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Carta abierta al “míster” Durán

por Daniel Martínez Baniela 4 marzo, 2016
Tiempo de lectura: 4 minutos

Buenos días, estimado señor:

Creo que no nos conocemos, así que permítame presentarme. Mi nombre es Dani Baniela, soy aficionado, abonado y pequeño accionista del Club Deportivo Lugo. Además, escribo en la web Lugoslavia 11010, un sitio dedicado a la información, análisis y opinión del club lucense. Aunque no soy de la ciudad, llevo largo tiempo como aficionado fiel del equipo de esta urbe en la que resido desde hace años.

Aunque reconozco que mi primer acercamiento al club fue más por curiosidad que por pasión legítima del nacido en estas tierras y que ama al equipo de su ciudad, llevo con orgullo el hecho de que el Lugo fue, poco a poco, ganando espacio en mi corazón hasta convertirse, por derecho propio, en un equipo al que siento como propio y que me duele y me alegra, según como vengan dadas, tanto como al más lucense de los lucenses. Llevo su camiseta y sus colores allá donde voy (aún recuerdo con una sonrisa cuando un griego en la isla de Santorini reconoció nuestra elástica, aquella Umbro del año del ascenso) y, si bien no de nacimiento, me llamo a mi mismo lucensista con todo el orgullo que cabe dentro de esa palabra, que no es poco.

Hay cosas del corazón que la razón no entiende, y los años en Segunda B, el ascenso y estos años en la categoría de plata me han sabido a gloria, a disfrute y, porque no decirlo, a un sentimiento de pertenencia a la familia rojiblanca de la que hoy me siento, orgulloso, un miembro más.

Le escribo porque me imagino que estos días serán para usted especiales. Le ha tocado saltar al ruedo de la Segunda División, debut con picadores creo que se dice en la jerga taurina que desconozco, de improviso y sin las paradas intermedias que se suponen a la normal evolución de un entrenador. De repente ha pasado de entrenar a los juveniles a encontrarse en la élite del fútbol español, porque sí, la Segunda también es élite, no solo de Liga de las Estrellas se alimenta el orbe futbolístico nacional.

Me lo imagino a estas horas previas a su debut en el Anxo Carro (ya se que fue entrenador anteriormente del Lugo, pero eran otras circunstancias y otra categoría) entre nervioso e ilusionado, con ganas de ganar en su estreno ante los suyos (ante nosotros), donde además pesa una racha que empieza a preocupar a la parroquia que cada quince días baja al estadio. Además, le toca en suerte un rival que no va a facilitar las cosas, ninguno lo hace, pero el Osasuna es un equipo con nombre de Primera y garra de Champions que mira hacia arriba con la intención de volver por sus fueros y que a buen seguro va a venir con ganas de hurgar en nuestra herida casera. Un debut de campanillas, para seguir con el argot de los ruedos.

JOSÉ DURÁN

Me gustaría, si me lo permite usted, pedirle unas cuantas cosas. Puede parecer atrevido, pero esté seguro de que, si me las concede, redundarán en su propio beneficio. La primera de ellas, simplemente, que no se achante. Que sea valiente, que sea usted mismo. Que no le tiemble el pulso ni a la hora de tomar decisiones ni a la hora de imponer su estilo, ya sea de juego, de entrenamientos o de lo que sea. No hay nada peor que trabajar con las ideas de otro. Le he escuchado decir que va a seguir abundando en el trabajo que se venía realizando por su predecesor y me parece bien si eso es lo que cree correcto, pero no dude en introducir todas las variaciones que considere necesarias. Al éxito llegan los valientes, no los conformistas, y usted está ante una ocasión única de reivindicarse ante los que dudan. Adelante con atrevimiento, con valor y con valentía, repito. Tome sus decisiones. Usted manda.

También le voy a pedir paciencia. Ni la Muralla se hizo en una hora ni a Setién lo corearon en su primer partido. Piense que su historia está aún por escribir, pese a los servicios prestados anteriormente como jugador o entrenador al club. Los aficionados tenemos, últimamente, la paciencia bastante limitada, lo reconozco, y los nervios a flor de piel. Tenga, pues, paciencia si a alguien se le escapa un pito o un abucheo (ojalá no, nunca me cansaré de decirlo). Cabeza fría y confianza en su trabajo, eso es lo que necesitamos.

No le tiemble el pulso (vaya, otra vez la valentía) si tiene que tomar alguna decisión aparentemente impopular. Al final lo que valen son los puntos, no quien los consigue. Sea duro, pero sea justo. Que juegue quien, a su entender, lo merezca. No se hipoteque ni con nombres, ni con nóminas ni con DNIs. Le diré que lo que queremos ver en el campo son jugadores comprometidos y, si bien nadie está bajo sospecha, la meritocracia debería ser un principio fundamental en su gobierno de la plantilla.

TONI OTERO CD LUGO

Por último, no quiero abusar, sea usted consciente de lo que tiene entre manos, aunque no me cabe duda de que lo es. La permanencia está cerca, pero hay que conseguirla. No venda la piel del oso antes de tenerlo cazado, rematado y despellejado y bien curtido su pellejo. No miremos hacia arriba hasta que hayamos asegurado lo de abajo. Lleguemos a los cincuenta puntos y entonces, solo entonces, pensemos en los sesenta, los setenta o los que podamos. Créame que podemos vivir otro año en Segunda, ¡estaremos encantados de ello!, pero no soportaríamos, ni la afición ni la institución, un descenso al pozo de la B. No se presione con ello, pero tampoco lo olvide. Nuestra historia está, como la suya, por escribir, pero hagámoslo poco a poco, y el balón proveerá del resto.

Nada más. Espero que no le haya importunado mucho y que sepa disculpar mi atrevimiento. Permítame, finalmente, desearle la mayor de las suertes en su empeño, porque suerte será, como siempre, la nuestra. Muchos éxitos, mucho ánimo y adelante. Confiamos en usted. Dele duro.

PD: Le he tratado de usted por aquello de la poca familiaridad, pero no dude que en breves, aún sin permiso, le tutearé. En las familias, ya sabe, hacemos así.

Muchas gracias y un saludo.

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