Allá por la época de Crónicas Marcianas empezó a hacerse famoso un grupo llamado Los Sultanes. Jorge Salvador, animador y DJ del programa ponía una y otra vez hits de calidad inigualable y este grupo compuesto por una serie de argentinos presuntamente gays aparecían en sus setlists de continuo.
Para los que todavía estéis despistados ya sea porque no veíais Crónicas Marcianas, ya sea porque no habíais nacido o erais muy jóvenes, la canción más TOP de esta maravillosa banda de cumbias era (y sigue siendo) decile que lo quiero, un tema que hablaba, en esencia, sobre un tío que tenía un novio y que lo había engañado con una mujer, que luchaba por perdonarlo y demás asuntos sobre amor y desamor que no nos interesan ahora mismo. Problemas de la vida que le pueden suceder a cualquiera, vamos.
Pues bien, ya centrados en el grupo, os he de comentar que otro de sus grandes éxitos empieza con las mismas palabras con las que yo titulo este maravilloso undecálogo. Añadiré que he decidido titularlo así gracias a un excelente trabajador Policía Local y un incidente que sucedió el viernes. Os cuento:
(Antes de nada quiero decir que no sé cómo se llama el instrumento que utiliza la Policía y la Guardia Civil para mandar parar a los coches. Sí, esa estaca que brilla con luz propia y que manipulan haciéndola oscilar de un lado a otro, a lo lejos, cuando te van a parar para hacerte soplar. Como desconozco su nombre lo llamaré a partir de ahora sable de luz. Igualmente ruego que quien sepa el nombre técnico me lo comente y me saque de mi jodida ignorancia. Gracias).
1 · Encontrábame yo en mi coche, parado en el típico atasco prepartido, dirección al Anxo Carro, cuando un agente del orden levanta su sable de luz con el fin de mandarme parar, al tiempo que hacía sonar su silbato de una forma más ardiente que de lo habitual, o esa fue la sensación que me dio. Efectivamente tal y como me indicó yo me detuve ante la rotonda, sin llegar a adentrarme en ella y quedando a una distancia (considero) más que decente.
2 · En esto que veo que el buen hombre se acerca a mí. Bajo la ventanilla y me espeta de buenas a primeras: “hay que estar más atento a la conducción, ¿eh?”. Con la misma cara que se le puso a Homer cuando los dos policías le estaban explicando que a partir de aquel momento se iba pasar a llamar, por su seguridad, Homer Thompson le respondí que ya estaba atento a la conducción y que cuando me mandó detenerme así lo hice, sin entrar en la rotonda.
3 · Él dijo que no. Argumentó en mi contra (con unos modos ciertamente descorteses) que me “mandó parar allí arriba, no aquí”, le respondí que “usted me hizo así con el sable de luz…” y me dijo que “claro, le estaba haciendo así para mandarle parar, qué piensa, ¿que lo estaba saludando?”. Mi cara de estupefacción no hacía más que aumentar.
4 · Con mi buena intención le dije en repetidas ocasiones que lo sentía, que si me hizo el gesto de parar con el sable de luz no lo había visto y que tenía que disculparme porque no había ningún tipo de mala fe en mi acto. Sin despedirse luego de increparme una y otra vez por mi hecho se dio la vuelta y me mandó pasar.
5 · A mí no me molesta que, cuando haga una cosa mal, la gente me corrija, ya sea ese agente, un amigo, un desconocido, el Presidente del Gobierno o el Papa. En absoluto. Lo que toca la moral, y mucho, son las formas de decirlo. A este señor le hubiera costado lo mismo decirme: “Oye, te mandé parar allí arriba y no lo hiciste, estate más atento” que no dirigirse a mí con esa arrogancia y chulería con la que me habló, sin empatía y machacando el asunto una y otra vez desde que le pedí disculpas (disculpas que le reiteré hasta tres veces). Joder, no creo que el error que supuestamente cometí, justificara esos aspavientos y esos modales, porque además ni le hablé mal, ni me puse a la defensiva, ni nada. Insisto, no es el hecho, son los modales.
6 · Después que por qué la gente les tiene rabia. Encima el día anterior fue el tinglado del HULA… Al parecer la actitud de este tío no fue solo conmigo, que por Twitter hubo bastante más gente que se quejó de ese mismo agente. En fin, no digo más del tema.
7 · En otro orden de cosas, Marcos MC atendió a mis sugerencias la semana pasada y pinchó el classic hit que le propuse con todo mi cariño. Luego puso Everybody Jump, que también se me pasó por la cabeza proponerla pero que desheché luego de considerarlo un poco mejor. ¡Muchas gracias! Ahora a ver si diseñamos una setlist un poco más rockera.
8 · Como mis fanes saben (se encontraron apesadumbrados por ello), ayer no pude publicar el undecálogo debido a que el club anunció el día anterior la marcha de Emilio de Dios del equipo. Publicamos en su lugar este artículo en el que dimos nuestros puntos de vista (excepto Ramón que no quiso, argumentando cosas ciertamente cabales). Artículo que, personalmente, me gustó bastante.
9 · El finde dio de sí. Se perdió el viernes haciendo una primera media hora nefasta. Yo le pondría al equipo esos primeros minutos, en palabras de Cañita Brava, un cero de suspense. No veíamos el balón, corríamos desorientados, nos marcaron los dos goles… nada. Luego sí, Calavera marcó un golazo instantes antes del descanso y en la segunda parte sí que se jugó bien, pero no fue suficiente. Teníamos enfrente a un rival muy bien plantado en el terreno de juego. Siga así, no tengo nada en contra del Elche.
10 · Como el partido del Lugo fue el viernes y el domingo tenía tiempo, salud, dinero y amor, fui al Ceado a ver el Polvorín ante el Noia. ¡Y qué bien me lo pasé (a pesar del resultado)! Fútbol del de verdad, del que se respira y se siente, fútbol no tiranizado por caciques que sólo piensan en dinero, dinero y más dinero (el mundo se consume en dinero), fútbol en el que te puedes tomar una cerveza mientras ves a los tuyos perder en el tiempo de descuento sin que pase nada. Fútbol con esencia, no prostituido.
11 · Y reservo este punto para comunicar una vez más que nos vamos a Valladolid el fin de semana, que no sé cuánta gente habrá de Lugo (espero que mucha) pero que seremos dieciséis lugoslavos los que estaremos allí agitando las banderas y bufandas. Va a ser un partido complicadísimo ya que el Valladolid lleva no sé cuantísimos partidos sin perder en Zorrilla, pero oye, como dice Luis César, cuanto más se alargan las rachas, más cerca se están de finalizarlas. Pues ojalá seamos nosotros quien se la finalicemos.
Queridos míos, los haters aumentan, no es mala señal al fin y al cabo. Yo los dejo que rabeen. Por cierto, a pesar de que no sé cómo se llama el sable de luz de los agentes, me dijo el Facebook ayer por la tarde que mi nivel de vocabulario es de 18120, el mejor 5,58%. No sé lo que significa exactamente pero creo que es bueno (y más si me lo avala una aplicación de Facebook).
Así que sin más queridos fanes, haters y agente de la Policía Local que me increpó el viernes antes de llegar al campo, se os saluda.
Foto principal: Pantallazo de Youtube de increíble calidad del vídeo El Chupete de Los Sultanes.