No resulta fácil realizar hablar, en la que se supone que se debe vender el atractivo de un partido, cuando cualquier resultado que se pueda dar no tiene ya trascendencia para el devenir de los equipos y la clasificación. Así que en el momento de empezar a escribir se nos vinieron a la cabeza estos versos pertenecientes a la Oda I de Fray Luis de León (1527-1591). En este poema el autor conquense retoma la tradición literaria de la alabanza de la vida retirada en el campo como aquella en la que el hombre encuentra la serenidad de su espíritu. En esa situación está el Club Deportivo Lugo, el que afronta este partido desde la vida retirada de quien está salvado y también el Gimnàstic de Tarragona, descendido a Segunda B.
Tras los nervios previos al partido y el subidón por haber alcanzado el éxtasis en los minutos inmediatamente posteriores al encuentro contra el Tenerife, llega el momento de que poder disfrutar de un momento en que la única obligación del conjunto rojiblanco debería ser la de brindar un espectáculo agradable a sus aficionados a modo de compensación por todo el sufrimiento de la campaña. Sin embargo, había una serie de alicientes que convierten el partido en una oportunidad interesante de tomar datos pensando en la próxima temporada. En el artículo de hoy, se centrará más analizará lo que había en juego para diversos jugadores y el entrenador que en lo que propiamente sucedió en el campo.
Eloy Jiménez ha sido pragmático y ha dotado al equipo de defensa sólida y un plan de ataque desarrollado
Eloy Jiménez se ganó el martes pasado el cielo lucense al asegurar la salvación que parecía complicada en su llegada y más todavía con la abultada derrota de su primer partido. A lo largo de estas semanas, el técnico ha mostrado, entre otras virtudes, mucho pragmatismo al reconocer los dos factores que el Lugo necesitaba para ser competitivo (defensa sólida y un plan de ataque desarrollado). Ahora llegaba el momento de saber qué podía desarrollar de cara al futuro sin la presión de los puntos y si ello sería una sorpresa táctica. Fue una sorpresa, pero por la presencia de una defensa de 5 jugadores, quizás para proteger a hombres como Lebedenko, Menosse o Alberto Varo, con una participación testimonial hasta ahora.
Día de despedidas
Otro personaje que generaba morbo en el partido de mañana era el inquilino de la portería. En el momento de escribir este artículo, solo sabemos oficialmente que Alberto Varo ha renovado por el club, mientras que los rumores apuntan a que puede ser la despedida de un histórico del club como Juan Carlos, así que todo apunta a que estuvimos ante la primera piedra de la nueva era. El nuevo guardameta dio muy buenas sensaciones en los partidos de Copa del Rey y parece el relevo generacional más tranquilo, incluso, en opinión de este cronista, supera a su antecesor en algún aspecto como la valentía al salir del arco.
Tampoco hubo oportunidad de despedir a otros jugadores como José Carlos Lazo, cuya vuelta al Getafe supone el adiós de uno de los principales responsables de la permanencia, y quizás Miguel Vieira, el pilar defensivo y que a buen seguro tendrá ofertas de otros equipos. Sin embargo, asistimos también a la presentación de Álex Rey, que aportó lucha en el mediocampo y puede suponer una rotación más que interesante para Pita o Seoane en momentos puntuales. En el aire queda una larga lista de jugadores que terminan contrato con el Lugo o la cesión desde otros equipos, con lo que cualquier alineación puede tener aires de despedida.
Las ocasiones del partido indican que Varo será un seguro en la meta ante la segura salida de Juan Carlos
En cuanto al partido, el Nàstic salió más motivado que el Lugo, seguramente para dar una alegría su afición en medio de una temporada desastrosa. En la primera parte el equipo tarraconense fue el que más se acercó a la portería y dispuso de bastantes ocasiones. Eloy Jiménez motivó a los suyos en el descanso y ambos contendientes se emparejaron un poco más, hasta el extremo de marcar sus respectivos goles en minutos sucesivos (63’ Cristian Herrera y 64’ Uche). Hasta el final se sucedieron más ocasiones, en especial del conjunto local, que nos confirmaron nuestra intuición sobre la seguridad que aportará Varo en la meta.
En definitiva, si bien el desarrollo del partido no tuvo mucha emoción, estar en la retirada vida que nos describe Fray Luis no implica que el partido no tuviese razones para verlo y analizar lo que suceda, pues muchos nombres propios llegaban al encuentro con su propia historia y se jugaron quizás parte de su futuro dentro o fuera de la entidad rojiblanca. Quizás el planteamiento del entrenador fue un poco rácano o la presencia de no habituales cortó el juego del equipo, pero, en todo caso, era difícil esperar que el narcótico de no jugarse nada no surtiese efecto en ambos equipos. Habrá que esperar a la siguiente temporada para volver a encender el botón de la tensión.