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Todo corazón

por Javier Folgueira Lozano 7 abril, 2019
Tiempo de lectura: 6 minutos

El partido de hoy ante el Osasuna prometía ser de los no aptos para enfermos del corazón y desde luego no defraudó. Al menos en emoción e intensidad, pero sí en el resultado. Fue un encuentro en el habrán salido satisfechos los que fían todo a la testiculina y las ganas, porque nada se les puede reprochar a los jugadores en ese aspecto, que fueron, como dice el título, todo corazón, dejándose el alma en el campo desde el saque inicial… hasta que se les acabó la gasolina.

Como digo, ya el saque inicial fue una declaración de intenciones, con 4 jugadores que parecían velocistas listos para lanzarse tras el balón en cuanto pitase el árbitro, y así fue. Lástima que este tipo de jugadas no sirvan si el contrario te ve preparado y se anula el factor sorpresa. Un buen ejemplo de lo que fue hoy el CD Lugo: muchísimas ganas, todos los jugadores dando el máximo sobre el campo, pero muchos detalles técnicos que se nos volvieron en contra.

De inicio, el encuentro era el mundo al revés para muchos seguidores albivermellos. La alineación era una total sorpresa, con Herrera y Escriche en punta encabezando un 4-4-2 clásico. Buena parte de la parroquia local se llevaba las manos a la cabeza en redes por el cambio en la alineación pero al César lo que es del César (o de Alberto, en este caso), Monteagudo acertó de pleno. No descubro nada nuevo a los lectores de Lugoslavia si digo que por mi parte siempre es bienvenida la presencia de Herrera en el 11 inicial, pero creo que hoy se habrá podido observar objetivamente lo que aportan jugadores como él y Escriche a un equipo: garra y pelea los 90 minutos, y detalles que suman con los compañeros, como cuando Christian anima a Escriche tras el 1-0 y a todos los compañeros uno por uno al retirarse al descanso. Y además suma goles, porque no será el mejor delantero centro del equipo, pero sabe estar ahí para pescar los rechaces como hoy al anotar el gol que abría el marcador tras una gran jugada de Lazo que Escriche no pudo culminar ante el acierto de Rubén.

Al contrario que en el partido ante el Alcorcón, los locales estaban hipermotivados. Sergio Gil entraba a muerte en los balones divididos, Aburjania callaba las bocas de los que le acusan de ser “pecho frío”, Vieira era un baluarte por alto, Tete Morente era un tren expreso por su banda… pero los jugadores de Osasuna capeaban bien el temporal, manteniendo la compostura ante los ataques del Lugo e incluso contando con un par de ocasiones claras para igualar la contienda.

Se llegaba al descanso con el 1 a 0 en el tanteador y la grada muy animada, porque el corazón que ponían los jugadores se transmitía a los 3.500 que bajaron al Anxo Carro pese a la lluvia (sí, 3.500 a pesar de que se agotaron las invitaciones para tribuna, fondo norte y preferencia. Algún día hablaremos de esos que “trincan” las invitaciones para no asistir y dejan a otros sin ellas, pero claro, esto es España y primero se “pone el cazo” y después, ya tal).

A la vuelta del intermedio, un clásico: la primera ocasión era del rival. Pero fue un espejismo, y se mantuvo la tónica de la primera parte con un Lugo muy metido en el encuentro y dándolo todo para anotar el 2º, que pudo llegar en una contra de Lazo que Rubén despejó en una parada antológica y finalmente se logró en una falta lejana, que Morente prolongaba en el borde del área de cabeza para que Escriche anotase. La guinda del pastel para un partido redondo del delantero, que se enturbió con su celebración. Por mi parte, aunque parte de mis compañeros lugoslavos no lo compartan, asunto olvidado y aplausos hoy en el cambio y mientras siga vistiendo la albivermella. Cuando venga el año que viene con el Huesca, ya veremos, que queda mucha temporada.

Así se llegaba al minuto 61′ con el 2-0 en el marcador, y parecía que me iba a poder cachondear de los que se rieron de mí en el último Tiempo Extra por decir que se podía ganar a Osasuna, pero curiosamente la cosa no pintaba del todo bien.

Allá por el minuto 20′ de partido, Denís Iglesias preguntaba en nuestro grupo de Whatsapp cómo veíamos al Lugo, y mi respuesta fue que bien, pero a ver lo que duraba la gasolina. Pues la gasolina duró hasta el 60′. Tras el gol, los nuestros bajaron los brazos para tomar aire, y eso ante un equipo del nivel de Osasuna no se perdona.

Decíamos allá por noviembre cuando llegó Monteagudo que las referencias que nos enviaban desde Cartagena eran que sus equipos tenían un juego muy físico, imponiéndose en el inicio de los partidos y después esperando a la contra, pero que solían desfondarse en la recta final del encuentro, lo que era un peligro si no se cerraba bien la defensa. Pues 5 meses después, por fin hemos visto a ese equipo de Monteagudo que nos advertían desde el sureste de la península. Tras 60 minutos muy intensos y con 2 goles de ventaja, el depósito estaba al rojo y el CD Lugo decidió esperar a la contra. Osasuna marcaba en un córner rematado por David García y Arrasate apostaba el todo por el todo poniendo 4 delanteros en el campo. Desde ese momento, el acoso y derribo pamplonica fue constante y era cuestión de tiempo que llegara el empate. Xisco lo anotó en el 90′, y lo peor es que hubo ocasiones de sobra para que la tragedia fuese mayor con el 3º de Osasuna, que tuvo varias ocasiones (1 palo incluido) para anotarlo.

En resumen, un resultado que es injusto para ambos equipos. Para el Lugo, porque dominó el partido 60′ por los 30′ de los visitantes y para el Osasuna porque por ocasiones mereción la victoria. Lo importante, que se consigue un punto que nos mantiene por fuera del descenso.

Seguimos arrastrando viejos problemas

De nuevo asomó la patita el problema de la planificación de la temporada. Acabará el presente curso y no podremos formarnos una opinión correcta de Monteagudo, porque hoy se ha visto lo que quiere exactamente del equipo y es una propuesta interesante, pero la preparación física de pretemporada y la composición de la plantilla no se corresponden con este estilo de juego.

Seguramente, el “extraño” 11 inicial era una apuesta por los jugadores más físicos y explosivos, lo que obligaba a descartar a veteranos como Barreiro e Iriome y jugadores más pausados como Muñiz. Un acierto de partida, pero que se encontró con la limitación de que esta plantilla no tiene repuestos para ese tipo de jugadores ni fondo físico para aguantar 90 minutos a ese ritmo ante un rival del nivel del Osasuna.

Desde luego, estamos todos esperando un final feliz de temporada, pero cuando se confirme la salvación, habrá que girar la mirada al palco para preguntar si nos espera otra temporada caótica el próximo curso o si Saqués decide ceder el testigo a alguien que intente enderezar el rumbo de un barco que sigue dando tumbos debido a los constantes errores en la gestión .

Mención especial

No quiero rematar la crónica sin dedicar 2 menciones especiales:

  • A Arcediano Monescillo. Es increíble que este hombre arbitre en 2ª. Esta vez no se inventó una expulsión en nuestra contra como en  ocasiones anteriores, pero es desesperante ver cómo arbitra. Su criterio es totalmente errático. Osasuna podrá reclamar un claro penalti entre otras cosas y nosotros que el saque de banda que da lugar al 2-2 está señalado a la inversa, pero eso es solo la punta del iceberg de una forma de arbitrar que, canto más veo, menos la entiendo. Sencillamente horrible.
  • A los que abandonan el campo antes del final. Honor para los 3.500 que bajaron al campo y animaron pese a la lluvia, pero me enervan esos que se pasan todo el año pidiendo que los jugadores “le echen huevos” y son los primeros en vaciar el campo cuando el reloj marca el minuto ochenta y pico. Si hoy que los jugadores han echado todo el esfuerzo necesario en el campo, al saludar desde el centro ven menos de 1/4 de grada aplaudiendo, a ver con qué cara se les pide que echen el resto en los próximos partidos en casa. Para pedir “más huevos” hay que dar algo también. Como mínimo, recompensar el esfuerzo con un breve aplauso.

Así está el panorama

Toca revisar las cuentas para el descenso que hacíamos hace unas semanas.

Las matemáticas decían allá por la jornada 29 que a estas alturas la clasificación de los 4 de abajo sería ésta:

  • Lugo, 35 puntos
  • Extremadura, 32 puntos
  • Nàstic, 28 puntos
  • Córdoba, 26 puntos

De modo que Lugo y Nàstic están 1 punto por debajo de lo previsto y Extremadura 1 por encima. Con este dato, si revisásemos la previsión para la clasificación a final de temporada, el resultado sería éste:

  • Lugo, 42 puntos
  • Nàstic, 42 puntos
  • Extremadura, 40 puntos
  • Córdoba, 37 puntos

Así que ojo, que la cosa pinta más o menos igual que hace 4 jornadas, pero queda 1 mes menos de competición. Puntuar en Córdoba sería clave para casi eliminar ya a un rival de la competición y mejorar esas previsiones.

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