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Fuerza Pelayo

por Lugoslavia 8 abril, 2018
Tiempo de lectura: 3 minutos

El fútbol es quizás una de las manifestaciones humanas más genuinas. Capaz de sacar lo peor y lo mejor de nosotros. Adquirimos compromisos casi religiosos. Tenemos nuestras propias ceremonias. Huimos de frases cortas para definir lo que once jugadores nos hacen sentir. Les pedimos que sienten lo que nosotros sentimos. Que realicen su trabajo rozando la perfección. Les ponemos adjetivos, cubrimos nuestras paredes con sus fotos y queremos que todo les vaya bien. Porque en ellos depositamos nuestras esperanzas.

Aquellos que ven esto como una simple actividad deportiva con objetivos de márketing opinan que son sólo unos niños mimados, que ganan más de lo que merecen por dar golpes a un balón. Otra demostración del enorme juicio moral de garrafón que persigue a esta sociedad. Sin conocer, lo mejor es tirar la piedra. Y nada de recoger cable, porque tu juicio se asienta en el artículo 20 de la Constitución Española que versa sobre la libre expresión. Gracias, cuñado, y no lo digo con tono de Miro Pereira.

Estos son nuestros argumentos para sentir el fútbol. Por eso cuando un jugador vive en una órbita similar rápidamente se produce un flechazo. Como el que Pelayo Novo vive con su Real Oviedo, del que nunca logró salir del todo. Contaba Millán Gómez, responsable de prensa el año que el ovetense estuvo en Lugo, que éste seguía con fervor al Real Oviedo, el club de su vida. El club azulón consiguió el ascenso a Segunda División el 31 de mayo tras derrotar al Cádiz. Comparte víctima con el CD Lugo al que se enfrenta esta tarde.

Ese mismo día, el conjunto rojiblanco se jugaba asegurar la permanencia en casa ante el Albacete. Pelayo lo celebró como aquel exiliado que se enteraba de la muerte del dictador. En solitario, en tierra ajena, sin perder un atisbo de respeto al club que en ese momento le abonaba su nómina, pero sin silenciar un latido. Aquel curso el Lugo se salvó y el Real Oviedo volvió a ordenar el caos que le llevó a vagar por Tercera, a tener derbis contra el Sporting B o a tener que aguantar la creación de engendros como el ACF. Pelayo, como tantos ovetenses respiró aliviado.

Ojalá pudiéramos decir que el suyo es un caso habitual, pero ese respeto por un equipo y unos colores es más bien un patrimonio romántico. Los jugadores de club son una rara especie en extinción. Por suerte, la durísima dicotomía entre el Sporting de Gijón y el Real Oviedo te obliga a soportar la carga de tu escuadra pase lo que pase. Algo comparable a lo que sucede en Sevilla con los dos clubes hispalense. El contrario te anima a mejorar y a sacar orgullo. En Lugo no existe tal figura de contrapunto y ésta se genera ante un gran desplazamiento como el del Real Oviedo. Es el resorte que impulsa el alma localista, imprescindible para la construcción de la identidad de cualquier equipo.

Es difícil entender un duelo cerrado desde fuera. Y que existan improperios, contradicciones y cánticos entre dos aficiones orgullosísimas de sentirse asturianas. Son dos formas de ver el mundo que convergen en lo fundamental. La única amarilla que Pelayo ve el año que juega en Lugo es ante el Sporting. Este código sanguíneo en el que se mezcla la figura del jugador y del aficionado es única. Alguien capaz de ponerse la camiseta número 12 para después enfundarse la suya. Lo que nos lleva a gritar un unitario ‘Fuerza Pelayo’ en el el minuto 18. Sin haberse disputado el duelo, ya es el hombre del partido. De éste y de todos los de Segunda. Las muestras de aprecio en los campos son el mejor homenaje para un futbolista que ha sido pasto de lo más sórdido de la comunicación y de las redes sociales. La intuición como fuente periodística, sin ningún filtro, llegando a darle por muerto. Profesionales y líderes de opinión que son capaces de elaborar un cuadro médico a distancia. Ojalá pusieran tanto empeño en conocer las tripas de este deporte y no en destriparlo cada vez que pueden.

Datos del partido:

CD Lugo (12º, 48 puntos) – Real Oviedo (10º, 50 puntos)  

Fecha y hora: 8 abril de 2018, 16:00 horas.

Jornada 34. Estadio: Anxo Carro.

Posible 11 CD Lugo: Juan Carlos; Leuko, Bernardo, Josete, Kravets; Seoane, Pita; Iriome, Fede Vico, Campillo; y Chuli.

Posible 11 Real Oviedo: Herrero; Carlos Hernández, Forlín, Christian, Mossa, Cotugno, Folch, Mariga, Saúl Berjón, Fabbrini y Toché.

Árbitro: Moreno Aragón (Andalucía). Ficha en BDFutbol: https://bit.ly/2GLR0c5 

Tiempo (4Gotas): https://bit.ly/2IxO9DS

 

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