Avanza el Lugo en su preparación y ya se empiezan a ver cosas de lo que Albés quiere que sea su equipo para esta temporada. Y digo lo de la preparación a sabiendas de que ya van dos jornadas de Liga, pero en ambos casos el aroma que queda es de que el pastel aún está a medio cocer, que faltan cosas y que todo está aún en proceso, no en final. Desde el dibujo táctico hasta el once, el CD Lugo de Albés tiene todavía que conjuntarse. Pero ya nos vamos haciendo a la idea. Opinión CD Lugo.
La imagen del Lugo fue mejor ante el Sanse que ante el Oviedo. El equipo estuvo menos exigido, no concedió tanto en defensa y supo salir a la contra con más criterio a pesar de que este último punto, el del juego ofensivo, sigue cogido con pinzas. El míster habló en la previa de que su equipo iba a ser variable, con plasticidad y que se adaptaría a diferentes escenarios. Frente a los de Xabi Alonso se vio esa asimetría entre el Lugo que defiende en 5-4-1 y el que ataca en 4-2-3-1. En esa transición es fundamental la pieza de Xavi Torres, al que hemos criticado en su día por su rendimiento pero que encaja como un guante con lo que Albés pide. En defensa se incrusta entre los dos centrales ejerciendo casi como líbero, mientras que en ataque se incorpora a la medular para liberar a Señé, que lo agradece con llegadas desde la segunda línea.
Seoane es puro compromiso, sacrificio y sí, calidad, como demostró con su jugada de extremo; lo mismo que Pita, que demostró que nadie la mueve como él
El caso de Señé es interesante. Es un recién llegado pero ya ejerce como un veterano. Fue de los mejores del partido, con criterio en el reparto de juego y cierta sensación de que puede ser importante apareciendo desde atrás. Su figura se acrecentó más cuando Fernando Seoane sustituyó a Hugo Rama y permitió al de San Cugat del Vallés jugar más liberado. De Seoane ya no voy a decir nada, solo que su jugada de extremo demuestra una vez más lo que es: puro compromiso, sacrificio y sí, calidad. Lo mismo que Pita cuando salió y demostró que nadie la mueve como él. Hubo gente que señaló a la renovación de los capitanes como un impedimento para acometer nuevos fichajes. Hay que joderse.
También hubo puntos oscuros, claro. Al Lugo le sigue faltando enhebrar juego ofensivo con facilidad. Al equipo le cuesta conectar y se sigue abusando del juego largo y de un pobre Manu Barreiro que se pega con quien haga falta para ganar un balón. Eso y Gerard Valentín, siempre ofensivo, siempre atrevido, fueron los únicos argumentos en ataque. A Chris Ramos se le vio comprometido, pero esta vez más desacertado, y Hugo Rama sigue añorando el puesto de mediapunta, que por el momento no va en el ideario de Albés.
Quedan cosas que aclarar. Hay que ver como Albés logra integrar a Joselu y a Manu Barreiro en el once y quien sobrará del once para que esto pase. Hay una batalla que puede ser muy provechosa para el equipo ahora que Mayoral se ha recuperado entre Chris Ramos y el mismo para el flanco izquierdo, como pasa entre Lebedenko y Canella (que empezó fatal y acabó muy bien). Y está la cuestión defensiva, ahora que ha llegado Alex Pérez y que Alberto Rodríguez se va a recuperar (a pesar de los agoreros que le auguraban un negro porvenir, vaya usted a saber porque). De momento, Ros crece y parece fijo en su puesto. Y viene el Valladolid. Ya lo cantaron Los Ilegales: tiempos nuevos, tiempos salvajes.
Ilustración principal: Imos de empate, por Pablo del Valle (@pablo_dvp).