Ya hay que tener ganas de ascender a Primera División para ir a jugar a Lugo en febrero, con el frío que tiene que hacer allí. Ves las imágenes durante la semana del campo cubierto de nieve y las previsiones meteorológicas para el domingo, y dan ganas de simular una gastroenteritis para pasar el fin de semana con la manta en el sofá. Pero no, la Unión Deportiva Las Palmas Palmas – o ¡¡¡El Las Palmas!!! Como dirían los intelectuales de La Voz de Galicia – este año lo quiere ganar todo y allá van esos valientes a la ciudad de la muralla a pasar frío.
Será un grupo de canarios vestidos de amarillo, con manga larga y echando humo por la boca, sí, pero todo sea por lograr el ascenso cuanto antes y no tener que llegar al último segundo del último minuto del último partido de la temporada para ver como unos malnacidos saltan al campo y lo joden todo. Al menos este año se están quitando las pistas del atletismo para poner nuevas gradas y si a alguno se le ocurre saltar igual se revienta la cabeza con una grúa. Pero por si acaso, hay que ir sumando de tres cada jornada para no llevarnos un disgusto.
Por eso nadie se raja en el viaje a Lugo y por eso todos quieren estar. Cada partido es una oportunidad de demostrar a Paco Herrera que fulanito es mejor que menganito para jugar en tal posición aunque menganito se mate a correr en los entrenamientos para que fulanito no le quite el puesto. Si, además, tanto fulanito como menganito son buenos, la teórica disyuntiva se convierte en un bendito problema para el entrenador.
Y como lleva siendo así desde hace varias semanas, no hay quien diga con total seguridad el once titular que vaya a jugar el domingo en el Ángel Carro. Javi Castellano – el mejor mediocentro del mundo – juega seguro pero, de ahí en adelante, hay más futbolistas con posibilidades de entrar en la alineación que personas en un mitin de Pablo Iglesias. A saber, tienen opciones de jugar: Roque Mesa – Ojo con el mejor jugador del mes de enero según la Liga – Vicente Gómez, Culio, Jonathan Viera, Valerón, Nauzet Alemán, Momo, Sergio Araujo y Alfredo Ortuño. Poca cosa, ¿eh? Pues allí van todos esos valientes a pasar frío a un Estadio en el que da miedo jugar.
Da miedo porque Setién, aún en sus horas más bajas, es más listo que el diablo y siempre hace sufrir a Las Palmas. Da miedo porque Pita y Seoane son unos pesados que no paran de pasarse la jodida pelotita una y otra vez hasta cansar al personal. Y que haya un equipo capaz de quitarle el balón a Las Palmas asusta, porque no es habitual, pero también puede significar que Lugo se envalentone, vaya hacia arriba y deje espacios atrás. Dale metros a Araujo y sale con el Balón de Oro bajo el brazo al final del partido y con los dedos congelados.
Honor a los que viajan, jugadores y aficionados – que los habrá, pues no hay un solo estadio en el que no veas a un hombrecillo con su camiseta amarilla orgulloso de sus colores -. Hay que tener ganas de ascender para ir a Lugo en pleno febrero.