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Panenka, para genios o locos

por Denís Iglesias 26 diciembre, 2017
Tiempo de lectura: 6 minutos

Tirar un penalti a lo Panenka es hacerlo dándole un toque a una moneda en el aire. Un ejercicio de azar y valentía que divide el punto fatídico entre el fracaso estrepitoso y la gloria. Pesa más el primer apartado, porque el acto implica un impulso de gallardía para humillar al portero. Ha de ser una excepcionalidad bien calculada. Por eso al checoslovaco Antonin Panenka se le chamuscaría el bigote si ve repetida la ejecución de Polaco, delantero del CD Lugo, ante el Rayo Vallecano.

La comunidad rojiblanca vio en el ariete argentino un Grinch para estas Navidades. “Si por lo menos le hubiera dado por dentro…”. Otros criticaron que hubiera empleado este método en una situación tan “decisiva”: con el equipo rival en inferioridad, a diez minutos para terminar el partido y con 1-2 en el marcador. Pero lo cierto es que esta espléndida manera de engullir los once metros nació en un momento categórico. De ahí que no sean las circunstancias las que induzcan a ‘lo Panenka’ sino que ha de ser el protagonista el que, independientemente del partido, se vea capaz de vencer la batalla psicológica con el portero. Y sobre todo, que el jugador protagonista tenga claro que es la mejor opción, no una invitación al virtuosismo.

Panenka: “Elegí esa forma de tirar un penal porque me di cuenta de que era el camino más fácil y simple para marcar un gol”

“Elegí esa forma de tirar un penal porque me di cuenta de que era el camino más fácil y simple para marcar un gol”. Así de sencillo definió Antonin Panenka el modo de tirar penaltis que él mismo inauguró en, nada más y nada menos, el momento más importante del fútbol checo. Fue en la final de la Eurocopa de 1976. disputada en el Crvena Zvezda Stadium de Belgrado, entre Alemania Federal y Checoslovaquia, que se decidió en la tanda fatídica tras igualar ambas selecciones (2-2) en los 90 minutos reglamentarios.

El cuadro de Europa del Este empezó tirando. Masny (1-0) engañó con un disparo duro a la izquierda. Replicó con un tiro muy semejante, pero hacia el otro lado, el capitán alemán Bonhof (1-1). A punto estuvo de parar el alemán Sepp Maier el siguiente lanzado por Nehoda (2-1). Flohe también fraguó el engaño y puso el 2-2 germano. El meta alemán Maier volvió a tirarse bien ante el tiro del beetliano Ondrus (3-2), pero no fue suficiente. No falló Bongartz aunque su mirada indicaba todo lo contrario (3-3) y batió a Ivo Viktor, el mejor portero que ha dado Chequia, pero que estuvo lejos de ser decisivo en esta tanda. No lo necesitó, porque entonces entró en escena Uli Hoeness, actual presidente del Bayern de Munich. “Decidí golpearla fuerte y a un lado. El balón se fue por encima del larguero y creo que lo encontraron hace unos años cuando el estadio fue destruido por la Guerra de Yugoslavia”, dijo Hoeness años después. El cuero fue a parar justo al lado del de Polaco, donde terminan todas las desgracias de los once metros. Y cuando parecía que iba a ser el protagonista de la final, Antonin Panenka entró en escena.

De Zidane al ‘Loco’ Abreu: “Haz lo que quieras”

“Eso sólo puede ser la obra de un genio o un loco”, defiende Pelé. “Confieso que estuve años ensayando esa jugada. Si lo tiras fuerte, siempre cabe la posibilidad de que el portero, en un alarde de reflejos, lo pare. Sabía que ningún portero tendría la valentía de quedarse en la línea”, confesó Panenka. El fútbol ha cambiado y ya ningún jugador es capaz de poner en suspenso el tiempo. La mejor muestra, en el Anxo Carro. El guardameta visitante, Alberto, se detuvo en el centro. La ejecución de Polaco fue tan mala que hasta dio un estirón por si el cuero desafiaba la gravedad y se colaba por debajo del larguero, algo casi imposible tras un tiro descarriado. “Lo he parado gracias al entrenamiento psicológico”, dijo el portero tras ser cuestionado sobre el lanzamiento.

Panenka estaba seguro al 1000% de que iba a marcar el penalti; este tiro requiere una autoconfianza total

El delantero argentino del CD Lugo le quitó un balón al compañero. Se dejó intimidar por el portero e intentó usar un recurso por el que saltó a la fama en el partido de Copa ante el Nàstic: éste sí fue un lanzamiento impecable. Hizo todo lo que no implica el ‘a lo Panenka’: fue previsible y preso psicológico de las circunstancias. El error estaba prefabricado. Todo el mundo esperaba que lo fuera tirar así y la profecía se cumplió. Fue como en el capítulo de los Simpson en el que Bart se hace famoso por su frase “Yo no he sido”. Acaba muriendo preso de la misma. Como Polaco, del que la afición rojiblanca tuvo como primeras informaciones: “Tiene un mote gracioso y tira los penaltis a lo Panenka”.

“Muchos compañeros me pidieron que no tirara el penalti así”, confesó Panenka, que cuando fue a buscar la opinión de el seleccionador Vaclav Jezek se encontró con la respuesta de un padre: “Haz lo que quieras”. Una libertad que lleva implícita una hostia en la mejilla si las cosas acaban mal: “Pero es que yo no estaba seguro al 100% de que lo iba a meter. Estaba seguro al 1000%”.

El medio ‘rojo’ empezó su carrera en Praga y justo cuando estaba llegando a Belgrado deceleró y la picó. Suave, con un arco en forma de filo de navaja que perforó totalmente el corazón de Sepp Maier. Uno de los mejores porteros que ha dado Alemania. Icono del Bayern. Ganador de cuatro Bundesligas, cuatro Copas alemanas, tres Copas de Europa, una Supercopa de Europa y una Intercontinental; a lo que cabe añadir 95 partidos con Alemania, con la que ganó un Mundial y una Eurocopa.

Cuatro años después de conquistar la Eurocopa 1976, Checoslovaquia venció a Italia, país organizador, en el partido por el tercer y cuarto puesto. También desde los once metros: el partido terminó 1-1 y la tanda 8-9. Panenka fue el quinto en tirar, como presagiando que podría una vez más el colofón a otra noche histórica para el fútbol checo. ¿Cómo ejecutó la pena máxima? Fuerte y pegada al palo, del modo más estándar que uno imagina. Y entró tanto o más fácil que el penalti de 1976. Todo sea dicho, haber nacido en ese país ayudaba a ser certo. Posteriormente, Panenka anotó los dos únicos goles de Checoslovaquia en el Mundial de 1982, ante Kuwait y Francia. Ambos de penalti, pero de un modo bien diferente a aquella forma de matar al rival que finalmente bautizó.

Toda esta retahíla histórica explica la complejidad de un lanzamiento único e irrepetible.. Incluso genios como Zinedine Zidane han tenido sus más y sus menos para llevarlo a la práctica. El actual entrenador del Real Madrid empleó este disparo en la final Francia-Italia, su último partido como profesional, para poner el 1-0. Pervirtió el disparo haciendo que rebotara contra el larguero y que casi se quedara en un ‘gol fantasma’. Quizás en ese tan poco ortodoxo intento entre lo nada ortodoxo se le rompió una vértebra al francés, que después empaló a Materazzi con un cabezazo.

Quizás el Panenka no sea un recurso de genio como enunció Pelé, puesto que uno de los jugadores que más malabarismos ha hecho con esta transición hacia el gol es Sebastián ‘el Loco’ Abreu, que, desde luego, entraría en el otro sujeto al que atribuye O Rei esta capacidad En 2010, un ‘panenkazo’ del charrúa llevó a Uruguay ante Ghana a su primera semifinal en 40 años. Cuando era jugador de Botafogo tiró dos ‘Panenka’ en un mismo partido. El primero lo falló y el segundo lo metió. Sólo un demente como él puede permitirse ese lujo. Alguien lo suficientemente impredecible como para estar en activo con 41 años y haber militado en 25 equipos diferentes. Récord Guiness.

Polaco todavía no es ni un genio ni un loco. Es un jugador argentino tratando de generarse un cartel en Europa y al que las expectativas que cualquier exótico genera le pesan. En lo que va de temporada, el jugador cedido Atlético Newell’s Old Boys lleva un sólo gol, aunque en una reciente entrevista concedida a EFE prometía 13…. Su único tanto en el transcurso de un partido lo anotó desde los once metros. Ante el Real Valladolid, de un modo pragmático, engañando al portero. Permitió al Lugo ampliar las diferencias hasta el 0-2, que, tal y como se sucedió el encuentro, supuso un punto.

A pesar de la buena marcha del CD Lugo, las decisiones arbitrales no están siendo favorables. Por eso los penaltis a favor son escasos. Pepitas de oro que va a ayudar a salvar los muebles en los encuentros en que se produzcan. Por eso el viernes a Antonin Panenka se le retorció el bigote en su despacho, desde donde dirige la presidencia del mítico Bohemians checo. Alguien había disparado en su nombre en el instante, del modo y con la psicología inadecuados. Todo había salido mal en el manual de instrucciones aleatorio que él mismo había configurado en Belgrado.

Pero si a estas alturas tuviera que darle un consejo a Polaco,seguro que le diría que lo volviera a intentar. Porque él confiaba en los jugadores valientes. Pero eso sí, antes de que eso fuera pasar, le recomendaría seguir el método que aquella Checoslovaquia siguió para conquistar la Eurocopa de 1976: “Tres días antes de jugar un partido no podíamos tener sexo, beber ni fumar. Pero el problema se daba cuando hacíamos ‘semana inglesa’, con partidos los miércoles y los sábados, y teníamos que explicárselo a la mujer”. Estamos seguros de que así, el próximo lo tiraría a la escuadra.

Foto principal: LaLiga123.

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