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El “B”

por Daniel Martínez Baniela 13 agosto, 2014
Tiempo de lectura: 3 minutos

Estimados amigos y vecinos, correligionarios todos del CD Lugo. Si yo, en un alarde de originalidad y fantasía creativa os digo la letra B, ¿en qué pensais? ¿Qué es lo primero que se os viene a la cabeza? A algunos se les pasará por el gerolo la imagen de Bárcenas, a otros la de Pujol, e incluso habrá quien pensará en el Tano Pasman gritando “¡¡Estamos en la B!!” mientras ve desconsolado como su River del alma desciende. Yo, hoy, voy a hablaros del B. Si, en masculino, el B. El inexistente CD Lugo B.

Supongo que todos vosotros, avispados lectores, estaréis al tanto de los últimos movimientos del fútbol base rojiblanco. Este verano hemos ido viendo como jugadores que despuntaban en las categorías inferiores del Lugo se han ido buscando las habichuelas lejos de la ciudad amurallada. Keko Vilariño, perla de la cantera lucense, ha mudado su fútbol al Levante B, dejando a los lucenses sin su calidad y a una novieta en Twitter desconsolada ante la partida de su amor. Tres cuartos de lo mismo ha pasado con el hijo de Setién, Laro, que tras pasar unos días a prueba en Burgos se va definitivamente al Racing de Santander, haciendo bueno aquel dicho de que se rifa un carro y siempre le toca a la hija del dueño. Otros jugadores que completan su edad juvenil se encuentran participando en la pretemporada, como el caso de Manu Ascariz, aunque sin conocer aún su futuro.

Porque ese es el problema que condena a una inexorable fuga de talentos del cuadro rojiblanco a otras latitudes: la falta de un filial, un Lugo B que pueda absorber a aquellos jugadores que cumplen su edad juvenil y aún están verdes para jugar en Segunda División y a la vez, porque no, atraer alguna figura en ciernes de otras latitudes. Esa ausencia de ese escalón intermedio que permita a los chavales que así lo merezcan foguearse frente a equipos con un empaque físico superior y les inicie en las picardías del fútbol de competición lastran el (buen) trabajo que me consta se está realizando en la cantera del Lugo. ¿De qué sirve trabajar desde benjamines con los guajes (soy asturiano, qué pasa) si no van a tener una continuidad más allá de juveniles? Y lo que es peor, ¿está invirtiendo el Lugo en formar a unos chicos para que el día de mañana se vayan a otro lado?

En este tema se me viene a la cabeza el pintoresco, y algo triste, caso de Niqi Endurit, ¿os acordáis? El chaval venía con la vitola de ser “el Messi de los Balcanes” (si, eso lo leí yo en un diario, tal vez podríamos pedir derechos de autor a los que le llaman igual a Halilovic el del Barça), intercaló entrenamientos con el primer equipo y partidos con el juvenil, pasó un año, Setién lo sacó en pretemporada contra el Mallorca… y fin. El pobre Niqi ya no tenía edad juvenil y tampoco estaba para el primer equipo. Resultado: el chico hizo las maletas, abandonó su habitación de la Bríos y nunca más se supo. ¿Era bueno el chico?¿Era un matao? ¿Valía?¿No valía? Eso jamás se sabrá, pero qué bien nos habría venido un Lugo B para descubrirlo…

Ya, ya, que os veo venir. Ahora es cuando me cortáis el discurso y me decís que un equipo B hay que mantenerlo, a esas edades a los rapaces ya hay que pagarles y tal y Pascual… No os quito la razón, pero reflexionad sobre esto: si tuviésemos un equipo B, un filial o como carallo le queráis llamar, ¿habríamos necesitado pagarle la ficha al amigo Juanjo la temporada pasada?¿Queréis decirme que no habría un delantero que hiciese lo que él hizo, o incluso algo más, ya que lo que Juanjo hizo lo hago yo en la Liga de Veteranos todos los fines de semana? ¿No saldría un chaval, como Ascariz, del que tirar para dar descanso a Manu alguna vez? ¿Un tercer portero que evitase el fichaje de Serantes?…

Entiendo que un filial del Lugo no iba a ser el Barça B ni el Castilla, no soy tan pardillo, y que posiblemente los que de verdad despuntasen se acabarían yendo, antes o después, a equipos de mayor fuste, esa es la desgracia de las canteras de los modestos, pero incluso en ese caso podría sacarse algún rédito económico (si a Mouriz se le quita el vicio de regalar jugadores). Puede que sea una idea irrealizable económicamente, que no haya campos para que dos equipos jueguen (aunque el del Ceao podría llegar a utilizarse), y tampoco sería necesario que el equipo estuviese en Segunda B, con tenerlo en Tercera o donde llegase sería suficiente, lo importante sería que los chavales pillasen ritmo de competición frente a rivales con un mínimo de competencia. Ojalá se valore desde el club. No sería, ni mucho menos, una idea descabellada, fichar a Juanjo si lo fue.

Foto: TL de Keko Vilariño

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