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El (poco) fondo de armario del Lugo

por Daniel Martínez Baniela 23 noviembre, 2016
Tiempo de lectura: 5 minutos

Durante los últimos días se viene repitiendo un mantra en el entorno rojiblanco que insiste, machaconamente, en una idea que ya en pretemporada se señaló hasta la saciedad: la diferencia entre los titulares y los suplentes del CD Lugo. El debate se acrecentó tras el agridulce (más agrio que dulce, la verdad) cierre del mercado, con tres fichajes en una tarde que, de momento, poco han aportado a lo que ya había más allá de una pegadiza canción de reggaetón. Este Lugo es de plantilla corta en parte por petición de Luis César y con el que estoy bastante de acuerdo en su razonamiento que señala que gestionar una plantilla de veinticinco jugadores de los cuales cuatro o cinco iban a jugar menos que yo es frustrante para los propios jugadores y contraproducente para el equipo, pero creo que, contrariamente a la opinión general, el problema del Lugo no es de número sino de especificidades, de puestos, de perfiles de jugador. Intentaré explicarme.

Para empezar, vamos a tomar como bueno el siguiente once como “once de gala” del Lugo, con el fin de trazar una línea entre titulares y suplentes para realizar el esquema, no porque yo quiera colgar ninguna etiqueta a ningún jugador. Este “once tipo” sería: José Juan – Calavera, Djaló (C. Hernández), Miquel, Manu – Pita, Seoane – Iriome, Campillo, Pedraza – Joselu. Sí, ya sé que Caballero puede ser perfectamente titular o que Hernández puede estar por delante de Djaló, pero tomemos este once como referencia. Esto nos deja como suplentes, reservas, meritorios o como cada uno los llame a Roberto, Leuko, Dealbert, Hernández (Djaló), Sergio Gil, Enguene, Carmona (que ya no estará en lo que queda de curso), Igor Martínez, Yelko Pino, Caballero y Brayan Perea. O lo que es lo mismo, un portero, tres defensas, cinco medios y dos delanteros de los que tirar para sustituir a los imponderables que sufran los componentes del once inicial. No estaría mal, pero repito que el problema no es tanto el número, sino las demarcaciones. Con sus luces y sus sombras. Veamos.

La defensa. Sin puesto doblado en el lateral.

Dejando del lado la portería, con la consabida fórmula de dos porteros y un chico del filial como Cacharrón para urgencias, la defensa tiene doblados los puestos de central y de lateral derecho, pero no el lateral zurdo, que desde el ascenso es coto privado del capitán Manu. Ahí emerge la figura de Leuko, diestro que cuando ha tenido que jugar por la zurda lo ha hecho de forma notable, pero que naturalmente no goza del don de la bilocación, es decir, la capacidad de estar en dos lugares a la vez. Si se lesiona Calavera, más vale que no expulsen a Manu, o viceversa. Es cierto lo que dice Luis César, que siempre señala que tener dos laterales suplentes significa que uno de los dos va a pasarse gran parte de la temporada en la grada, y en el Lugo hemos tenido sobrados ejemplos de ello (Fuster, De Los Reyes, Vega…), pero lo cierto es que el puesto no está doblado.

lugocadizleuko

El mediocampo. Los problemas crecen.

Cinco titulares, cinco suplentes (a priori, ya sé que Carmona está out). Sobre el papel, equilibrio perfecto, puestos doblados y todos contentos. Pues no. Aquí salen los números, pero no las especificidades. Tenemos (teníamos) dos extremos zurdos, dos diestros y dos mediapuntas, pero, ¿y los cuatro mediocentros? Ahí se descabalga todo. Tenemos a Pita y a Seoane a los mandos, y tenemos dos jugadores que en teoría vendrían a suplirlos, pero es que no pueden porque, sencillamente, no desempeñan roles análogos. Enguene, que aún no ha debutado en Liga, no es mediocentro por más que Emilio de Dios se empeñe en ello, sino más bien un interior, un volante, como él mismo reconoció en la rueda de prensa de su presentación. Lo mismo ocurre con Sergio Gil, demasiado liviano para sustituir a Seoane y demasiado desordenado para suplir a Pita. Da la impresión de que ambos, el maño y el camerunés, tendrían mucho más acomodo en el esquema de Milla y Durán de la pasada campaña. En esta, simplemente, no existe su puesto específico. A Gil lo hemos visto de mediapunta y de mediocentro, y aunque no se le puede negar la calidad, no tiene el oficio de ninguno de los dos puestos, lisa y llanamente porque no es ni uno ni otro. De Enguene, poco que decir hasta que no lo veamos jugar algo más que el ratito contra el Tenerife en Copa.

yelkopino

Además, está el “factor Yelko”. Un jugador talentoso como pocos pero que ni tiene el físico ni desarrolla el esfuerzo necesario para jugar en un puesto, el de mediapunta, que en el Lugo exige no solo clase sino bajar el culo a defender cuando vienen mal dadas. Una apuesta que sería la leche si saliese, pero que de momento no sale.

En definitiva, una segunda unidad de medios descompensada y que necesita, con urgencia, un par de incorporaciones, una al menos perentoria, la de mediocentro, para aguantar una temporada de 42 jornadas con exigencia máxima. Esperemos a ver que trae el invierno.

La delantera. Dos perfiles y medio.

Lo de la configuración de la delantera fue una cosa muy rara desde el primer minuto de la planificación. Caballero tocado de su lesión de pubis no se opera hasta comenzada la pretemporada en lugar de hacerlo durante el verano y así incorporarse antes. A Mario Barco se le cede al Pontevedra porque se le dice que el club busca otro perfil diferente y se acaba trayendo a Brayan Perea, del que solo sabemos que no sabemos nada. Caballero no acaba de recuperarse y Joselu asume, con inusitado éxito, ser el goleador del equipo. No está mal cubierta la posición pero sí deja dudas el rendimiento de Caballero, que parece que no acaba de coger la forma, y sobre todo de un Brayan Perea que no es ni carne ni pescado, ni delantero tanque ni habilidoso, una mezcla de todo que de momento no ha dado nada. A lo mejor para este viaje nos hacía el apaño Mario Barco, quién sabe.

brayanperea

En fin, el Lugo tiene jugadores, pero da la sensación de que no tiene los jugadores necesarios, al menos en la segunda opción de cada puesto, que el equipo necesita, tanto por la forma de jugar como por el planteamiento que desarrolla Luis César. Sea como fuere, con esto y con lo que venga (y sin lo que salga) en enero habrá que tirar hasta final de temporada, y ahí será cuando se podrán hacer cuentas y analizar resultados. Mientras, a luchar en el verde, que para correr sólo hacen falta dos piernas y espíritu, y luego ya veremos.

Fotografías: CD Lugo / LFP

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