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Memorias del Anxo Carro – Capítulo 1: Inauguración

por Xabier Piñeiro Neira 30 marzo, 2017
Tiempo de lectura: 4 minutos

Casa. Algo tienen los estadios de fútbol que uno los siente como suyos cuando se cría entre sus suelos de cemento y sus sillas descoloridas por el sol. Entre esas gradas, el césped, sobre el que los cromos cobran vida para completar la colección de recuerdos de cada aficionado, que la completa con un “sile-nole” de verborrea nostálgica en el bar, cuando, ya de viejo, intercambia batallitas sobre tiempos en blanco y negro y peinados pasados de moda.

“Casa” y “hogar” no son sinónimos, y a veces nos perdemos en significancias apaleados por sustantivos traicioneros y nostalgia enquistada. El hogar es aquel espacio en el que, al entrar, sentimos que llevamos allí toda una vida. Y señores, el Anxo Carro es nuestro hogar.

En esta serie de artículos, desde Lugoslavia queremos rendir homenaje a esa estructura silenciosa que lleva viendo fluir el agua del Miño desde hace 43 años sin pedirnos que le rindamos cuentas. Nunca fue una maravilla pero es nuestro, y como tal, se merece que contemos su historia.

NACIMIENTO TRAUMÁTICO

El del “Nuevo Anxo Carro” fue un parto rápido y no demasiado sencillo. Como todo lo que ocurre en Lugo, llegó deprisa y corriendo, sietemesino y con problemas de salud.

Caras largas sobre el plano

Corría el verano de 1974, y el por aquel entonces Gobernador Civil de Lugo y Jefe Provincial del Movimiento, el señor Guillermo Ruipérez del Gallego (farmacéutico de profesión y conquense de nacimiento) veía cercana la conclusión de uno de sus proyectos punteros para la ciudad, el nuevo estadio de fútbol. Antes de iniciar sus vacaciones, Ruipérez apremiaba a los obreros para que todo estuviese a punto para la inauguración. Sin embargo, graves deficiencias complicaban la tarea. Sin luz ni agua, ni porterías, ni un terreno de juego en condiciones, el estadio no terminaba de complacer al Gobernador.

I TORNEO “JEFE PROVINCIAL DEL MOVIMIENTO”

Para inaugurar la nueva estructura, se decidió crear un torneo amistoso con equipos de renombre, entre los que se barajaron el Sporting de Gijón o el Celta, aunque finalmente fueron el Lemos y el Deportivo de la Coruña los contendientes.  El partido inaugural sería entre el Lemos y el CD Lugo y, el ganador, se enfrentaría al Deportivo. Cabe recordar que en 1974, los 3 clubes compartían categoría, la Tercera División, antes de que existiese la actual 2ºB.

María Victoria haciendo el saque de honor

El espectáculo estaba asegurado con el balón en movimiento, pero la estampa posterior no bajaría el nivel. El alcalde de Lugo Antonio Pol y el Presidente José García Pena, en el círculo central. Junto a ellos, el señor Ruipérez y su hija,

María Victoria, nombrada madrina del torneo, que realizó el saque de honor y a la que se entregó un ramo de flores.

Junto a ellos, el obispo Ona de Ochave, bendiciendo el Anxo Carro ante Dios y las autoridades políticas y militares, como en todo buen acto del Movimiento.

Con la entrega de la medalla de oro y brillantes al Gobernador Civil por parte de García Pena, se daban por concluidos los actos y comenzaba lo importante: el fútbol.

MINUTO 0

Las 6 de la tarde de un 31 de Agosto. Verano en Lugo. Cielo cubierto amenazando a una lluvia que nunca llegó, quizás por las plegarias del señor obispo. Nunca lo sabremos. Lo que si podemos contar es que el Lugo se adelantó en el marcador a los 35 minutos gracias a un tanto de Richard, dejando así grabado su nombre para la historia como el primer goleador del nuevo campo. El empate del Lemos nos llevaba a una situación no contemplada por la organización. Una prórroga que no entraba en el guion y 3 tandas de penaltis después, dictaminaron como ganador al equipo local.

Los once que formaron en aquel partido primerizo fueron Moncho, Fariña, Hipólito, Miguel, Álvarez, Falín, Manolo Novo, Iriarte, Hidalgo, Devesa y Richard. También jugaron Cholo, Villa, Veiga y Freire. También formaba parte de aquella plantilla Tapia, actual empleado del club, que estaba lesionado por aquel entonces.

Así estaba el Anxo Carro contra el Deportivo de la Coruña

La final del domingo contra el Deportivo de la Coruña se escribió con la tinta con la que se escribe la rivalidad provinciana. Los paletos pusieron el mérito y los señoritos de ciudad, el éxito. El Lugo, entrenado por Ignacio Martín Esparza (miembro del histórico Pontevedra del Hai que Roelo) mereció llevarse su torneo, pero la efectividad de los de Riazor decantó el marcador.

Como anécdota diremos que el primer partido oficial de Liga en el Anxo Carro se resolvió con victoria albivermella por 3 a 1 contra el Basconia.

A partir de ahí, el resto es historia.

Fotografías: Diario El Progreso. Hemeroteca Provincial de Lugo

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