Óscar Whalley es el nuevo portero del CD Lugo tras firmar con los albivermellos por dos temporadas más otra opcional. El meta zaragozano llega a la ciudad amurallada tras repartirse la titularidad el año pasado con Álvaro Campos en el CD Castellón y con el peso y el deber de reemplazar a Ander Cantero (de quien heredará su dorsal), cancerbero del equipo lucense en las dos últimos temporadas y que era traspasado al Éibar horas de la incorporación de Whalley. El refuerzo de la entidad lucense se disputará la titularidad con Alberto Varo, quien a sus 28 años lucha por una primera temporada con pleno protagonismo en el fútbol profesional.
Trayectoria resumida:
- Segunda | Real Zaragoza (2013/2014): 2 partidos; 2 goles encajados
- Segunda | Real Zaragoza (2014/2015): 21 partidos; 33 goles encajados
- Segunda | SD Huesca (2015/2016): 17 partidos; 26 goles encajados
- Primera | Sporting de Gijón (2016/2017): 0 partidos
- Primera | Sporting de Gijón (2017/2018): 2 partidos; 3 goles encajados
- Internacional | Aarhus (2018/2019): 20 partidos; 32 goles encajados
- Internacional | Aarhus / OFI Creta (2019/2020): 17 partidos; 36 goles encajados
- Primera | Castellón (2020/2021): 26 partidos; 27 goles encajados
La llegada de Whalley, un portero de 1,91 metros, parte de un proceso de acción reacción lógico de la secretaría técnica del Club Deportivo Lugo, que ha hecho oficial su llegada tras confirmarse la operación de Cantero, por el que los lucenses percibirán una cantidad sin determinar y que tendrán que repartir con el Villarreal, poseedor de una parte de sus derechos. Whalley desembarca en Galicia para reforzar una demarcación que ha sido clave en el CD Lugo en los últimos años y sin la que no podrían entenderse las salvaciones in extremis que el club ha ido encadenando ejercicio tras ejercicio. Al nombre de Cantero hay que sumarle otros como el de Juan Carlos que forman parte de una importante trayectoria de buenos defensores que ha tenido el equipo desde su ascenso en 2012.
En ese sentido, Whalley sabe lo que es sufrir, puesto que viene de jugar en el Castellón, cuyo regreso al fútbol profesional después de una década duró solo una temporada. El conjunto orellut no pudo alcanzar la salvación que finalmente logró el CD Lugo en la última jornada. Con todo, la caída a 1 RFEF se dilató en el tiempo precisamente a las buenas actuaciones del nuevo portero albivermello, que se convirtió en uno de los mejores de su equipo, encajando 25 goles en 24 partidos y manteniendo con sus actuaciones las esperanzas de salvación castellonenses durante bastantes jornadas.
Óscar Whalley, crecimiento sostenido hasta Lugo
Whalley llegó a Castalia procedente del OFI Creta griego, por el que a su vez fichó en enero de 2020 desde el Aarhus de Dinamarca. El periplo europeo de este guardameta, de padre británico y madre mexicana, se inició tras ser el tercer portero del Real Sporting de Gijón, por el que fichó en 2016 como petición expresa de Abelardo. El conjunto asturiano, en Primera por aquel entonces, tenía al Pichi Cuéllar y a Diego Mariño. En aquella plantilla coincidió con dos actuales jugadores del CD Lugo como Roberto Canella y Xavi Torres además de con otros que han militado en la disciplina albivermella tal que Isma López y Carlos Castro.
En Gijón, Whalley no tuvo suerte y no logró convencer a los sucesores de Abelardo, disputando apenas un par de partidos entre Liga y Copa del Rey, una carestía de minutos que cortó su proyección. Antes de su gran oportunidad en tierras asturianas, el nuevo portero del CD Lugo había completado un crecimiento continuo desde las categorías inferiores del Real Zaragoza, donde ingresó con 12 años y fue protagonista del ascenso que el filial maño logró a Segunda B en la temporada 2013 / 2014. Tanto es así que Víctor Muñoz le hizo debutar con 20 años durante el final de ese mismo curso, frente al Real Sporting y el Alcorcón.
Aquello no fue una anécdota y en el curso siguiente Whalley arrancó como titular con el propio técnico maño por delante primero de Alcolea, otro portero de la cantera zaragocista, pero cinco años mayor que el actual meta albivermello. Además durante esa misma temporada, Whalley debutó con la Selección Española Sub-21 de Albert Celades ante Bélgica. Las tornas cambiaron por completo con la llegada de Ranko Popovic al banquillo del Real Zaragoza tras la destitución de Victor Muñoz. Aunque mantuvo en los primeros partidos a Whalley, en los que el equipo cosechó buenos resultados, el serbio acabó apostando por Yassine Bounou, que había llegado cedido por el Atlético de Madrid en septiembre. Incluso cuando se lesionó el arquero marroquí prefirió a Alcolea en vez de a Whalley, que acabó asumiendo un rol de tercero portero.
Aquella circunstancia generó un cisma en la afición zaragocista. Por un lado se posicionaron aquellos que veían en Whalley un activo patrimonial del club frente a un jugador cedido como Bono, y, por tanto, del que se podría sacar un ingreso en un futuro traspaso. La situación del club zaragocista, complicada desde que está en Segunda, llevó a una parte de la hinchada a reivindicar la vuelta a la titularidad de un jugador que era seguido por equipos como el Everton. De igual modo descargaron la culpa de ciertos goles que se pudieron encajar, apuntando a una defensa muy precaria y recordando que Whalley era por aquel entonces un portero en formación. Por otro lado, surgieron voces que apostaban por el portero marroquí por su mayor fiabilidad en situaciones de tensión y creían que una alternancia en la portería generaría una mayor competitividad y, por tanto, mejora del meta zaragozano.


A final de temporada, Óscar Whalley acabó saliendo cedido a la SD Huesca, donde se reencontró con Leo Franco, tutor y rival en la portería en sus primeras titularidades en el Real Zaragoza. Una lesión del veterano portero argentino le abrió la titularidad del equipo oscense, con el que acabó disputando 17 partidos en los que encajó 26 goles. La idea inicial del conjunto zaragocista era que Whalley sumase minutos y experiencia para regresar y volver a disputar la titularidad, de ahí que el préstamo no tenía opción de compra. Sin embargo, después de una década el el club maño, el actual portero del CD Lugo fichó por el Real Sporting. A partir de ahí, años de cambios y participaciones irregulares en los diferentes clubes en los que ha militado hasta que el Castellón apareció en su vida.
Óscar Whalley o Alberto Varo: ¿quién es favorito?
Lo más negativo para Whalley con los orelluts fue encajar un descenso, porque a nivel personal le ha permitido dar el salto que necesitaba, tanto en el plano profesional como personal. “Es un portero que ha crecido mucho en la última temporada. Hasta entonces no había dado el paso al frente para poder asentarse en el fútbol profesional. Recuerdo que en su etapa en el Real Zaragoza era capaz de lo mejor y de lo peor, lidiaba mal con la presión y transmitía poca seguridad, a pesar de tener buena capacidad de respuesta bajo palos”, comentan desde Vive Segunda.
Referencias informativas como esta cuenta especializada en Segunda División, que han seguido el desarrollo de Whalley, destacan el poso que ha ido ganando gracias a resolver las complejidades que implican, por ejemplo, las jugadas aéreas, reduciendo las complicaciones con el balón que antes eran frecuentes en el zaragozano. De ahí que la mayoría coincida en calificar de acierto la incorporación del ex del Castellón por el CD Lugo, sobre todo por su agilidad, buenos reflejos y por venir en una dinámica ascendente. Otras de las virtudes de fábrica que traía el Whalley más dubitativo y juvenil eran su buen desempeño en los 1 vs. 1 así como sus saques en largo.
A priori, por lo vivido y debido a las circunstancias en las que se produce este fichaje, justo el día en que Cantero abandona el CD Lugo, Óscar Whalley llega como reemplazo para asumir la titularidad del Anxo Carro. Aunque esto dependerá de la rapidez con la que se integre en el grupo albivermello, donde actualmente figura como primer portero Alberto Varo, un arquero con algunas características similares a las del recién llegado, pero que tiene como ventaja el conocimiento de la entidad en la que cumple su cuarta temporada. En ninguna ha sido capaz de conquistar la titularidad con regularidad, ni siquiera en 2019/2020 en la que partía al inicio como opción principal frente a un Ander Cantero más joven y que al igual que Whalley venía de descender con su anterior equipo, el Rayo Majadahonda.


Por el momento, Rubén Albés está queriendo ver por igual a todos sus porteros, dando protagonismo también a Fran Vieites, que vuelve a ser el tercer meta del equipo, lo que podría acarrear una salida en forma de cesión después de un año pasado en el que no participó con el filial a pesar de poseer dorsal de cantera. Según el entorno de Varo, el portero tarraconense está muy centrado en dar lo mejor de sí durante esta pretemporada y el inicio del curso liguero para no dejar pasar una nueva oportunidad. Frente al Pafos chipriota lució el brazalete de capitán durante la segunda mitad y durante estos partidos ha dejado un par de paradas marca de la casa en las que ha demostrado sus reflejos.
“Está mentalizado para asumir la máxima responsabilidad y siempre ha sido un ganador”, dicen los que mejor lo conocen, una afirmación que abre un interesante duelo por la titularidad de la meta lucense que será además un reto profesional para Rubén Arce, el retornado y lucense entrenador de porteros albivermello. Un combate bajo palos que recuerda a los viejos tiempos de alternancia en la época de Setién, donde Yoel, José Juan o Dani Mallo luchaban por cada minuto de protagonista en la meta del Anxo Carro.