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Scouting al scouter

por Daniel Martínez Baniela 7 julio, 2016
Tiempo de lectura: 4 minutos

Estamos en época de mercadeo. Como cada año por estas fechas, los aficionados están (estamos) ávidos de conocer los refuerzos del equipo de sus amores. Los éxitos o fracasos de la temporada anterior ya son pasto del olvido (ay, tempus fugit) y lo que motiva, ilusiona y quita el sueño es la rumorología estival. Todos, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, buscamos como posesos en medios de comunicación, redes sociales y cuñaos varios que todo lo saben, rumores que al momento elevamos a la categoría de noticia contrastadísima y que desechamos en cuanto nos soplan otra igual de contrastada (osea, nada). Queremos fichajes y los queremos ya, aunque solo sea para ver al líder de opinión de turno tildarlos de “fichajes de medio pelo”. Queremos carne fresca en el menú, carallo, y nos desesperamos si no llega. Aquí no hay veganos del fichaje.

En ese aspecto, el Lugo se está moviendo con pereza en este inicio de mercado. Apenas una incorporación, la de Ignasi Miquel, para contrarrestar la decena de jugadores que han abandonado la nave rojiblanca, de grado o por la fuerza, y la venta (si, venta, que poco estamos acostumbrados a ingresar pasta por un jugador) de Lemos al Celta de Vigo. Se habla de Joselu (al que nos gustaría fichar solo por aquello de tener un Joselu I y un Joselu II)…y poco más. Desde las oficinas rojiblancas se impone el silenzio stampa, cosa recomendable para no encarecer el producto, pero que desata la ansiedad de los siareiros.

Para dar con la tecla en materia deportiva, el Lugo se ha encomendado esta temporada a Emilio de Dios, director deportivo con un bagaje ya contrastado en el puesto. Sobre el recaerá la responsabilidad de rearmar a un CD Lugo que necesita una amplia reforma que tape los huecos existentes en su, ahora mismo, exigua plantilla.

¿Por dónde respira el asturiano? ¿Cuáles son las preferencias a la hora de fichar? ¿En que mercados se mueve?

Con el fin de profundizar un poco en estos temas, desde Lugoslavia hemos querido hacer un scouting al encargado de la parcela deportiva del Lugo, basándonos, sobre todo, en su estancia en el puesto en el Real Sporting de Gijón, donde ejerció desde la temporada 2006-2007 hasta la 2011- 2012, y en la que cosechó, como principal éxito, un ascenso a Primera División.

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Infografía de fichajes de De Dios en el Sporting de Gijón – Fuente: La Nueva España

Lo primero que cabe recalcar de Emilio de Dios es que se mueve con soltura en el mercado de jugadores libres, principal caladero del CD Lugo debido a que carecemos de la potencia económica de otros clubes. De las 36 incorporaciones que llevaron su firma en el club gijonés, 25 vinieron con la carta de libertad bajo el brazo. Cabe destacar que la situación económica del Sporting prácticamente obligaba a ello (un club con una deuda elevada e inmerso en situación concursal), por lo que traer jugadores sin coste era una incorporación. Completaban el total cuatro cesiones y tan solo siete jugadores por los que en Gijón habían tenido que pagar traspaso (Bilic, Gregory, Juan Pablo, André Castro, Sangoy, Damián Suarez y Trejo)

En cuanto a la calidad de lo contratado, pues luces y sombras, como casi cualquier director deportivo. Si hasta a Guardiola se la colaron con Chygrinsky y a Mourinho con Altintop, no vamos a pretender que De Dios cuente con un cien por cien de acierto. Entre los más destacables, además de la apuesta del malogrado Preciado como entrenador, que se convirtió en santo y seña del sportinguismo militante, se deben destacar jugadores que triunfaron en el Sporting como David Barral, Diego Castro, Bilic, “Pichu” Cuellar, Botía, De Las Cuevas o Damián Suarez, todos ellos con posterior recorrido en equipos de posterior categoría o longevidad en el club astur. En la columna del debe, por el contrario, se apuntan nombres como Congo, Hidalgo, Colin, Lola o Eguren, que pasaron con más pena que gloria por El Molinón.

Otro aspecto a destacar es su cercanía con la cantera, ese objeto de deseo del CD Lugo que intenta potenciar tanto con el anterior director deportivo, Otero, como con el actual. El mero hecho de su experiencia en el Sporting ya debería ser un aval en este tema, ya que los asturianos son un ejemplo de trabajo de cantera (primero por devoción y luego por obligación), y así lo dejaron ver jugadores que en el pasado trabajaron con él, como nuestro portero  Roberto

“domina bien la faceta del trabajo de cantera y el enganche con las categorías base”

o nuestro ex Jorge García, al que entrenó en su época en Mareo, en declaraciones a La Voz de Galicia.

Ahora llega el tiempo de que Emilio haga su trabajo, apuntale al equipo e ilusione a la parroquia con fichajes que eleven la calidad del grupo. El tiempo apremia y el trabajo es mucho. Como siempre, desearle la mayor de las suertes, pues será la suerte del Lugo, y que consiga hacer una plantilla cohesionada. Y si se trae a Barral, aunque sea por las risas del gaditano, tampoco pasa nada.

Suerte, Emilio.

Foto de portada: El Progreso

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