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El CD Lugo dimite antes de cerrar la permanencia

por Denís Iglesias 2 mayo, 2022
Pablo Clavería - CD Lugo
Tiempo de lectura: 4 minutos

La mayoría de los eslóganes envejecen mal. Hay que entenderlos dentro del contexto en el que se pronuncian, pero si huyen de una acción sostenida en el tiempo caen en la distorsión. El CD Lugo había enarbolado durante toda la temporada la bandera del compromiso, el empeño en competir sin tener en cuenta el rival y una disposición de la que cualquier albivermello se sentía orgulloso. El equipo de Rubén Albés ha dimitido y ha dado por cerrada la temporada 2021/2022 sin haber certificado el objetivo fundamental de la permanencia.

Según informaba Datos CD Lugo, la derrota frente al Tenerife (0-2) ponía fin a la mejor racha de partidos sin perder en casa (10). El conjunto amurallado no caía en Liga desde el 6 de noviembre frente a la Ponferradina (1-2). Y esa sensación de imbatibilidad como local fue un patrimonio recuperado del que la afición menguante del Anxo Carro se sentía orgullosa. Nada que ver con las últimas jornadas.

Ambiente vacacional

El entorno social del CD Lugo adolece de desmotivación en una recta final donde el equipo se está dejando llevar. Después del tropiezo de este pasado fin de semana, la distancia sobre el descenso, que marca el Amorebieta, se queda en nueve más el golaveraje con 12 por disputarse. La tarea es sencilla, no obstante, sigue sin completar, lo que genera un innecesario estado de ansiedad en una afición que merece un desarrollo tranquilo de los acontecimientos.

Cualquiera que haya seguido al CD Lugo de Rubén Albés habrá visto un grupo humano cohesionado que ha rendido por encima de sus posibilidades. El segundo límite salarial de la categoría no se había visto amedrentado en casi ningún escenario. El ansia por demostrar ser mejores cada semana ha terminado y hay un ambiente vacacional, entre descuido y falta de entrega que convierte en cenizas el intento de crear un proyecto más allá del aprobado.

Situación de Albés

El nombre del entrenador albivermello aparece en las carteleras de estadios como El Alcoraz o El Molinón, interesados por el Albés que consiguió sacar adelante una entente precaria que tenía unos precedentes espantosos, con tres salvaciones agónicas y un tropel de entrenadores en el cargo. Esa versión del técnico vigués enamora a cualquiera, al igual que su discurso y su enorme capacidad para minimizar los errores. No hay culpables directos sobre el actual estado del club, pero para bien, él era el responsable de que el CD Lugo pensara más allá de su supervivencia.

Salvo sorpresa mayúscula y estirón sin precedentes de los perseguidores, los rojiblancos seguirán en Segunda División un año más. Además de la distancia numérica ayuda que estén implicados otro cinco equipos como son el Mirandés (16º con 46 puntos), el Sporting (17º, con 41), el Málaga (18º, con 41), el Amorebieta (19º, con 37) y la Real Sociedad B (20º, con 34), después de la irremisible caída del Fuenlabrada y el Alcorcón. Pero hay modos y modos de terminar la temporada. De entre todos, este es el menos alentador. Da la sensación de que nada mejor está por venir.

Las excepciones

En la caída general del rendimiento influye que algunos jugadores se encaminen hacia el final de su cesión o tengan la cabeza en un destino diferente a Lugo. Son profesionales que consideran cumplida su labor. Sin embargo, hay excepciones en la caída de brazos que merecen ser nombrados, porque ejemplifican y sirven como perfiles estratégicos por los que apostar, así como jugadores a los que reconocer el esfuerzo por tomarse la última subida con las piernas que merece.

El empleado modelo es, sin duda, Alberto Rodríguez, un trabajador abnegado que ha sabido valorar y esperar su oportunidad para afianzarse en el centro de la zaga. Ha desmentido las etiquetas sobre su falta de experiencia en la categoría y ha ofrecido un aplomo a la altura de un capitán más. El canario reconoce el esfuerzo por alcanzar el fútbol profesional, al que accedió prematuramente Sebas Moyano. El atacante, prematuro debutante con el Córdoba, acabó en una enredadera de contratos y falsas esperanzas que le impidieron dar un paso adelante.

Oportunidad para la cantera

Incluso esta temporada se ha encontrado un techo de cristal en el CD Lugo que no merece. Vista la situación, es merecedor de muchos más minutos de los que dispone y en los que muestra que es un jugador diferente. Igualmente, es agradecido el trabajo de Xavi Torres, la gran piedra angular del equipo albivermello durante todo el curso. Un futbolista de raza, carácter y experiencia, con visión 360º tanto en ataque como en defensa, liberando de responsabilidades a sus compañeros y haciéndolos mejores. Lo mismo sucede con Clavería, preparado para ser algo más que un refuerzo circunstancial. Ha sumado en agresividad, exigiéndose más que nadie a sí mismo.

Llegados a este punto y como reconocimiento del éxito de su temporada, los jugadores del Polvorín se merecen una oportunidad. Frente al Tenerife entraron en la convocatoria Julen Fernández, Idrissa Thiam y Leandro Antonetti. Los tres están ejercitándose como parte del primer equipo, junto a Castrín y Fidalgo. Si hay un momento para probarlos es ahora. Son lo suficientemente valiosos y responsables como para afrontar el desafío y ser el aliciente de un fade out de campaña que devuelve al CD Lugo a la línea de salida. Un eterno ‘yo-yo’ donde el “es lo que hay” sirve y el “somos el Luguiño” liquida cualquier ambición.

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