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Cortar por la línea de puntos

por Denís Iglesias 11 marzo, 2022
Cortar por la línea de puntos

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Cortar por la línea de puntos –título de una serie magnífica de Netflix cuyas imágenes ilustran este artículo- es más difícil de lo que parece. Estar obligado a seguir un recorrido con un bisturí mete demasiada presión. En teoría, el camino parece marcado, pero a uno le tiembla tanto la mano al verlo tan claro. Al final, acaba saliéndose del trazado y la figura termina con medio pie menos o con la cara llena de aristas, porque las partes redondeadas terminan con la paciencia de cualquiera.

Imagina repetir esta tarea una y otra vez, hasta el infinito, pensando que algún día los diseños se recortarán solos. Así es la vida del aficionado del CD Lugo, una especie que ha terminado por acomodarse en la incerteza y sacar el orgullo de su condición en una ciudad que le da por completo la espalda, empezando por su clase política, que prefiere fotografiarse con un equipo de petanca que defender los intereses de la marca que más potencia el mensaje de la ciudad.

Los que encienden la televisión para ver el fútbol enlatado les preguntan a los albivermellos si merece la pena seguir cortando figuras por la línea de puntos para una sociedad que en absoluto les pertenece. Más aún después de los últimos movimientos.

La respuesta normalmente es el silencio. Es complicado identificarse con la razón social de una SAD convertida en una empresa de ingeniería financiera. Su último experimento, una recapitalización del préstamo de Frisaqués a través de una ampliación cerrada con la que cobrar las deudas que el propio máximo accionista. Dopaje. Sacarse sangre para seguir vivo y de nuevo para adentro, pero más contaminada.

Teletienda

La analítica tiene un montón de asteriscos, pero de los cuidados del paciente podría encargarse otro. Las piruetas para sacar al CD Lugo SAD del fondo de maniobra negativo y alumbrar la sombra de la causa de disolución apuntan hacia una posible venta. La misión del dominador está más que cumplida. Solo el impacto de marca de su empresa y de sí mismo ha valido la pena. El sorteo del descenso y una temporada tranquila allanan el terreno para un club que además será irrigado por los fondos del Plan Impulso de LaLiga.

El CD Lugo es como un participante de la Copa Setka, un torneo que se juega de modo ininterrumpido en varios países del Este. Los competidores son amateurs y se juega 24 horas sin descanso. Es una competición concebida única y exclusivamente para las casas de apuestas. Se juegan en búnkeres, algunos de ellos ubicados en Ucrania, donde se continúa jugando a pesar de las bombas.

A la entidad albivermella le sirve con la técnica del ‘emoji’. Su política de comunicación se asienta en mensajes programados lanzados como una teletienda. Los descuentos en la ropa superan al resto de informaciones, en las que ahora se ha apostado por un refrito de tendencias. Los trabajadores del club no tienen la culpa de servir a una franquicia de LaLiga que no tiene demasiado interés en que se hable de ella. Al revés son sus grandes valedores y los más profesionales en esta situación.

Un aficionado del CD Lugo cuando escucha los comentarios de Movistar +.

La carencia de un área social definida hace inconsistentes las iniciativas como las visitas a los colegios, un camino que debería estar más que sedimentado en la estrategia del club. Atrás quedan los frustrados intentos por lanzar una línea de autobús para los días de partido por la provincia o la asociación con otros clubes de la provincia. En cualquier caso, la línea oficial es la única vía admitida después de anular la auto-organización de la afición mediante una Federación de Peñas que se convirtió en un añadido del club y que actualmente está de baja indefinida. Por parte de la SAD no ha habido ni se espera ningún atisbo de reactivación. No interesa una alternativa que pueda desembocar en oposición.

Por si queréis apostar en la surrealista Copa Setka.

Un albivermello en cada campo

Llegados a este punto, usted pensará que vaya tipo, siempre con el “todo mal” y el no saber valorar la actual situación deportiva del club, la más tranquila del club en los últimos años. Precisamente por eso se enhebra esta reflexión, en el momento más estable en el campo de la sociedad, porque muestra muchas heridas que no han sido reparadas.

Cuando uno está con la soga el cuello para evitar el descenso no tiene tiempo que perder en saldar cuentas. Por cierto, en estos momentos clave, los socios resistentes se han volcado con el club sin ningún tipo de fisuras. Saben diferenciar el sentimiento de su equipo de la administración del mismo. Ni un silbido y cierre de filas, difundiendo todo tipo de iniciativas en favor del bien común.

Cuando aparece un aficionado albivermello en Almería.

Ese es el gran valor del CD Lugo, su gente, la que sigue cortando el escudo de este club por la línea de puntos para que no se rompa. Lo demuestra en los desplazamientos. A diferencia de lo que ocurre con los seguidores de otros equipos, el albivermello no retransmite el minuto a minuto de su desplazamiento, salvo casos excepcionales. Simplemente, aparece allí, ataviado con su bufanda y con kilómetros en su espalda. Bien desde la ciudad amurallada o son los que le distancian a esta, porque trabajan o estudian fuera.

Son los que rompen la burbuja en la que permanece encerrado de un club que va siempre a contracorriente. El mutismo comunicativo sumó esta semana un episodio surrealista. Un aficionado que acude regularmente a los entrenamientos informó sobre la existencia de un jugador a prueba en los entrenamientos. Tras el revuelo generado en redes, el CD Lugo acabó confesando la identidad de Pol García. Algunos apuntarán hacia la incapacidad de los medios de la ciudad para darse cuenta de la novedad.

En un contexto de redacciones unipersonales y en una ciudad polideportiva, más que nunca es necesario que exista una relación fluida entre el departamento de comunicación y el club. No parece complicado emitir una nota breve sobre la existencia de un jugador a prueba. Un ejercicio de transparencia muy sencillo con el que se informa al seguidor. Porque esta es una práctica repetida que no beneficia tampoco al futbolista que está a prueba (tiene un periodo máximo de 15 días).

En verano se produjo otro capítulo similar, cuando apareció Osaze de Rosario, canadiense que finalmente no convenció a la dirección deportiva, pero que llegó a enfundarse la camiseta del club. Existe la máxima de que cuanto menos hable, mejor.

Y bastaba con cortar sobre la línea de puntos y todo tendría la forma deseada.

A pesar del negacionismo informativo, el CD Lugo está más vivo que nunca en el campo, con un grupo inquebrantable que ha devuelto la fe a la grada del Anxo Carro. Apena que el proyecto no pueda ser a medio plazo, pero sabemos valorar el presente inmediato mejor que ninguna afición. Por eso, aunque ciertas decisiones quieran llevar al club a tanta distancia como el Real Madrid el FC Barcelona, uno sigue en su mesa cortando con delicadeza cada recuerdo por la línea de puntos.

Porque la memoria financiera aún no ha conseguido aniquilar la memoria de los momentos vividos con el rojo y el blanco empapando el cuerpo desde el mentón hasta los pies e irrigando un corazón que aumenta sus pulsaciones cuando el balón se acerca a la portería rival.

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