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Identidad, orgullo e ilusión

por Denís Iglesias 21 mayo, 2022
Celebración CD Lugo
Tiempo de lectura: 5 minutos

Esta última semana ha sido una de las más importantes en la historia reciente del CD Lugo. Días de reflexión y debate en los que se ha puesto en cuestión la identidad, el orgullo y la ilusión albivermellas. Todo a partir del anuncio de Rubén Albés. El entrenador que ha comandado un curso tranquilo dijo que se iba. No volverá, pero su rueda de prensa, dirigida a la afición, entre otros estamentos, va a quedar en el recuerdo. Ha supuesto un punto de inflexión en la caída libre del sentir general del CD Lugo.

Foto principal: cedida por Jon Vázquez. Adivina el partido y el resultado

La situación no admite maniqueísmo. El que quiera ver la compleja identidad de este club como un debate entre pasado y presente, entre mal y buen juego, en definitiva, entre la vida y la muerte, no entiende absolutamente nada de lo que es el CD Lugo. Detrás del club fundado en 1953 hay un montón de historias cruzadas. Todas tienen su importancia. Desde el socio de la Gimnástica Lucense hasta el que cayó en la ciudad por una cuestión laboral y decidió ir al Anxo Carro.

Partiendo de esa base, cualquier relato suma y contribuye a armar un álbum de recuerdos que a cada uno le sirve como argumento de su fe particular. Ser del CD Lugo no es fácil y a la vez es lo más sencillo que existe. No lo es, porque obliga muchas a autojustificarse y a recalcular siempre lo que cada seguidor se puede exigir a sí mismo y al equipo. Y es sencillísimo porque, tras una reflexión de no más de dos minutos, cualquier asume que será aficionado del equipo hasta el fin de sus días. No hay que añadirse más presión de la necesaria, aunque sí toda la exigencia del mundo.

¿Valora la afición del CD Lugo estar en Segunda?

Entonces, ¿valora la afición del CD Lugo estar en Segunda División? Esa fue la cuestión que Albés puso sobre la mesa en su adiós. La respuesta es un rotundo sí, porque la hinchada del Anxo Carro es un sujeto activo que, en mayor o menor medida, está siempre ahí. Hay un trastorno con los números que, debido al sistema en el que vivimos, de cifra sobre cifra, tiende a obsesionarnos. Es normal. Y eso nos conduce al segundo y peligroso supuesto: la crítica sin ninguna dirección.

¿Vamos a echar de menos a Albés? Mucho. Con la esperanza de que Álex Ortiz asuma la batuta del primer equipo, para un equipo como el CD Lugo será muy difícil encontrar a un entrenador que piense y se vea desde la grada. La experiencia del vigués fue y será un conocimiento aprovechable para las próximas generaciones de entrenadores albivermellos. Recreó un viejo clima de competitividad y supo minimizar las debilidades. Nuestro estilo de vida. ¿Es comprensible su ‘pasión en la maleta’? Lo es y dignifica el hecho de entregarse a cada experiencia hasta el desgaste emocional.

¿Se le puede exigir a este equipo estar por encima de lo que ha ocurrido esta temporada? Sí, por supuesto. El deseo de crecer es legítimo y forma parte de la buena salud de un club. Jugar a ser 17 es jugar al descenso. ¿Puede pitarse a un grupo de jugadores por lo sucedido en el último mes de campeonato? No, rotundamente. El que ha llegado hasta aquí y cree lo contrario se amparará en la libertad de expresión. Para fijar unos puntos de consenso, vamos a recurrir a otro lenguaje tan universal como el del fútbol: las relaciones personales. A nadie le gustan las escenas en público, porque lo único que aportan es un foco de conversación para terceros.

El que no haya discutido con un buen amigo o con su compañero de vida, directamente, o está mintiendo, o no entiende cómo funciona la vida

Pero el que no haya discutido con un buen amigo o con su compañero de vida, directamente, o está mintiendo, o no entiende cómo funciona la vida. No hace falta ocultar que tenemos la tendencia a pagar las cosas con los que más queremos. Los que, desde la confianza, nos ponen todo fácil para cubrirlos de reproches. Después, el arrepentimiento y un abrazo conciliador. Esta tensión es imprescindible. No hay mejor asunto que entrar en un callejón de contradicciones. Siempre saldrás reforzado.

Enemistades digitales y marcas blancas

Así pues, se puede querer al club por encima de todo, reprochar a los jugadores cierta falta de compromiso, aceptar las consideraciones de Albés, rechazarlas por completo, rebelarse contra el buenismo, discutir, corear el nombre del que se esfuerza, querer darle una colleja a tu compañero desmedido de grada y querer invitar a todo el estadio. El problema es que todo este proceso natural de cambios de humor y del sentido común se expresa en redes sociales como si de una patada en la espinilla se tratara. O peor, como un vómito. Y se crean enemistades que nada tienen que ver con la realidad, salvo casos de elementos dañinos para el ser humano, como cuestión general.

Se puede estar en contra de la gestión de la actual presidencia y creer en un giro corrector? Se puede y se debe

¿Se puede estar en contra de la gestión de la actual presidencia y creer en un giro corrector? Se puede y se debe. Así como es lícito perder cualquier esperanza con que esto suceda. No es ser posibilista, es pensar en tu club por encima de todas cosas. Incluso más allá de una administración que es un auténtico desastre social. Y lo es por no haber siquiera generado el debate que se ha producido estos días y por intentar uniformizar una identidad tan compleja como la nuestra en el formato de cliente / seguidor electrónico. Ser del CD Lugo ni siquiera es ir cada domingo al estadio. Es mucho más que eso.

Es evidente que el proceso detrás de la generación de una marca blanca en forma de SAD ha provocado una falta de voluntad y protesta que no debemos permitirnos

Lo voy a decir muy alto y claro, sin miedo a equivocarme. Lo mejor que tiene este equipo es su afición. La que estuvo en Tercera, en los frustrados ascensos y en la apatía que genera a veces el producto cosificado del fútbol profesional. ¿Es normal que haya permanecido sedada? Es evidente que el proceso detrás de la generación de una marca blanca en forma de SAD ha provocado una falta de voluntad y protesta que no debemos permitirnos. La masa social siempre ha estado por delante del club. En todos los procesos. Muy por encima de lo mínimamente exigible.

Pero el ejercicio de una voluntad uniformizadora, bajo lemas encapuchados, nos ha condenado, temporalmente, a vivir en una envoltura tóxica que no sirve de nada. Se terminó. Albés no tenía razón, aunque sí todo el derecho de atizarnos. Y se lo vamos a hacer saber. No hay que perder más tiempo en pensar en los que no están y sí reforzar los vínculos con los que hoy, en muchos casos, son nuestros amigos. El fútbol no es el deporte más popular por su sistema de juego o modelo de negocio, lo es por su componente social. Es un infalible constructor de identidad. Y nadie, absolutamente nadie, puede dar lecciones sobre cómo ser de un equipo. El CD Lugo somos nosotros. Reconstruyamos nuestro orgullo, ilusión e identidad.

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