias del CD Lugo en temporadas anteriores. 

El CD Lugo, en pleno noviembre, sin dos de sus centrales

También estaba llamado a ser importante en este equipo Alberto Rodríguez, otro militante del eje de la zaga que tuvo que ganarse su fichaje por el fútbol profesional con una prueba en pretemporada. El central canario completó buenas actuaciones a los mandos de Albés, pero una pubalgia le ha mantenido fuera de juego, al igual que Álex Pérez, hasta la semana pasada, que por fin entraba en una convocatoria. Está lejos de tener ritmo de competición y aún no ha debutado. Aunque más preocupante es la situación de Álex Pérez, «pendiente de pruebas diagnósticas», según el preparador vigués, y con el que el equipo gallego «no podrá contar a corto plazo». 

La carestía de efectivos del CD Lugo en este inicio de temporada está siendo sangrante, pero haber alcanzado el mes de noviembre sin dos fichajes para una posición tan determinante es inédito. Más cercana parece la vuelta de Óscar Whalley, guardameta que se fracturó una mano a mediados de septiembre. Un regreso igualmente importante en una de las posiciones más discutidas hasta la fecha, con un debutante que está remando en función de sus posibilidades y creciendo como profesional, mientras se espera el regreso del perfil titular, incapaz de ofrecer la seguridad que demostraron los anteriores ocupantes del marco albivermello, una posición siempre bien guarnecida y desde la que se han ganado puntos.

Sebas Moyano controla avanza en un entrenamiento perseguido por el canterano Dani Vidal.

A tenor de las palabras de Albés, Sebas Moyano, que tampoco se ha estrenado aún con la camiseta albivermella, podría tener minutos pronto en un equipo que necesita cuanto antes que entren nuevos jugadores en liza, como se demuestra en el bajón físico que sufre en determinados momentos de cada partido que acaban condicionado el mismo. «Hasta ahora hemos sido capaces de puntuar después de derrota», se aferraba Albés en la rueda de prensa del encuentro, consciente, mejor que nadie de lo difícil que es remontar las malas dinámicas. Más ahora, consumida la primera parte del campeonato y donde empiezan a definirse las posiciones de la lucha abierta de esta categoría. Esperemos que Petrochanka -que sería un genial nombre para un jugador criado en ese barrio lucense- toque la pelotanka para dejarla en el fondo de las mallas de Ponferradinski, sacando una sonrisa a todos los camaradas que tirarán de oficio para acudir al Anxo Carro.

La ilustración principal es obra de Pablo del Valle. Prohibida su reproducción o difusión sin la cita del medio y del autor.

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