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La enésima victoria de Iván Pérez

por Iván Rolle 12 febrero, 2015
Tiempo de lectura: 4 minutos

Este domingo Iván Pérez, ex CD Lugo, volvió a sentirse futbolista. Se enfundó la histórica casaca del Compos, el equipo de su ciudad y en el que ya militó su padre, y disfrutó de los 18 últimos minutos del enfrentamiento entre los santiagueses y la Unión Deportiva Logroñés en Las Gaunas. Que disfrutó, se supone, aunque saltó al verde con 1-2 para los suyos y despidió el encuentro con un amargo empate a tres, después de que en el minuto 84 el marcador reflejase un 1-3 favorable a los gallegos. El tiempo de disfrute y diversión para los hombres de Iñaki Alonso ya casi había tornado en sufrimiento y miradas perdidas a un reloj que parecía no avanzar cuando Iván Pérez entró al campo. Pero, probablemente, no para él, quien tendría que esforzarse para reprimir una sonrisa de oreja a oreja. Y es que lo había vuelto a conseguir. Iván Pérez ha vuelto a vencer a sus males, a acallar las bocas de aquellos que lo daban por retirado; ocho meses y un día después de su último encuentro, Iván Pérez confirmó que tiene cuerda para rato.

Hacía ocho meses y un día que Iván Pérez no se calzaba las botas y hacía lo que mejor sabe hacer: pegar patadas a un balón. Hace justo ese tiempo, el 7 de junio del 2014, el santiagués disfrutó de sus últimos minutos como futbolista del CD Lugo. Setién lo sustituyó en el 83, pero ya había tenido tiempo a poner un regalito al saque de un córner para que Carlos Pita convirtiese el único gol del partido. Un tanto, en aquella última jornada liguera, que, por cierto, valía la salvación lucensista y el descenso de su rival ese día, el Mirandés (conjunto que finalmente se mantendría en Segunda por esas cosas que solo pasan e España).

Setién lo sustituyó en el 83, pero ya había tenido tiempo a poner un regalito al saque de un córner para que Carlos Pita convirtiese el único gol del partido.

Pocos días después, su técnico, Quique Setién lo informaba de que no iba a recibir una propuesta de renovación por parte del club. Una noticia que pilló en offside tanto a la afición, de la que se había ganado un gran cariño gracias a su buen hacer en el campo, como al propio futbolista.

Iván Pérez y el CD Lugo

Era solo un palo más a un futbolista cuya carrera ha estado marcada por los infortunios. A sus 30 años, le ha tocado vivir un nuevo dèja vu. Hace tres campañas, el jugador, sin equipo, hizo pretemporada con el CD Lugo, mientras esperaba unas ofertas que nunca acabaron de llegar. En enero llegó a un acuerdo con el conjunto rojiblanco. Vestiría su camiseta durante tres campañas y en todas ellas acabó por ser transcendental en la salvación del equipo. Ahora, también entrenaba desde la pretemporada con el Compos y, por fin, le han hecho ficha. Iván Pérez está llamado a ser la guinda del pastel en un equipo que sueña con disputar el playoff de ascenso a la Segunda División.

Sin embargo, la desafortunada historia de Iván Pérez se remonta a mucho antes, concretamente al día que decidió abandonar el Laracha para probar suerte en el filial del Deportivo de la Coruña. El suyo es un caso extraño en un jugador con unas condiciones técnicas innatas y del que cualquiera que lo conozca puede atestiguar que tiene los pies en el suelo. Esas dos grandes virtudes llevaron a Miguel Ángel Lotina a fijarse en ese mediapunta bajito y que ya comenzaba a asomar calvicie. El técnico vasco lo subió del Fabril y comenzó a darle la alternativa con cierta asiduidad en el conjunto coruñés de Primera División. Sin embargo, tras un gran inicio, poco a poco fue perdiendo protagonismo después de varias lesiones -otro de los grandes traumas de su carrera- y en la 2010/2011 probó suerte con una cesión en la Ponferradina, que por entonces militaba en la Segunda División.

Iván Pérez durante un partido del CD Lugo. Lugoslavia.

Iván Pérez durante un partido del CD Lugo.

En el Bierzo vivió un año de luces y sombras. Más de lo segundo, pues su equipo acabó bajando. Y a su vuelta a A Coruña, ya preparado para afianzarse en el primer equipo, lo esperaba Oltra. Realizó la pretemporada con el Dépor, pero a escasos cinco minutos del cierre del mercado de fichajes (31 de agosto de 2011), Lendoiro lo dejó en la calle, sin equipo ni posibilidad de encontrarlo antes de que se cerrase el mercado de fichajes.

El santiagués acabó recalando en el Montañeros. Allí le permiten sacar a la palestra sus condiciones balompédicas. Luce y mucho. Pero lo colectivo no acompaña y el Montañeros desciende a Tercera. No solo eso, pues la directiva del equipo coruñés decide liquidarlo e Iván Pérez se queda, de nuevo, sin equipo. Es entonces cuando el CD Lugo se cruza en su carrera y el resto ya es historia.

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