El arco narrativo del personaje futbolístico es muy variable. Siempre corto, pero con una curvatura a veces convertida en cadena montañosa. Fede Vico empezó como el héroe juvenil al que solo le pueden esperar finales felices. En Bélgica, fuera de casa, “el niño bonito” de Córdoba fue uno más entre la masa. Aunque aprendió a cocinar. Volvió para experimentar por primera vez lo que es un descenso, con el Albacete de Luis César, a quien volvería tener como técnico en el CD Lugo.
Un equipo al que aún a día de hoy sigue muy de cerca. Porque ejerció de trampolín para un duende mágico que se mueve por el campo con una polivalencia que le ha traído beneficios y contrariedades, pero que le parapetó para dar el salto al Granada. Un conjunto cerca de la casa a la que siempre consigue teletransportarse y donde consiguió vivir el fútbol de Primera y europeo.
Ahora Fede Vico está de vuelta en Leganés, el club que le echó el lazo tras su etapa en la ciudad amurallada, aunque después le dejó libre en forma de cesiones. Individualmente, Fede Vico es menos cautivo que entonces. Maneja las malas rachas y los comentarios de la prensa o aficionados, aunque por detrás, el deber colectivo es regresar a Primera. Y el arranque, de momento, no está siendo el esperado, aunque nadie mejor que él, un veterano de 27 años, para entender las tramas de una Segunda estúpida y encantadora.
Fede Vico, en un Córdoba – FC Barcelona de Copa del Rey.
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- ¿Cómo fue el partido contra el CD Lugo? Algunos jugadores y aficionados del Leganés protestaron ante las pérdidas de tiempo del equipo albivermello.
Es el otro fútbol y forma también parte de este deporte. Cada uno tiene su alma. Perdieron un poco de tiempo, pero cada uno recurre a lo que considera preciso. Es un apartado que deben solucionar los árbitros. También se consume parte del encuentro en el VAR. Al final, los minutos que se prolongan no son suficientes.
- Una de las acciones del partido fue una mala intervención de Fran Vietes, incapaz de blocar un disparo de Gaku Shibasaki. ¿Cómo lo vio desde el campo?
Son cosas del fútbol. Unas veces sale cara y otras cruz. En la primera parte sacó una bola muy buena. Yo creo que no debo comentar más allá de eso. No se puede responsabilizar al portero de un fallo puntual. Ellos están solos ante el peligro. Si fallan, no tienen a nadie detrás que los salve, como si le ocurre a un central o a mí mismo. La figura del portero es la más jodida del fútbol y no se le puede criticar por un error así. Sería acrecentar la injusticia histórica que existe sobre estos jugadores.
- El Leganés, un equipo llamado a regresar a Primera, no ha arrancado nada bien esta temporada, situándose en la parte baja. ¿Qué le está pasando?
Simplemente hay gente nueva. Llegamos muchos jugadores al final y todavía nos estamos conociendo. Antes del partido del Lugo completamos una buena racha en la que nos mostramos más cómo debe ser este equipo.
- En 2018 el Leganés te ficha tras tus buenas temporadas en Lugo, pero te cede al Granada, que acaba incorporándote tras el préstamo. ¿Por qué decides este verano volver al equipo madrileño?
En el Granada no renové y estaba sin equipo. Fue un mercado complicado. Tenía varias ofertas de Primera y Segunda, y al final opté por el Leganés porque llevaba mucho tiempo detrás de mí. Me convenció el proyecto. Como hicieron hace unos años, aunque al final recalé en el Granada, que hizo efectiva su opción de compra.
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Fede Vico celebra un gol con el Granada | Foto: Radio Marca.
En Granada vives grandes temporadas, con un ascenso a Primera y con la experiencia de la Europa League. Además, cerca de Córdoba, tu casa.
Como tú bien sabes, tengo muchos años ya de carrera profesional. En todos he sido feliz, pero nada como en mi tierra, Andalucía. Porque para mí no hay nada más importante que estar fuera del campo a gusto para rendir bien dentro de él. Tener a la familia cerca en Granada fue fundamental. Ascendimos, jugué en Europa y me sentí importante y querido por la afición. Fueron los mejores años, con momentos solo equiparables a los que viví en mi debut con el Córdoba.
- Y el gran artífice del ‘EuroGranada’ fue un gallego como Diego Martínez…
Es difícil triunfar en casa, te lo digo por experiencia. Aunque, bueno, Diego es gallego, pero ya estudió en Granada, su mujer es de allí y, podríamos decir que ya es un ahijado nazarí. Es un profesional como la copa de un pino. Tácticamente, de lo mejor que he tenido. Joven, con mente abierta y que es capaz de sacar el 100% de todos los jugadores.
- Tienes 27 años, pero son muchas las experiencias que acumulas desde tu debut como profesional cuando tenías 16, de la mano de Lucas Alcaraz, en el Córdoba.
Acumulo ya más de una década como profesional. Con 27 años acumulo un legado y madurez que me permite manejar determinados aspectos como los resultados, el trato con la prensa, las conversaciones con los árbitros… También puedo dar consejos a la gente más joven como hicieron conmigo Gaspar, Alberto Aguilar o Pepe Díaz. Me gusta ayudar a los que empiezan y espero seguir haciéndolo durante otros diez años, como mínimo.
- Por lo vivido en carne propia, ¿cómo tiene que hacerse el ascenso de un jugador del filial al primero equipo?
Un equipo siempre debe aspirar a mezclar gente joven con veterana y que sobre todos se aplique la meritocracia. Juega el que mejor está. En momentos difíciles son importantes aquellos futbolistas que llevan más años, capaces, por ejemplo, de manejar la temperatura de un partido en los últimos minutos. Pero si hay un canterano que está mejor físicamente que un veterano, hay que darle la oportunidad. Ante todo, el equilibrio. Ahora bien, la gente joven también se tiene que dejar ayudar.
Mi vida cambió por completo: pasé de ser “el niño bonito de Córdoba” a pasarlo mal en Bélgica, aunque allí maduré por completo y me formé como persona
- Tu ascenso fue realmente meteórico. En 2013, apenas dos años después de tu debut, el Anderlecht, campeón de la liga belga, te ficha por cinco temporadas. Pero lo que iba a ser una oportunidad de futuro acaba convirtiéndose en una mala experiencia. ¿Sacaste algo positivo de aquella situación?
En Bélgica aprendí a cocinar (ríe) y temas de la vida cotidiana. También supe lo que es estar lejos de casa y madurar. Me fui con 19 años y la vida me cambió radicalmente. Yo era “el niño bonito de Córdoba” y allí fue todo lo contrario. No me salieron las cosas, no me adapté y tampoco me ayudaron. Tanto mi familia como yo pasamos una época mala, pero fue una etapa importante para formarme como persona, algo clave en la consecución de lo que ahora tengo.
- Consigues regresar finalmente a España, pero sufres un descenso con el Albacete en la temporada 2015/2016.
Llegué al Albacete en el último día del mercado de invierno. Estuve cuatro meses, con Luis César y César Ferrando. Llegué en un momento individual malo, porque llevaba medio año sin jugar. Me costó coger ritmo, pero después tuve bastantes minutos. Pero no pudimos conseguir el objetivo, pese a que había buen equipo. Aun así de todo se aprende, y del Albacete tengo buenos recuerdos.
- Vuelves a quedarte sin equipo. Entonces, en diciembre de 2016 aparece el CD Lugo en tu vida. ¿Qué supuso para ti el club albivermello?
El CD Lugo ha sido mi equipo trampolín. El conjunto que apostó por mí después de una época dura. Estuve sin club durante tres meses. Apostaron por mí y yo les di el máximo que pude dar. Después me firmó el Leganés, pero fue gracias a que el CD Lugo me puso en el escaparate. Estaré agradecido al club albivermello toda mi vida.
- En Lugo formas parte de dos plantillas competitivas: la que tuvo Luis César en la temporada 2016/2017 y la de Francisco en la 2017/2018.
El renacimiento e Fede Vico se produjo en Lugo | Foto: LaLiga.
Si no me falla la memoria, las dos mejores temporadas en punto del CD Lugo. Cuando llegué todavía estaba mi paisano Alfonso Pedraza, con el que coincidí un mes o por ahí. Sobre ese año, de Luis César, solo puedo decir que en el tema deportivo la experiencia fue buena. Es un entrenador que le gusta salir desde atrás, que apuesta por el buen trato de balón y que es intenso defensivamente.
Es cierto que el año pasado vivió una época deportivamente dura, en la que no fue capaz de ganar ningún partido, pero los datos están ahí: suya fue la mejor temporada en puntos del club. Para mí Lugo ha sido muy importante, hasta el punto de que aún conservo grandes amigos de aquella época como Millán Gómez, quien fuera jefe de prensa, Luis Ruiz, que estuvo en dos etapas con la camiseta albivermella o Joselu, que ha vuelto este año a Lugo.
Disfruté mucho, sobre todo con Francisco. Aquel equipo volaba. Con Campillo de mediapunta, Iriome de extremo, Christian Herrera arriba… Era un equipo alegre, gracias también al buen hacer de Pita y Seoane. Es el mejor CD Lugo que yo recuerdo. Después nos desinflamos, pero son cosas del fútbol. Tengo un enorme recuerdo. Repito, yo soy un jugador que tiene que disfrutar en el campo para sacar mi mejor versión. Necesito tener ese feeling con el balón. Y para que negarlo: en Lugo, aunque no salga el sol, se come muy bien y es una ciudad muy bonita (esta frase puede leerse con un guiño).
- En Lugo, Fede Vico destacó por una cualidad que te ha acompañado en toda tu carrera como es la polivalencia.
Soy demasiado polivalente. A veces eso es bueno, pero a veces es malo. Depende del entrenador, algunos prefieren que juegue en una demarcación fija, pero a mí me gusta moverme por todo el campo para crear desequilibrios. Mientras que lo permita el físico, lo seguiré haciendo. Soy mediapunta, pero también he jugado bien de extremo derecho y me he desempeñado hasta de lateral izquierdo.
- Destacas a un jugador como Campillo, al que pudimos entrevistar en #Estación1953 justo antes de anunciar su retirada.
La verdad es que pobrecito. Cuando lo conocí ya estábamos con el tema de la rodilla, pero no sabía que era tan serio. Estando a su mejor nivel, por técnica, podría haber jugado perfectamente en Primera. Técnicamente era un superdotado. Tenía un magnífico toque de balón. Una pena. Yo he podido disfrutarlo y le deseo lo mejor.
¿Todavía no han hecho alcalde de Lugo a Seoane? No sé a qué esperan. Es un jugador y compañero magnífico, como Pita. Ellos son el CD Lugo.
- Para todos los que habéis compartido vestuario con Seoane y Pita, es obligada la pregunta. ¿Cómo son? Prometemos hacer una biografía autorizada de ellos con todas vuestras respuestas.
Son eternos. Yo a Seoane le he dicho más de una vez: ‘¿Cuándo vas a dejar paso a la gente de abajo?’. Supongo que después de tanto tiempo ya será alcalde de Lugo, ¿no? La verdad es que son dos jugadores que estando bien físicamente son inamovibles. Se complementan a la perfección y son responsables de gran parte del éxito del CD Lugo. Son líderes, tanto dentro como fuera del vestuario, además de buena gente.
- Aunque todavía no ha debutado, hay un jugador cordobés en el CD Lugo como es Sebas Moyano que en su día fue comparado contigo, precisamente por su explosión en el Córdoba.
Lo conozco. Tenemos amigos en común. Es un buen jugador, pero tiene que tener confianza. Le conviene el juego con laterales que filtren balones. No se esconde. Tiene buen pie y gol.
Fede Vico, en su presentación como jugador del Lega.
- Dices que sigues al CD Lugo de cerca, ¿cómo explica Fede Vico lo que le ha pasado en los últimos años?
No sé si es una mala racha o una generación de jugadores. No he podido analizarlo en profundidad y esto del fútbol es muy complicado.
- Pero tú conoces muy bien Segunda División y sabes, mejor que nadie, lo difícil que es salvarse si durante varias temporadas juegas en el alambre.
Bueno, mi Córdoba estuvo dos o tres años en el alambre. El Almería igual, pero después remontó. Al final, seamos claros, lo importante es estar fuera del descenso. Este año el CD Lugo tiene un equipo diferente, que va bien arriba, con gente rápida, aplicando juego directo. Cada uno tiene su estilo y tú te adaptas al equipo que tienes.
- “Tu” Córdoba. Después de tantos años y blanquiverde hasta la médula.
Y así será para siempre. Es el equipo de mi vida, el que me lo dio todo. La oportunidad de ser profesional. Para mí es muy duro verlo ahí. Lo único que deseo es verlo subir cuanto antes, por lo menos a Segunda.
- La última es una pregunta que te hicieron al poco de debutar con el Córdoba y en tus primeros años como profesional. ¿Sigues siendo negativo con lo cotidiano?
Rotundamente no. Eso ha cambiado por completo y por eso he conseguido llegar aquí.
Ilustración de Pablo del Valle. Permitida su reprorducción solo bajo cita del medio y del autor.