El Tenerife era un equipo con jet-lag antes de llegar a Lugo. Al que le mareaban los desplazamientos, de los que no había salido victorioso. Como el Cádiz o el Getafe, otros dos equipos que recobraron la fe en la provincia gallega, considerada ya como un balneario para los flojos de corazón visitante. A pesar de la depresión foránea, el conjunto insular llegaba con dos victorias a su favor y con el firme sentimiento de querer mirar hacia arriba. A sus pies, un CD Lugo poco cabal y perdido en sus propias dudas, que lleva más de un mes en un territorio angosto donde las fuerzas se distribuyen de modo desigual. Donde los goles en contra entran si querer y los cambios son inoperantes.
A pesar de las caras, cuando la moneda se tira al aire esta parte de un inicio de cero. El fútbol siempre te permite resetear, si hay intención. Por eso el Lugo, que venía de peder sin contestación ante el Girona, se mostró mejor en el primer tramo, donde dulcifica su trato al balón y se aleja de los miedos que le atenazan en el segundo tiempo. Obtuvo su premio el que nunca deja de intentarlo, Joselu, un estajanovista al servicio del gol que interrumpió su personal ‘mala racha’ con un cabezazo. Derribó los miedos de la altura y voló para poner una sonrisa tranquilizadora en un Anxo Carro que tiende a la mueca.
El tanto del andaluz llegó de las botas de Manu, al que no pocas veces se le recrimina su falta de precisión en los centros, pero que en esta ocasión supo ver el espacio y afinar los grados para implementar el tanto. Hasta aquí. El resto de la obra del capitán fue una sucesión de desaciertos, en la tónica general de un equipo anulado desde la creación. Sin alma, y con un entrenador que busca ganar la guerra a navajazos.
Capitán, mi capitán
La némesis de Manu, Suso Santana, se fue otra vez como protagonista del Anxo Carro. Hace unos meses, tras la eliminación copera del Lugo ante el Tenerife, dedicábamos un artículo a Suso Santana. El capitán tinerfeño, que acaba de firmar su renovación hasta 2018, vivió el año pasado uno de sus peores partidos en el feudo lucense. “Di pena”, llegó a afirmar sobre aquella tarde en la que el Fondo Norte le coreó: “Suso, hoy te he venido a ver”, una mofa particular que se convirtió en tradición en los siguientes enfrentamientos. El canto caerá en el olvido tras este partido. Lo que sintió aquel avergonzado jugador no tiene nada que ver con el futbolista que forzó con picaresca un penalti, anotó un gol y sirvió otro en bandeja a Aarón Ñíguez.
Cualquier blanquiazul se podrá subir hoy sobre la mesa y gritar ‘¡Oh, Capitán!, ¡Mi Capitán!” que Walt Whitman escribió en homenaje a Abraham Lincoln después de su asesinato en 1865. Los rojiblancos cambiarán las exclamaciones por interrogantes. Para más tragedia, la disposición táctica hizo que se enfrentasen Manu y Suso, de tú a tú. No fue necesaria la opinión de los jueces para dictaminar el resultado. Dos minutos después del gol de Joselu, un árbitro volvió a caer en la mala costumbre de pitar sin preguntar, colocarse o contrastar. Vio la poderosa silueta de Suso en el suelo y se llevó el silbato a la boca, sin pensar que el jugador había controlado el balón con la mano antes de ser abrazado por Manu en un tonto penalti.
Pedraza, el más activo, pero el más acelerado
A partir de ahí, el conjunto de Martí se dedicó a anular a Pita y a obligar al Lugo a jugar por las bandas. Arriba, flechas como Cristo y Amath esperaron su oportunidad. Precisamente, el jugador senegalés gozó de una de las oportunidades más claras. José Juan demostró sus viejos reflejos para frenar un tiro en boca de gol. Recuperó protagonismo el Lugo a través de Pedraza, que en los últimos partidos no está demostrando la frescura de ideas que le convirtió al inicio del curso en uno de los mejores de la categoría. Va sobrado de calidad, sus piernas así lo demuestran, pero su falta de reflexión a la hora de ejecutar los pases o tiros le deja a la altura de un simple torbellino. A esto hay que unirle su insuficiente solidaridad defensiva que convierte a Manu en un jugador más vulnerable.
Aún así, el cordobés fue el más activo y suyo fue el pase para que Joselu rematara y, por centímetros, se quedara sin su segundo gol por culpa del larguero. El Lugo parecía haber retomado el control y de repente llegó el descanso. Y pasó lo de siempre, un intermedio de meigas que transformó al equipo como en un concursante de Lluvia de Estrellas. Un programa donde uno entraba como un chico normal, con vocación de aprobar, pero en el que el humo te convertía en un artista de medio pelo que olía a Brumel. Totalmente desconcertado…
Los cambios volvieron a resultar estériles
A pesar del trágico desenlace, el Lugo dispuso de sus opciones. Pita mandó un disparo colocado desde la frontal que salió lamiendo el palo. No necesitó ensayos ni avisos Suso Santana, que aprovechó un fantástico balón de Cristo para romper la espalda de Manu, que todavía sigue buscando la marca. Luis César, lejos de suturar heridas, operó sin anestesia. Metió a Caballero, Perea y Yelko Pino. Una vez más, los cambios aportaron nada o casi nada. Y lo peor, encendieron la mecha humedecida de parte de la afición que pitó al colombiano. Esa banda sonora tan ácida que ayuda a crear un clima enrarecido. Cambios estériles que reclaman refuerzos.
Sólo faltaba la puntilla, que volvió a llegar por la banda desolada del Lugo, donde Suso campó a sus anchas. Llegó hasta la cocina y lanzó un disparo que despejó José Juan en primera instancia. El rechace, casi preso del karma, cayó en los pies de Aarón Ñíguez que completó la sangría. El invierno se acerca y el declive de los últimos tiempos es evidente. Es necesario un cambio de actitud y una implicación grupal, desde la grada hasta el utillero. La factura de Segunda es cara y sólo están pagados los primeros plazos. La reválida de la próxima semana, ante el colista, el UCAM Murcia, precisará las costuras de un Lugo descosido que no contará con Calavera e Ignasi Miquel.
Ficha técnica:
CD Lugo: José Juan; Calavera (Yelko Pino, min.75), Marcelo Djaló, Ignasi Miquel, Manu; Pita (Brayan Perea, min.75), Seoane; Iriome, Campillo, Pedraza (Caballero, min.69); y Joselu.
CD Tenerife: Dani Hernández; Raúl Cámara (Jorge Sáenz, min.54), Alberto, Carlos Ruiz, Iñaki Sáenz; Vitolo, Marc Crosas, Aitor Sanz; Amath Ndiaye, Suso Santana (Bolaños, min.87) y Cristo González (Aarón Ñíguez, min.72).
Marcador: 1-0, min.5: Joselu. 1-1, min.8: Suso Santana, de penalti. 1-2, min.66: Suso Santana. 1-3, min.78: Aarón Ñíguez.
Árbitro: Arcediano Monescillo, del colegio castellano-manchego. Mostró amarilla a Manu (min.7), Pedraza (min.12), Calavera (min.29) y Caballero (min.92), por parte del Lugo; y Vitolo (min.30) e Iñaki Sáenz (min.71), por parte del Tenerife.
Incidencias: partido disputado en el estadio Anxo Carro, correspondiente a la 16ª jornada. 3.500 espectadores.