Se terminó. Después de 95 partidos, cinco goles, ocho asistencias, un sinfín de penaltis forzados, galopados de leyendas… Después de convertirse en el jugador más importante de la historia reciente del CD Lugo, Gerard Valentín se va tras poner fin a su segunda etapa como albivermello.
Ilustración principal: ‘Sin Valentín’, obra de Pablo del Valle. Permitida su reproducción solo bajo cita del autor y del medio.
Un golpe, un cambio, un honor, un deseo… Son muchas las reacciones que provoca la salida del extremo reconvertido de Aviñonet de Puig Ventós rumbo a la SD Huesca, equipo que comparte categoría con el CD Lugo, que recibirá, según fuentes de la negociación 400.000 euros más 250.000 en caso de que el equipo ascienda a Primera antes de 2026.
Su salida se produce en un mercado de invierno que parecía dormido para el CD Lugo, pero que se ha acelerado con uno de los cambios más importantes, solo comparable a cuando Pedraza salió del club en esta misma ventana rumbo al Leeds en enero de 2017.
Los redactores de LUGOSLAVIA valoran el traspaso de Gerard Valentín, no sin antes reconocer su incalculable aporte y deseándole la mayor de las suertes en su futuro cercano. Menos, claro es, frente al club albivermello, con el que mantuvo una de las asociaciones más provechosas que se recuerdan en el Anxo Carro.
«Que tinguem sort»
Gerard Valentín abandona el Lugo y Lugo, una ciudad donde él y su entorno fueron felices y él nos hizo disfrutar con su capacidad de desborde, esa que no se estila en el fútbol moderno. Gerard es verticalidad, VALENTÍ(a)N es ese jugador especial, de los que manchan la botas de cal, y que pese a los modernos colores siempre se van blancas a la caseta.
A nivel económico, para el club es una operación buena y necesaria, después de dos balances rojos, la venta de activos como Cantero y Valentín permiten al club presidido por Tino Saqués equilibrar un balance que puede aspirar al verde en junio de 2022
Obviamente es un paso adelante a nivel de entidad y además le permite estar cerca de su casa, algo importante para casi cualquier persona del mundo. Y ojalá firme el contrato de su vida, lo deseo y lo merece.
En Lugo le echaremos de menos, pero él sabrá que siempre puede volver a la ciudad, al estadio y a LUGOSLAVIA donde esperamos que comparta un rato con nosotros en Twitch.
Gràcies a Gerard, fins aviat en què tinguem sort.
Acabouse o amor
Por Pablo del Valle (@pablo_dvp)
Acabouse o amor.
É un día triste para o afeccionado albivermello que ve como a rosa murcha. E faino a unha velocidade desapiadada. Coma se fose unha carreira pola banda dereita das que nos tiña acostumados e que tantas alegrías nos deu.
Así é a ruptura.
Inesperada, perigosa, e incisiva. Unha arrancada cara ao o desamor que non se pode deter, e que se o intentas vai ter un castigo letal.
Marcha un xogador diferencial que ao longo destes anos levantaba a xente das bancadas cando o equipo era insulso e aburrido. O formigueo no estómago cando pegaba o balón ao pé.
As bolboretas do primeiro gol, deses regates que nunca esqueceremos, e da carreira contra o Cartaxena que valía media permanencia.
O amor acabouse, pero a cambio o divorcio trae consigo un petisco suculento. Un reparto das ganancias que dan osíxeno a un clube con grandes necesidades.
A marcha é irremplazable, pero os billetes no peto suavizan o golpe.
E miramos ao futuro con lamento. Pero con lamento…. boliviano.


‘O Messi dos Pobres’
Se va Gerard Valentín. Se va el jugador que nos hizo creer que en un club tan pequeño como el CD Lugo también podíamos tener cracks. Se va ‘O Messi dos Pobres’, el tipo que siempre hacía el mismo regate, pero coño, al puñetero siempre le salía.
Se va el del penalti en Vallecas, el del gol al Cartagena. Se va el futbolista que vino rebotado de un club que presume de historia, pero que no supo encontrarle el acomodo que si le brindó el carril derecho del Anxo Carro.
Se va el compañero al que todos buscaban cuando había que salir pitando. Se va el que justificaba todo lo injustificable, el frío, la lluvia, los disgustos. Se va el chaval al que cosían a patadas, pero que siempre se acababa comiendo él las amarillas.
Se va el que nunca tuvo una mala palabra ni una salida de tono. Se va Gerard, y se va dejando dinero en la caja y al equipo en Segunda. Queda el Lugo, que siempre estará, pero va a costar acostumbrarse a no verle con la cabeza baja, la lengua asomando por la comisura de la boca, con aspecto de estar reventado, pero midiendo ya cuando le va a tirar el siguiente sprint al defensa. Suerte, Gerard.


Amor en San Valentín
Valentín deja Lugo después de haber aportado garra, fuerza y mucho oxígeno al club albvibermello. Su evolución ha sido más que notable y ha terminado por convertirse en uno de los jugadores más importantes de las últimas campañas.
Valentín siempre quiere ganar y su obra culmen, la que representa ese carácter de victoria perpetua, fue el gol al Cartagena. Marcó ese gol por arrojo, porque quería marcarlo, porque se le había puesto entre ceja y ceja. Y lo consiguió. Y nos enamoró otro poco más.
Sí, Valentín tiene algo que enamora. No sabemos si es su cara de niño bueno y pillo, su chispa en el campo, su carácter ganador o que nos dio kilómetros y kilómetros de intentonas, regates, centros, goles y emoción (y un buen puñado de euros con su partida).
San Valentín era el encargado de repartir amor con sus goles. ¿Quién lo hará ahora sin Valentín?


O Molotov que estourou
Por Denís Iglesias (@denis__iglesias)
Gerard Valentín é un anarquista. Posiblemente, un terrorista. Porque o seu era xerar medo ao rival con ferramentas que bordeaban o caos. É pura dinamita, como xa poucas quedan nun deporte que extermina aos revulsivos pola forza. Un cóctel molotov perfectamente dirixido.
Valentín non era un caudillo, nin un líder, nin un capitán… El era moito máis ca iso no CD Lugo. Era o detonador das tardes grises e o artífice de que o equipo siga nunha categoría na que segue a vivir como o máis pequeno dos cativos.
Xa non hai xogadores franquicia, nin cando se atopa unha simbiose perfecta como a que se formou entre Valentín e a entidade amurallada. Eran medias laranxas que se espremían para dar un zume de talento para o club e de tranquilidade e liberdade creativa para o Motoreto Valentín.
Salvo casos moi excepcionais, todo aquel que despunta remata por voar fora do verde lugués. Son dez anos no fútbol profesional, mais a etiqueta de equipo vendedor é como a nosa ITV, ano tras ano no parabrisas dun vehículo que vai sempre na reserva.
Fronte a esta incorrixible situación, quédanos gozar de xogadores como Valentín, que valen o prezo da entrada cada semana. Gerard lévase a toda unha afección ás costas, unha carga coa que corría xornada a xornada sen que lle pesara.
Mariona mais el teñen a dobre nacionalidade. Eles souberon, mellor que ninguén, interpretar o que é ser do CD Lugo. Pasan os xogadores e os dirixentes, pero certamente os que son como Valentín teñen máis doado sobrevivir á amnesia colectiva do fútbol, deporte que el honra.
Incluso coas súas queixas e demandas fronte aos colexiados e os rivais que o converten nun saco de boxeo. Mais todos acaban comprobando que o gancho final é del e contra el so queda baballarse na lona mentres pensas: «De onde saíu este demo?».

