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El ‘Caballero’ albiceleste que no debe ser turista

por Denís Iglesias 4 febrero, 2015
Tiempo de lectura: 3 minutos

El mercado de invierno sirve para descongelar las ilusiones, siempre y cuando el club tenga capital suficiente para encender con varios jugadores los objetivos que se apagaron en la primera vuelta. En el caso de un club modesto como el Lugo, el período de traspaso de enero sirve para parchear ciertas posiciones. El cierre del tiempo de intercambios trajo para los lucenses la incorporación de tres jugadores. Dos hombres de banda como Seoane (Deportivo) y Toni (Sporting Kansas City) y un delantero, Pablo Caballero (Ferro Carril Oeste). Las tres altas responden a las múltiples necesidades que tiene un equipo al que le está faltando estrategia, fuerza y entrega en los últimos tiempos.

Los escasos 30 goles a favor que presenta el equipo dirigido por Setién son una muestra de su falta de efectividad. A diferencia de años anteriores, el Lugo no ha encontrado el gol en ninguno de sus tres delanteros. David Aganzo (11 partidos, tres goles) está en un nivel de forma que le impide ir más allá de fogonazos ocasionales. Luis Fernández (14 goles, tres goles) vio cortada su progresión con una lesión. Y Lolo Plá (16 partidos, dos goles, más uno en Copa) no ha pasado de actor secundario en un varios partidos.

Caballero (1,91 metros) llega como un nuevo competidor en la faceta atacante. Se trata de un jugador espigado, al uso de otros avanzados que vistieron la camiseta rojiblanca como el delantero del Betis  Enzo Rennella (1,88 metros) o el ariete del Kitchee hongkonés Juan Carlos Belencoso (1,88 metros). A priori, las referencias de este nuevo delantero argentino son nulas. Quien afirme lo contrario bien podría recibir el título de Maldini lucense. Caballero proviene del mismo equipo que Diego Tonetto, extremo que militó en el Lugo durante la campaña 2012 / 2013.

El albiceleste viene, al igual que su compatriota, con un vídeo de Youtube debajo del brazo. Un documento audiovisual en el que se le ve anotando un gol detrás de otro con la camiseta de varios equipos argentinos. A tenor de sus guarismos, los 26 tantos que ha anotado en los más de 100 partidos que ha disputado, bien podrían caber en un cortometraje. Las dianas semejan obras de arte gracias al tono excitado de los locutores argentinos, magos de la locución que convierten cualquier jugada en una épica línea de la historia del fútbol. Caballero se formó como jugador en el Racing de Avellaneda, un club en el que estuvo desde 2007 hasta 2011. Disputó 41 encuentros con la casaca racinguista, en los que fue capaz de anotar 6 goles. Pero su mejor temporada transcurrió en Club Almirante Brown, escuadra bonaerense donde recaló en la campaña 2012 / 2013, curso en el que anotó la nada desdeñable cifra de 10 goles.

Esta buena campaña le permitió dar el salto al fútbol chino. El Qindao Jonoon FC, de la Superliga china se hizo con sus servicios en el 2013. Pero esta aventura duró poco y un año después decidió regresar a casa para ingresar en las filas del Ferro. De Caballero se espera que pueda mejorar la capacidad rematadora de un Lugo que posee buenos centradores. Cualquier suma en ataque es bienvenida en un club al que le cuesta anotar sangre, sudor y lágrimas (de sus aficionados).

La tarea de la adaptación

El primer reto que tendrá que superar el argentino será el de adaptarse a un fútbol físico y de mayor ritmo que el de Argentina. Sobre todo si se compara con la Primera Nacional B, una categoría inferior a la Liga Adelante. Las comparaciones con Tonetto, con el que comparte origen y equipo, hacen que uno se muestre cauteloso acerca del proceso de adaptación. El equipo rojiblanco precisa más un resolutor que un recambio en la delantera. Las claves del éxito de jugadores como Rennella u Óscar Díaz vinieron dadas por la necesidad y la continuidad. La escasa de evolución del esquema de Setién ha provocado esta temporada que los equipos prevean las armas de un Lugo que otrora maravilló a la audiencia con su fútbol de toque.

En una entrevista concedida a Goal.com, Caballero contó que su experiencia en China le abrió las miras. Del día a la mañana, el jugador recorrió los más de 20.000 kilómetros que separan Buenos Aires de Qindgao. En esta pieza, el delantero cuenta que no creció en lo futbolístico y que se centró más en la faceta turística. Esta tendencia de ciertos jugadores a vagabundear por el Mundo en busca de nuevos destinos es un peligro que los clubes humildes asumen con resignación. Caballero alegó cierta falta de presión en un fútbol con el chino, que nada tiene que ver con la pasional concepción del deporte argentino. La grada lucense tampoco tiene nada en común con la china o la bonaerense, pero repele, como cualquier docto en fútbol, al jugador falto de compromiso. Al viajero errante que solo busca rapiñar unos billetes para seguir adelante. Así que a Pablo le tocará hacer honor a su apellido.

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