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Opinión CD Lugo. El ‘Método Albés’

por Colaboración 28 septiembre, 2021
Lei do Erro - Rubén Albés
Tiempo de lectura: 3 minutos

‘El Método Albés’, por José Miguel Capel@FondoSegunda 

El Club Deportivo Lugo se encuentra de lleno en una época prolongada en la que coquetea con la zona baja de forma que se evita el drama del descenso de forma agónica temporada tras temporada. Los expertos y analistas siempre le sitúan a inicio de campaña entre los candidatos claros a ocupar las últimas plazas. Quizá por la confección de la plantilla, por el rendimiento observado de la gran mayoría de sus integrantes en temporadas anteriores, por la inestabilidad institucional del club o, simplemente, por esa dinámica negativa que lleva a sospechar que tarde o temprano la catástrofe se consumará. 

Ante tal perspectiva su entrenador, llegado en el último tramo de la pasada temporada para lograr una salvación realmente compleja, ha tirado de método. Un estilo marcado y reconocible que, además, puede resultar atractivo para el espectador, para el aficionado. Una forma de juego ofensiva con la que parece haber reclutado para la causa a una plantilla que rinde por encima de lo esperado. El Lugo está realmente vivo bajo el mando del técnico vigués.

La idiosincrasia de una plantilla irregular

El primer paso para poder sacar rendimiento a una plantilla es conocerla. Detectar y diseccionar las virtudes y carencias de los futbolistas que han de alcanzar el objetivo. El Lugo es un equipo poderoso en el juego aéreo, relativamente seguro por alto, que domina el fútbol directo. Un equipo imponente que además es consciente de que la garra y el derroche les ofrecerán réditos especialmente en el Anxo Carro. Y es que “Isto é Lugo e aquí hai que sachar”.

En ese carácter intrínseco del equipo existe una figura icónica. Una carta de “Joker”. Ese es sin duda Manu Barreiro, el delantero referencia. Sus características, por alma y por armas, porque lo lucha todo y porque lo remata casi todo, definen a la perfección la esencia del club. Una pesadilla para el rival. Siempre.

Un CD Lugo a campo abierto

Pero no todo es juego aéreo en el conjunto del Anxo Carro. De hecho, se podría decir que lo que mejor define el juego actual de los gallegos es su fútbol a campo abierto. Con dos extremos a la vieja usanza, pegados a la línea de cal, aunque cada uno con matices únicos. Las bandas señalan el camino, porque abrir el campo es una de las consignas claras y ahí Gerard Valentín es un estilete sin igual. Esa cualidad de pegarse a la cal y electrocutar al contrario por fuera es especialidad de la casa. Encarando, desbordando y centrando

Esa electricidad atrae miradas del contrario y en ese desconcierto reina el otro puñal, el de banda izquierda. Chris Ramos ya no sólo es alma, velocidad, zancada y poderío. Todo ello lo sigue conservando, pero le ha añadido templanza, lectura y comprensión del juego. En ese contexto, el atacante se está especializando en detectar los espacios generados por sus compañeros, atacar el espacio y generar peligro llegando por dentro tras partir desde fuera. Fútbol tradicional adaptado a la  modernidad, un vértigo emocionante.

La viveza del fútbol y la velocidad sin control

Ocurre que el fútbol de este Lugo es uno de transiciones rápidas, explosivo, vertical. En ese estilo vertiginoso se antoja vital la creación, la creatividad que puedan aportar en incorporación los Josep Señé o Hugo Rama. El primero de ellos está entendiendo a la perfección lo que le pide el fútbol de Albés y se está convirtiendo en piedra angular para hacer pragmatismo de la idea del técnico gallego. Entre los dos dirigen las operaciones en la medular, distribuyendo y percutiendo en función de la necesidad del colectivo. Son la extensión sobre el verde del entrenador. Inteligencia y creatividad.

Todo ello, especialmente esas transiciones constantes y ese ritmo desbocado del fútbol lucense, requiere de un ancla que sostenga esa vorágine de ritmo y transiciones constantes. Ese elemento es Xavi Torres, con la colaboración inestimable del propio Señé. Para un equipo que se expone de tal forma cuando ataca y que se parte con facilidad como consecuencia de esa apuesta de fútbol, la figura del mediocentro es vital. Por ahí el equipo sufre, por el déficit existente aún en cuanto a automatismos defensivos que frenen la sangría de espacios y que eviten que cualquier pequeño error individual quede condenado al castigo por parte del rival.

En definitiva, el de Rubén Albés es un grupo que emite señales de viveza, de nervio, de orgullo y de creencia en un estilo que casa colectivamente con las cualidades individuales que componen la plantilla. Con evidentes interferencias, con aspectos a mejorar, con herramientas aún por terminar de definir, pero este Lugo tiene identidad. Tiene personalidad. Un buen punto de partida.

Ilustración de Pablo del Valle: ‘Lei do Erro’ – solo permitida su reproducción bajo cita del autor y del medio.

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