Va, confiesa. ¿Qué pensaste cuando viste la alineación de Rubén Albés? Seguro que alguna mueca se formó debajo de tu máscara o maquillaje carnavalesco. Bajas, siempre. Los veteranos al pie del cañón con Clavería. Menudos tres, ¿cómo vamos a salir de esta con Viera y compañía? Viste el gol de Sebas Moyano y reflexionaste: ¿dónde estaba este bicho? Se bajaron los grados de la comida con la remontada. Y al final, un punto alcanzado con un gol de Chris Ramos que sabe a auténtica gloria. Sobre todo a Alende, que no tuvo su día.
Son los acontecimientos que se desencadenan con un equipo que siempre tiene buena actitud, que compite, pero al que le falta puntería y acierto en determinados momentos. Normal, seamos sinceros. Albés o la deidad que le protege en el campo consigue salir siempre airoso de los contratiempos. ¿Un mercado desde dentro que mengua mis prestaciones? Pues me invento un decreto ley para que este equipo sume un nuevo componente a la causa de la permanencia: Sebas Moyano.
El cordobés por fin descubre al aficionado albivermello su talento. Aunque su calidad va en el expediente desde los 16, cuando iba convocado con la Selección Española sub-17. Un blanquiverde que se sumaba a Pablo Maffeo, Borja Mayoral, Asier Villalibre o Jesús Vallejo. Tupé de Jimmy Neutron (Elvis, no, era sin gomina aparente). Tan alto como su techo, que nunca ha sido capaz de determinar cuál es a pesar de todas las piedras del camino. A la UD Las Palmas le metió uno, aprovechando un balón muerto que amasó para batir a Valles. Fijo y certero, como si no hubiera superado una lesión o llevara años luchando por una merecida continuidad en Segunda.
Un efectivo más para la permanencia
Hay factores que no se trabajan, aunque el Big Data se empeñe en señalar los caminos que hay que seguir para el gol. El de Villanueva del Duque es Inteligencia Artificial, un software que a pesar de permanecer apagado durante semanas funciona nada más apretar el botón del talento. Falta le hace a un CD Lugo diezmado, donde la dirección deportiva y el CEO (sofistica las acciones el término) se han empeñado en disparar a los pies del técnico para hacer más divertida la consecución de la salvación.
Fue uno de Sebas Moyano, pero pudieron ser dos. Al poco vio a la víctima que ya había vilipendiado demasiado adelantada. El larguero evitó el doblete, como un influjo de su pasado, en el que ha tenido compañeros de viaje que no han querido ni han sabido catapultar su magia. Cabe recordar cómo llega a Lugo, tal que si fuera el cheque de una deuda con el Córdoba aquel de Jesús León con el que Saqués montó una Organización del Tratado Atlántico Torpe donde por la que hasta concedió un préstamo. Cantidad que la SAD albivermella, como el resto de convenios, nunca llegó a ver de vuelta.
Bendito el impago si Sebas se acaba consolidando en un CD Lugo que en vez de abrirle las puertas le hizo pasar por una oposición absurda. Sabía que era suyo y con todo así le sometió a una prueba pese a haber realizado la mili en Segunda B durante varias temporadas. Cuando parecía que por fin había encontrado su plaza, salió cedido, con el mercado ya cerrado, al Ebro. Moyano, como lleva haciendo toda su vida, tiró de oficio para seguir disfrutando de un deporte que no se lo ha puesto nada fácil.
La vida sintió envidia de los hilos crudos de su carrera profesional y le privó de su padre en esta época incierta que no nos permite disfrutar de nada más que el segundo en el que cae la aguja del reloj. La celebración del tanto ante la UD Las Palmas apuntó directamente al cielo, donde se sintonizó con una clara frecuencia el grito de gol. El orgullo de un progenitor que ha sabido educar a su hijo con un deber de la responsabilidad difícil de encontrar en los jugadores que como él carecen de continuidad.
Decían que Sebas Moyano era interior, aunque su juego se despliega en cuatro dimensiones. Quizás lo que querían indicar es que sus botas se mueven por debajo de un verde donde parece que camina como una locomotora. O que su estilo va siempre por dentro, porque si estuviera en la capa de la camiseta todos pensarían que el ingenio se puede imitar. Y no, hay procesiones y profesiones que van dentro, por lo más interno del cuerpo humano, donde solo se encuentran el alma y la agudeza.