La carrera futbolística de Borja Domínguez, mediocentro del CD Lugo, ha estado marcada por las continuas lesiones. Lastres que han impedido el despegue de un jugador talentoso que a pleno rendimiento ha sido capaz de lucir desde el toque, el posicionamiento, el balón parado… Características interrumpidas en múltiples temporadas. La 2020/2021 no ha sido una excepción para el vigués, que ha pasado este martes por quirófano. Estará aproximadamente dos meses de baja.
Según el parte médico ofrecido por el CD Lugo, fue intervenido “satisfactoriamente de la lesión sufrida en el menisco externo de su rodilla izquierda”. La operación corrió a cargo del Doctor Adrián Gallego, que ejerce de médico del club desde este año. “La intervención escogida ha consistido en la realización de una menisectomía parcial del menisco afectado, por lo que el tiempo de baja se estima menor de lo previsto inicialmente”. El miércoles Borja Domínguez posaba sonriente en la camilla, un retrato que se ha hecho en los últimos años varias veces.
Durante la temporada pasada, el mediocampista vigués se tuvo que retirar antes de tiempo de un entrenamiento. Era final de diciembre, con Curro Torres en el banquillo lucense y muchos aficionados en las gradas de O Ceao por las fechas de las que se trataba. Todos se estremecieron al oír los gritos de dolor de Borja Domínguez tras sufrir una torsión en su rodilla izquierda. Las pruebas diagnósticas confirmaron el peor de los presagios: rotura completa del ligamento cruzado anterior. La temporada había acabado para él.
El vigués vivió un terrible déjà vu. En la temporada 2017/2018, cuando militaba en el Alcorcón, se rompió el ligamento cruzado anterior y el ligamento lateral interno de su rodilla, esta vez, la derecha. Fue un 10 de febrero de 2018. Hasta el 17 de octubre de ese mismo año no volvió a entrar en una convocatoria: fue en un partido de los alfareros de Copa del Rey que tuvo, curiosamente, al CD Lugo como rival. “Cuando me volví a calzar las botas y salté al césped a entrenar parecía que había vuelto a la infancia”, reconocía por aquel entonces.
Con la misma ilusión de un niño recibió el 12 de septiembre del año su regreso a una lista de convocados del CD Lugo. Otra vez, ocho meses después de haberse roto. Pocas firmas hizo con un trazo tan seguro como la que dejó en el papel de Juanfran. Sus compañeros recibieron aquella noticia con la misma alegría que si le hubiera tocado a ellos directamente. Las puertas de la ‘nueva normalidad’ parecían abiertas para él después de varias actuaciones solventes en pretemporada.
Días antes del inicio del curso 2020/2021 comía con sus padres en un restaurante lucense. Se le veía pleno de confianza arropado por los que mejor ha sabido entender su play – pause – rewind – play. Juanfran le dio una buena cuota de minutos en las jornadas iniciales. Antes de su lesión de la 2019/2020 en aquel frío entrenamiento de Navidad, había sido un peón importante en el juego de Eloy Jiménez. De hecho, su salida del once coincidió con un bajón del equipo.
El mal arranque del técnico valenciano esta campaña también cambió sus aspiraciones iniciales. Con todo, sus saques en el balón parado fueron de los pocos argumentos ofensivos que expresó el CD Lugo en el arranque liguero. Pero una vez más, otra lesión ha vuelto a mandarle a la parrilla de salida, con 28 años. Aunque esta vez por un tiempo reducido: dos meses. Una eternidad en la temporada de cualquier jugador pero que él intentará no somatizar.