Crónica

Otro fútbol es posible

por Javier Folgueira Lozano 14 abril, 2018
Tiempo de lectura: 6 minutos

El Lugo encadenó su tercera derrota y su cuarto encuentro sin marcar consecutivos frente a un Numancia claramente superior y que bien pudiera ser un espejo en el que mirarse para los albivermellos si quieren sobrevivir en ese otro fútbol que se aparta de la corriente de los “grandes”.

Un enfrentamiento entre Numancia y Lugo nunca es un partido más, y no lo digo por aquel legendario 6-6 de tiempos de Setién, si no porque se trata de un partido de fútbol de los de toda la vida, de los del fútbol de provincias, un encuentro en el que se ven las caras dos equipos de los que tienen estadios pequeñitos, de los que no llegan a la decena de miles de espectadores, de dos provincias más o menos apartadas de los grandes acontecimientos y las portadas de los periódicos. En definitiva, un encuentro de otro fútbol, del que apenas ocupa unos párrafos en el Marca u los otros diarios “deportivos” (si limitamos la palabra deporte a unos pocos equipos de una competición concreta).

Los lucenses no supieron hacer frente a un fútbol directo y muy bien estructurado

El del Numancia no es “otro fútbol” solo en el aspecto de la comparativa con los grandes clubes nacionales, también lo es en el planteamiento sobre el terreno de juego. En un tiempo en el que el toque en la zona medular parece la única fe verdadera, los de Jagoba Arrasate proponen otra cosa. Su fútbol es pura verticalidad y juego directo. Se basa en una solidez defensiva ejemplar y en los lanzamientos en profundidad hacia los extremos. Sin pases intermedios, sin florituras. El centro del campo es únicamente una parcela de terreno por la que se conduce el balón camino del ataque o que queda bajo el propio esférico cuando éste lo rebasa por el aire.

Ojo, que nadie se llame a error pensando que el párrafo anterior es una crítica al juego del Numancia. Simplemente es otra forma de entender el fútbol. No es un estilo de juego rácano, que busca el 0-0 y el gol de rebote. No se enredan en pérdidas de tiempo, ni marrullerías. Salen al campo a hacer su juego y a ganar el partido y lo hacen muy bien. Puede gustar más o menos este estilo directo del Numancia (a mi en particular no me disgusta en absoluto aunque prefiera otros), pero  lo que es indudable es que los lucenses no supieron hacer frente a un fútbol directo y muy bien estructurado, de una sencillez apabullante: balones a las bandas, centros laterales y remate a puerta. Y si no puede ser y el balón llega a la frontal, disparo a puerta sin miramientos.

Es otro fútbol que evita el toque intrascendente. Cada toque de balón busca la portería contraria y el gol, y ante este fútbol tan directo, cada despiste es mortal, y el Lugo tuvo unos cuantos, y muy graves. No fue en la primera parte, en la que los albivermellos salieron con ganas, demostrando que no daban la temporada por finiquitada aún. Un breve intercambio de ocasiones, pero todas ellas de escaso peligro. Nada más reseñable en una primera mitad en la que el juego no fue malo, pero los sorianos no atinaban a rematar con claridad y el CD Lugo era incapaz de crear ocasiones de peligro.

Si además se abandona todo marcaje en la banda derecha a la salida de un saque de banda y se permite al rival centrar con tiempo de sobra para ajustar el punto de mira, el resultado es inevitable

En la 2ª parte cambiaría la cosa y es que, como ya hemos dicho antes, ante este tipo de juego, cada error es fatal. El Numancia dominaba por completo y llevaba el juego a su propio terreno, con muchas internadas en profundidad y poco o ningún acercamiento de los lucenses a la puerta de Aitor Fernández. El único reseñable, un desmarque en profundidad de Azeez que terminó en parada del meta rival. Una jugada que apenas se ha visto en los de Francisco este año, y es que ese pase final que deje desmarcado al delantero es la asignatura pendiente desde el inicio de curso.

Por contra, el Numancia sí tenía ocasiones claras. Los centros laterales casi siempre encontraban rematador, ya fuese en Guillermo o en Higinio (hasta en los nombres de sus delanteros recuerda el Numancia al fútbol clásico) y así las cosas, era cuestión de tiempo que uno de sus remates acabase en el fondo de la red. Si además se abandona todo marcaje en la banda derecha a la salida de un saque de banda y se permite al rival centrar con tiempo de sobra para ajustar el punto de mira, el resultado es inevitable: el 1-0 para los locales. No sabemos si el marcaje correspondía a Leuko, el propietario de esa banda, o a Fede Vico, el jugador más próximo al centrador, pero es indudable que la falta de atención en el marcaje propició que el centro llegase al rematador en óptimas condiciones, algo inexcusable si se quiere pelear con los de arriba en el fútbol profesional. En el segundo desajuste, el centrador contaba aún con más tiempo, al ser un saque de falta lateral, pero el despiste vino en el marcaje al rematador. Higinio, el mayor peligro hoy del rival, remataba completamente solo tras dejar atrás a Seoane en el marcaje. Dos centros laterales, dos remates de cabeza y dos goles.

Hasta 4 delanteros centro distintos ha probado el Lugo esta temporada y ninguno ha dado resultado, tal vez porque el verdadero problema es que a ninguno se le ha logrado hacer llegar el balón en condiciones de remate

Parece fácil, pero hay que tener muy claro a qué se juega y organizar un equipo para ello. Por ejemplo, con Mario Barco fuera del equipo y sin extremos con capacidad para centrar más allá de Iriome y los “fogonazos” de Albarracín, es imposible jugar a eso. El problema es que, en ataque, no se sabe a qué juega el Lugo. Se ha puesto mucho énfasis en el bajón defensivo del equipo por las bajas de Miquel y Campabadal, pero lo cierto es que echando la vista atrás el verdadero problema ha estado en el remate. Hasta 4 delanteros centro distintos ha probado el Lugo esta temporada y ninguno ha dado resultado, tal vez porque el verdadero problema es que a ninguno se le ha logrado hacer llegar el balón en condiciones de remate, ni con centros laterales, ni con balones en profundidad, ni con jugadas de toque. Cuesta mucho recordar un gol esta temporada que no fuese fruto de un balón parado, un rechace o una llegada desde mediocampo. La consecuencia es que, en un equipo en el la verdadera carencia estaba en el remate, la buena defensa tapaba las “vergüenzas” de la delantera, y cuando ésta ha bajado el nivel, se ha hecho imposible puntuar.

De aquí a final de temporada, habrá que plantearse buscar soluciones ofensivas que puedan ponerse en práctica el año que viene, aunque éstas pasen por probar a jugadores que sí van a estar aquí el año próximo para ponerlas en práctica, porque ahora que el objetivo del ascenso ya parece imposible, un buen objetivo puede ser recuperar para el año que viene a jugadores cono Sergio Gil, Escriche o ¿Mario Barco? y ver qué pueden aportar para que los refuerzos en la línea de ataque de la temporada próxima se enfoquen a las verdaderas carencias ofensivas del equipo, que son muchas.

Nota al pie: si hablamos de lo árbitros cuando lo hacen mal, también toca hacerlo cuando lo hacen bien. Así, que aprovecho para pedir a la FEF que nos piten más árbitros como Varón Aceitón y menos Arcedianos y Morenos.

Puntuaciones:

Juan Carlos: 6. Poco o nada pudo hacer en los goles. Estuvo bien en el resto de ocasiones.

La defensa (Leuko, Josete, Bernardo y Luis Ruiz): 4,5. Hoy vale el mismo comentario para los 4 de la zaga: no cometieron errores de bulto, pero fueron incapaces de cerrar en condiciones el juego de centro y remate rival, así que les ponemos una de esas notas que, con algún trabajillo de recuperación, podrían subirse al aprobado, pero hay que hacer bien el trabajo en las próximas evaluaciones, que esto no es el Máster de Cifuentes.

Seoane: 4. En un partido sin demasiadas complicaciones en su zona, no se le vio apenas, además de despistarse en el segundo gol.

Pita: 5. Ni fú ni fá. No cometió errores graves, pero su aportación fue muy escasa, como la del resto del equipo.

Azeez: 6. En un encuentro muy flojo del conjunto, es casi el único que se salva. Le puso ganas, pero sigue sin encontrarse a gusto en la posición de medio avanzado, aunque se le aprecia mejoría.

Fede Vico: 3. Se superpuso en muchas ocasiones con Jaime Romero y sus ayudas en defensa fueron escasas. Además, no creó ocasiones en ataque.

Jaime Romero: 2. Partido muy parecido al de Fede Vico, con el añadido de que apareció aún menos que el cordobés.

Herrera: 5. Muy voluntarioso en la pelea e intentando el desmarque constantemente, aunque cayó demasiado en fuera de juego (alguno de ellos más que dudoso). A falta de Mario Barco, debería mantener el puesto hasta final de temporada. El resultado final es igual de nulo, pero al menos pone esfuerzo.

Los cambios: sin valorar. Los tres cambios entraron en un momento en el que el dominio del Numancia era tan apabullante que no tuvieron apenas contacto con el balón. Campillo no aportó nada, Chuli apenas un centro y Sergio Gil solo tuvo 4 minutos. Sería muy interesante ver ese cambio de Sergio por Fede Vico en el esquema del Lugo, pero desde el minuto 1 de partido. Seguro que en ataque peor no nos iba a ir.

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