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Crónica “emplazada” del CD Lugo-SD Huesca

por José Ricardo Carrete Montaña 20 octubre, 2019
Tiempo de lectura: 5 minutos

Dixeron que emplasavan al Rey que paresciesse ante Dios con ellos a juisio sobre esta muerte que él les mandava dar con tuerto, de aquel día en que ellos morían á treynta días.

Un párrafo inicial y una foto extrañas las de esta crónica, ¿verdad, estimado lector? La frase de cabecera está tomada de la Crónica de Fernando IV, redactada hacia 1340 como obra historiográfica que pretendía dar cuenta de la vida y milagros de este monarca (1295-1312), al que hoy conocemos como Fernando IV El Emplazado. Este título lo recibió por las extrañas circunstancias en que falleció. Se sabe por diversa documentación que condenó a muerte a los hermanos Carvajal en la villa de Martos (Jaén) y fueron estos los que lo emplazaron a verse treinta días después ante Dios para el juicio por la injusta ejecución. No se conoce con certeza la causa de la muerte del monarca ni si se cumplieron exactamente 30 días entre unos sucesos y otros, pero sirva la mención a la leyenda del Emplazado como el eje conductor de nuestro relato del partido.

Creíamos que Eloy Jiménez había decidido adaptar sus esquemas ultradefensivos como visitante a la modalidad local y que nosotros también estábamos emplazados a ver otro empate.

Este cronista, a pesar de estar mermado por el catarro, se personó en las puertas del estadio justo cuando salían publicadas las alineaciones oficiales en las redes sociales. En aquel momento creíamos que Eloy Jiménez había decidido adaptar sus esquemas ultradefensivos como visitante a la modalidad local y que nosotros también estábamos emplazados a ver otro empate. Sin embargo, algo nos llamaba la atención y era que en el programa para la prensa aparecía en Lugo con un 4-3-3 y no con el 5-4-1 que todos nos imaginábamos viendo el once. Sería cosa de la nota y no cabrían cinco jugadores en la misma línea del pequeño césped que aparecía pintado, pensamos. Y justo en aquel momento, salta la noticia informativa. Quique Setién estaba en el Anxo Carro (aunque en la grada opuesta a Saqués, por supuesto). Todo tenía sentido ya. Era un 4-3-3 y Setién había emplazado a Eloy Jiménez a salir ofensivo con su mera presencia. Había un resquicio de esperanza para la victoria.
Efectivamente, la formación con 3 adelantados (Herrera, Yanis y Tete) era la elegida y no solo eso, ¡el Huesca salía con la misma disposición! Estaba todo dispuesto para celebrar un festival ofensivo en lugar del 0 a 0 que nos temíamos. Y así fue. Los dos equipos salieron a buscar un gol rápido y los primeros minutos se convirtieron en una batalla titánica por cada balón dividido. Los cielos, seguramente conmovidos por el alarde de atrevimiento local, decidieron premiar al Lugo con el típico gol que recibe en forma de jugada confusa. En un córner, el Huesca no fue capaz de despejar el balón de su área y José Carlos, que seguía por allí tras haber subido a rematar, acercó con la red en un tiro a bocajarro ante el que nada pudo hacer el portero.

El Lugo se lo creyó, se vino arriba e intentó ir a por el segundo para cerrar rápido el partido

El Lugo se lo creyó, se vino arriba e intentó ir a por el segundo para cerrar rápido el partido. Sin embargo, todo era demasiado bonito y aparecieron los viejos fantasmas en forma de despistes defensivos con Campabadal regalando un córner y Pita protestando como si no tuviese amarilla justo después de haberla visto. Este cronista se quedó muy sorprendido con el grado de hostilidad que el árbitro tuvo que sufrir, si bien es cierto que su actuación fue muy inconsistente en el criterio para pitar algo y para castigar. De hecho, hasta el VAR se quiso unir a la fiesta y pitó un penalti a Peybernes que media grada se (nos) perdió y llevó a una amarilla a Álvaro Fernández por protestar. Cristian Herrera no perdonó y el Lugo iba 2 a 0. Quedaría aún tiempo para un susto del Huesca en forma de remate que Cantero sacó increíblemente y que Mikel Rico empujó a gol antes de que el linier levantase acertadamente la bandera del fuera de juego.

Yanis vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 47 y el Lugo se quedaba con un jugador menos para afrontar toda la segunda parte.

La segunda parte inició con el Huesca cambiando su formación a un 4-4-2 para tener más el balón e introducía un cambio con la entrada de Cristo por David Ferreiro. Este cronista había comentado en Twitter lo bonito que era tener la suerte a favor y que había sido la mejor primera parte del Lugo en toda la temporada. El destino lo emplazó y, como no podía ser de otra manera, se tuvo que tragar sus palabras. Yanis vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 47 y el Lugo se quedaba con un jugador menos para afrontar toda la segunda parte. Si este equipo tiene peligro cuando se echa atrás, todo parecía tétrico si encima era con un jugador menos. Así fue, Okazaki en el 54 y Miguelón en el 64 pusieron las tablas en el marcador y ya solo faltaba el gol de la victoria para dar la puntilla al Lugo y que la gente empezase a desfilar para llegar a tiempo al partido del Breogán, que se jugaba justo después.
Está claro que con el Lugo y la suerte no se puede uno relajar. En un nuevo giro argumental de la justicia divina, Josué Sá, que como Yanis había ya visto la amarilla en la segunda parte, se iba prematuramente a la ducha dejando la contienda 10 contra 10. Al defender la falta, el Huesca cedió un córner que sería el momento definitivo de la contienda. Borja Domínguez centró y Peybernes se convirtió en el hombre del partido con un inolvidable misil-remate de cabeza que todos vimos en la escuadra nada más salir de la cabeza del central francés. Álvaro Fernández intentó en vano sacar lo que era un imposible y el Lugo recuperó la iniciativa.
Eloy Jiménez se encontró en una situación de ventaja y los tres cambios por hacer. Rápidamente movió ficha y entraron Gerard Valentín y Manu Barreiro por Cristian Herrera y Tete Morente, ganando en retención del balón con el delantero compostelano y trabajo defensivo con el jugador de banda cedido por el Depor. Quedaría tiempo para meter a otro pelotero, Álex López por un exhausto Campabadal. El resultado no se movería y el partido terminó con el 3 a 2. El público que aún no se había ido al Breogán premió al equipo con una merecida ovación por haber sabido luchar y perseverar en circunstancias adversas en el césped e incluso fuera de él (clima casi invernal con mucho frío y lluvia intermitente).
Con la victoria el Lugo pone un poco de tierra de por medio con el descenso a la espera de otros resultados. Sin embargo, este cronista cree que la mayor victoria fue saber que la suerte no ha abandonado del todo a este equipo y que se puede competir en circunstancias caóticas. ¿Es posible que Setién fuese una señal del destino que nos tiene emplazados a asistir en los próximos partidos? No lo sabemos, pero aquí estaremos como siempre para contarlo.

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