Por Manuel Río. Acabo de ver la derrota de nuestro CD Lugo en Huesca (1-0) y a pesar de volver a entregar puntos en los últimos minutos no me voy tan disgustado. Somos un equipo con mucha personalidad y que sabe muy bien lo que hace en cada momento. Somos legionarios de Rubén Albés.
Hemos recuperado esa esencia, esa personalidad y ese saber hacer que no teníamos desde los tiempos de Quique Setién. Este CD Lugo de Rubén Albés es un equipo muy trabajado, en el que cada jugador sabe perfectamente qué hacer, cómo hacerlo y cuándo toca hacerlo.
Desde la portería -en la que creo sinceramente que tenemos uno de los mejores de la categoría en Óscar Whalley– hasta la delantera todos tienen inyectado el espíritu de trabajo que ha de primar en un equipo humilde. He ahí donde reside el éxito de esta temporada, en el grupo.
Teniendo en cuenta que lógicamente hay jugadores fundamentales –Xavi Torres es uno de ellos- también es cierto que el que sale da las prestaciones adecuadas para echarlo un poco menos en falta. La partida de Gerard Valentín la está supliendo muy bien Jaume Cuéllar y ante el Huesca fuimos sin Chris Ramos y Sebas Moyano fue capaz de dar la cara a la perfección.
Cada jugador del CD Lugo que sale lo hace bien y al final no extrañamos al titular
Esto es el CD Lugo este año: trabajo y compromiso. Cada jugador que sale lo hace bien y al final no extrañamos al titular. Volvemos a recitar un once inicial del equipo y sabemos que el 4-5-1 o 5-4-1 si entendemos a Xavi Torres de central, así como las transiciones por dentro de nuestros interiores como la verticalidad de los extremos son nuestro ecosistema ideal.
Toca trabajar y ser menos vistosos tal vez. Pero repito que la confianza que me da el hecho de que cada futbolista que salga lo haga igual de bien, me tranquiliza y mucho.
Termino diciendo que pese a la derrota contra uno de los mejores equipos de la categoría, me he dado cuenta de lo difícil que es ganarle al conjunto albivermello. Que pese a que los errores que nos cuestan puntos esta temporada vienen en los últimos minutos, tengo plena confianza en estos futbolistas y en Rubén Albés. Hacía mucho tiempo que el equipo no estaba tan identificado con su entrenador como ahora. Legionarios del míster, soldados del Miño, sigamos trabajando así, ya que el exitazo va a ser no sufrir como los tres años anteriores.