ActualidadArtículos

Opinión CD Lugo 3 – 2 SD Huesca: muy jodidos

por Daniel Martínez Baniela 14 septiembre, 2021
Ilustración de Chris Ramos y el CD Lugo
Tiempo de lectura: 2 minutos

Había que ganar y se ganó. Hasta aquí mi análisis y opinión del partido del CD Lugo frente al Huesca. Aviso por delante al avispado lector por si espera un estudio técnico-táctico de lo visto sobre el Anxo Carro. No lo va a encontrar aquí. Dice una canción de Molotov que «a mi me gusta la pasión del fútbol, porque se juega con el corazón», y lo mismo me pasa a mí.

Digo que había que ganar y se ganó porque ya había runrún en una parte de la grada, esa misma grada que se escandaliza cuando se echan entrenadores a mansalva pero cuya paciencia no alcanza ni a los cinco partidos. Además se ganó porque el Lugo fue mejor, porque propuso más que un equipo diseñado para ascender y porque cuando tocó apretar los dientes y tirar con todo, el CD Lugo lo hizo. Los goles de Barreiro y Cuéllar fueron puro coraje. Goles de creer, que valen doble: los puntos que sumas y el subidón anímico que pegas. Maravilla.

Estaba exultante Albés en rueda de prensa, y no es para menos. Repartió elogios para sus jugadores con mención especial para un Chris Ramos que fue un ciclón y que se fue a su casa con dos asistencias y la sensación de haber firmado su mejor partido como albivermello. Pero sobre todo dejó una frase que debería convertirse en el credo de este equipo, a la altura del «Isto é Lugo». Dijo Albés que el día que «no juguemos a este nivel estaremos jodidos, muy jodidos», y eso es misa. El poder igualatorio del coraje, de la fuerza del grupo, es muchas veces la diferencia que marca entre llevarte  tres puntos, uno o ninguno. Ayer fueron tres.

El gol de la victoria, un gol de fe, lo marca un Cuéllar que además había salido absolutamente enchufado

Otra de las imágenes que deja el partido de ayer, y que no es menor, es la sensación de que todos los componentes de la plantilla pueden aportar algo. El gol de la victoria, un gol de fe, lo marca un Cuéllar que además había salido absolutamente enchufado. Como Mayoral. Como Joselu. Como un Canella con el que sabes que puedes ir a la guerra. Es importante capitalizar toda la energía que se liberó ayer, que no se repitan partidos ramplones. Que se perderá mucho, claro, pero siempre poniendo la cara por delante. Aunque nos la partan.

Y si hubiese que personalizar todo esto ahí tenemos a Carlos Pita, ese muchacho que comenzó recibiendo un homenaje y acabó dándose otro sobre el verde. El clinic que impartió cuando salió en la segunda parte debería ser de pago justo en el partido que se emitió en abierto. Mando, temple, control y personalidad. Hubo gente a la que le pareció mal que se renovase a los capitanes. Desconfiad de ellos. 

Ilustración de portada: “O Corazón de Ramos”, por Pablo del Valle

(Queda prohibida su difusión o publicación sin la atribución al autor y el medio, siempre bajo aviso a los mismos)

Comparte:

Deja un comentario