Ángel Dealbert (Benlloch, 1983) es un ejemplo de profesionalidad. Lo demuestra en cada frase. El que fuera jugador del CD Lugo ejerce ahora como director deportivo del CD Castellón, el equipo de su vida, cuya camiseta defendió durante muchos años en el verde. Ahora ha trasladado su defensa a los despachos. Se lo ha tomado muy en serio hasta el punto de que forma parte del accionariado del club Orellut junto a Pablo Hernández. Uno de sus compañeros en el Valencia, castellonense y aún en activo en el Leeds United.
Dealbert llegó a Lugo en 2015 después de una aventura en el extranjero con dos destinos exóticos: Rusia (Kuban Krasnodar) y Emiratos Árabes Unidos (Baniyas). Un itinerario que a día de hoy no considera demasiado acertado pero del que no reniega. Antes, un magnífico periodo con el Castellón y tres temporadas en Valencia de Unai Emery. “Quizás, al irme, dejé de disfrutar varios años más en Primera División”. En la ciudad amurallada, de la que guarda un grato recuerdo, disputó dos temporadas con desigual protagonismo. En la 2015/2016, titular indiscutible con Luis Milla, cuya destitución prematura es incapaz de explicar.
Dealbert valora el esfuerzo hecho por su sucesor, José Durán, que pasó de entrenar en Preferente a asumir un rol protagonista en un equipo de fútbol profesional. Tras finalizar su etapa en Lugo volvió a casa para rescatar del ostracismo al Castellón. Su vinculación blanquinegra tuvo un paréntesis por un cambio en la propiedad en la que central descolgó las botas para ayudar al equipo de su pueblo, el CD Benlloch de Segunda Regional. Ahora sigue disfrutando del fútbol, pero desde un papel directivo. Y lo hace con éxito. El inicio castellonense no ha podido ser mejor. Con un equipo hecho con recursos pesados al gramo pero con mucho sentido. Basado en la continuidad del técnico Óscar Cano, parte del bloque ascensor y refuerzos que mezclan juventud y veteranía.