Volvió el fútbol y volvió el Club Deportivo Lugo a competir en un partido que tuvo luces y sombras. Jugar en Oviedo nunca es fácil y lo cierto es que el equipo aún está por terminar de cocer, con jugadores que faltan por llegar y otros que saldrán antes de que se cierre el mercado de invierno. Como de momento todo es eventual se hace especialmente complicada una valoración pero si es cierto que, por encima de aciertos y errores, quedó la sensación de que la semilla que plantó Rubén Albés en el agónico final de la pasada campaña ha germinado y que el CD Lugo va a ser un equipo difícil de ganar. No estoy diciendo que va a perder pocos partidos, sino que el que le quiera ganar va a tener que emplearse a fondo.
Porque la puesta en escena fue mala y el desarrollo de la primera parte, casi de siniestro total. La alineación se demostró que no fue la más adecuada y el desempeño de algunos jugadores, decepcionante. Fastidia decirlo de un jugador de su pundonor, pero Alende completó un primer tiempo muy por debajo de la exigencia que se le debe aplicar a un defensa central de élite, y Hugo Rama tampoco tuvo su día. Al primero le salva su poca experiencia y al segundo que jugó fuera de sitio, pero aún así el rendimiento fue especialmente bajo en un conjunto que ya de por sí no rayó a gran altura. Tampoco estuvo bien Canella, ni Xavi Torres (que mejora de central cada vez que lo usan ahí) y a Manu Barreiro no le llegó un balón en condiciones por el que juzgarle. Dos goles perfectamente evitables, especialmente el segundo en un córner que cogió en bragas a todo el equipo, dieron cuenta de que el Real Oviedo campaba por sus respetos y que el Club Deportivo Lugo no se había presentado debidamente a la pelea.
Pero volvemos al principio. A este Lugo de Albés se le reconoce, desde la pasada campaña, por ser especialmente cabezón. Irse al descanso con dos goles en contra serviría para que muchos se fuesen definitivamente a la lona, pero no fue así. Los cambios mejoraron la imagen, la imagen a la confianza y la confianza al juego. Lebedenko demostró que está para titular, Señé para indiscutible y Carrillo para aprovechable. De Carlos Pita solo diré que espero que sepa perdonar a los que, váyase usted a saber con que interés, se empeñaron en querer jubilarlo cuando sigue siendo fundamental y de Joselu que Lugo es su sitio, y que además él lo sabe. Con estos ingredientes y agarrándose al partido con la uñas casi peladas, el Club Deportivo Lugo levantó un resultado que manda un mensaje claro: el esfuerzo no se va a negociar y la fe tampoco.
De Carlos Pita solo diré que espero que sepa perdonar a los que, váyase usted a saber con que interés, se empeñaron en querer jubilarlo cuando sigue siendo fundamental.
Un punto es un buen comienzo. No el mejor, claro, pero sí un buen comienzo. Falta acertar con el central y que Albés asienta un once titular por mucho que en rueda de prensa siga apostando por una simetría variable en las alineaciones. Pero lo que está claro es que este Lugo sí va a competir desde la primera jornada, no como ocurrió la pasada con el mal arranque de Juanfran y la tenebrosa racha de Luis César.
Luego el balón decidirá, pero se va a pelear. Y saber eso no es poco.
Foto principal: Club Deportivo Lugo.
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Non atacamos ata que non nos quedou máis remedio. Minuto 70, perdendo 2-0 e coa defensa de cinco inamovible. En fin, o que se demostrou un día máis, é quepara marcar cómpre atacar. En canto eliminamos a cutre colocación dos xogadores na primeira parte, foinos mellor. Grazas tamén, ao patético repregue e regalo da pelota por parte do Oviedo. Pero, se pensamos marcar goles con Manu recibindo só, coma un illote, imos apañad@s.