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Fichar en el Lugo. Mouriz, Otero y De Dios a examen

por Javier Folgueira Lozano 23 marzo, 2017
Tiempo de lectura: 5 minutos

Si analizamos los datos objetivamente, sin dejarnos llevar por gustos personales, podemos decir que un buen fichaje es aquél al que los entrenadores han podido sacar partido, es decir, cuando un Director Deportivo da con un jugador con el cual puede contar el entrenador para el mayor número de partidos.

Bajo este prisma, encontramos que los fichajes exitosos pueden serlo de inmediato, volviéndose imprescindibles ya desde su primera temporada (Seoane) o bien requerir un tiempo para hacerse con su lugar en el grupo (José Juan, Joselu, …).

Por el contrario los motivos que pueden llevar a que una incorporación resulte poco rentable para el equipo pueden ser muy variadas, problemas de adaptación, lesiones, desencuentros con el entrenador, … Algunas de estas cuestiones son indudablemente achacables al responsable de las contrataciones, mientras que otras son consecuencia de simple mala suerte, pero todas ellas repercuten en la imagen final que se obtiene del encargado de confeccionar la plantilla. También hay que tener en cuenta que algunos de los fichajes pueden ser “caprichos” de entrenadores o directivos, pero como responsable directo del área, pueden añadirse igualmente al debe o el haber del director deportivo.

Finalmente, hay jugadores que han aportado su granito de arena, pero sin llegar a convertirse en una pieza clave del equipo. Son los fichajes que no se pueden considerar fracasos, ya que llevan a cabo su función, pero tampoco éxitos.

Teniendo en cuenta que, debido a todas estas consideraciones, el presente informe es interpretable por cada lector, la evaluación del “examen” al que sometemos a los directores deportivos del CD Lugo en esta su nueva etapa en la división de plata española arroja los siguientes resultados:

Temporada 2012/13 (Carlos Mouriz, notable alto). Cantidad y calidad.

Sin duda, el rehacer un equipo desde (casi) cero es un sistema que suele dar buenos resultados. Quizá por el hecho de que entre una gran cantidad de jugadores es más fácil elegir a los 11 que sienten las bases de un equipo sólido, en los últimos años no encontramos varios casos de equipos “reconstruidos” con plantillas casi completamente nuevas que aportan un rendimiento muy por encima de sus expectativas (Mirandés 2014/15, Eibar 2015/16, …). Algo así puede decirse del Lugo de la temporada tras el ascenso.

En la temporada 2012/13, Carlos Mouriz realizó ¡hasta 20 contrataciones!, es decir, prácticamente una plantilla completa, con unas pocas excepciones que conservó de la etapa de 2ªB como Maun, Pita, Berodia o Belfortti.

Con esta “revolución” en el vestuario, llegaron los que serían las piedras angulares del Lugo en las 3 temporadas siguientes, siendo más de la mitad de las contrataciones grandes aciertos: Seoane, José Juan, Pavón, De Coz, Víctor Díaz, Iván Pérez, Pablo Álvarez, Yoel, Tonetto y especialmente, Óscar Díaz.

No obstante, el gran desempeño del madrileño se debió precisamente a que cubrió las carencias del gran error de esta temporada, los que llegaban a Lugo para ser los teóricos titulares en el ataque del equipo: Fran Sol y Mauro Quiroga. Tampoco Raúl Fuster y Galindo o las incorporaciones de invierno de Guayre, Cabrera y Tena (los dos primeros para solucionar las citadas carencias ofensivas) alcanzaron las expectativas puestas en ellos por la afición.

En “tierra de nadie” se quedarían ese año las incorporaciones de Rubén Durán y un Héctor Font muy lastrado por su condición física.

Temporada 2013/14 (Carlos Mouriz, suspenso). Más sombras que luces.

La segunda temporada del Lugo a análisis fue la que contó con menos incorporaciones, 11 en total. El acierto en la temporada anterior hizo menos necesario incorporar nuevos jugadores y los que llegaron no consiguieron asentarse en la plantilla, marchándose 9 de ellos en la campaña siguiente.

Por lo tanto, la mejor temporada de los actuales directores deportivos del Lugo dio paso curiosamente a la peor.

Se salvaron de la “quema” en esta temporada Álvaro Peña, Pablo Sánchez y Rennella.

Mucho peor rendimiento proporcionaron los David Prieto, Jorge García, Juanjo, Rafa García y, en especial, Ernesto (9 partidos en 2 temporadas). Algo mejor resultado dieron las incorporaciones de Sandaza y Dani Mallo, aunque los problemas con Setién y la competencia con José Juan, respectivamente, no les permitieron alcanzar su mejor nivel.

Temporada 2014/15 (Carlos Mouriz, aprobado raspado). Más de lo mismo.

De nuevo en la temporada 2014/15, apenas un tercio de las nuevas incorporaciones llegaron a ser esenciales para el CD Lugo, si bien algunas de las excepciones proporcionaron un gran rendimiento. Es el caso de Iriome, Ferreiro, Caballero, David López o Borja Gómez.

Estos nombres y lo que han aportado al Lugo parecerían suficiente para calificar de buena esta campaña, pero las 11 incorporaciones restantes empañan el resultado global de las dirección deportiva en esta temporada. Así, Samu de los Reyes, Jon García, Diego Seoane, Pelayo, Jonathan Valle, Toni Dovale, Dalmau o Israel Puerto no llegaron a despuntar en esta temporada.

Capítulo aparte merecería, una vez más, la nueva delantera del CD Lugo, ya que el mal resultado de los fichajes de Luis Fernández, Lolo Plá y David Aganzo obligaron a la contratación en el mercado invernal del mencionado Pablo Caballero, lo que convierte la valoración conjunta de la temporada en mediocre.

Temporada 2015/16 (Toni Otero, bien). Cambio de rumbo y buenos resultados.

Dejando a un lado los problemas internos e incompatibilidades de caracteres durante la gestión de Toni Otero en el primer año de la directiva de Saqués en el cargo, los resultados de su trabajo son los más efectivos desde la 2012/13, combinando por igual aciertos y errores.

Se cambia la política de fichajes del equipo, buscando jugadores más jóvenes y con mayor proyección de futuro.

En la 2015/16 hasta 5 fichajes de Toni Otero resultaron esenciales para Luis Milla primero y José Durán después. Campillo, Carlos Hernández, Dealbert y Pereira fueron titulares habituales. Un 5º fichaje no contó con la confianza de los entrenadores esa temporada, pero se ha demostrado acertado a posteriori: Joselu.

También hubo algunos jugadores que aportaron más bien poco, como Molinero, Roberto, Vega o Caballé.

Algo más aportaron Sergio Marcos, Igor Martínez o Cendrós, pero sin llegar a contar con la confianza de los técnicos.

Cabe destacar el trabajo que dejó Otero a largo plazo, con fichajes como Álvaro Lemos, Serge Leuko o Mario Barco, piezas que se están revalorizando en el mercado y demostrando el acierto y buen ojo del vigués.

Temporada actual (Emilio de Dios, suspenso). Demasiados contrastes

Por lo general, los fichajes de Emilio de Dios no han dejado indiferente a nadie este año.

Como grandes aciertos se pueden contar la llegada de Miquel y Calavera. También sin duda Alfonso Pedraza, si bien esa cláusula incorporada en el contrato de cesión dio al traste con su aporte en lo deportivo, aunque dejase un buen pellizco económico en Lugo.

No obstante, Carmona (por las lesiones), Perea y Enguene han resultado tres de las contrataciones más decepcionantes de la historia del Lugo (aunque el caso de Carmona habrá que evaluarlo cuando su recuperación lo permita) y la horrible gestión de los tiempos en el mercado invernal hace que ni Damià ni Rolón ni Kravets vayan a disponer de tiempo para demostrar en este curso en qué categoría deberíamos encuadrarlos.

Más prometedoras son las contrataciones de Marcelo, Sergio Gil, Fede Vico o Yelko Pino, pero será probablemente su rendimiento la temporada que viene la que determine si le subimos la nota a de Dios en la repesca y le aprobamos la asignatura.

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