Puede que sea la euforia la que me haga escribir estas líneas, o quizás el bidón de avituallamiento que me acabo de sacar del maillot, pero mientras el aire me corta la cara en este descenso vertiginoso hacia la siguiente etapa, en las piernas llevo marcadas a fuego cada una de las cumbres que hemos pasado desde el principio de temporada.
Verdad es que la Segunda División de este año es, por nombres y plantillas, la más complicada y nivelada en muchos años. Y ese hecho me lleva a analizar, mientras me dejo llevar por la marcha del pelotón, la enjundia de los rivales contra los que el CD Lugo ha mantenido esta racha de imbatibilidad.
Como si de una etapa reina del Tour se tratase, los de Luis César han pasado con nota, relevando a cabeza del pelotón e incluso marcando un ritmo fuerte para descolgar a los más débiles, Tourmalet, Galibier o Mont Ventoux. Equipos 
con clara intención de acabar en el pódium de París al final de temporada, como Elche, Gimnastic o Zaragoza, y viejos escaladores que han dado tardes de gloria a su afición como Valladolid, Córdoba, Almería o Mallorca no son nombres que se deban tomar a la ligera.
Suelo apelar a la memoria para justificar el presente, aunque no es una práctica demasiado sana. Pero va siendo hora de que escribamos el nombre de estos chavales en la carretera y les animemos corriendo a su lado, vestidos de demonios o de lo que nos dé la gana.
La mayoría de los equipos a los que nos hemos enfrentado ya, saben que la memoria es cruel. Que se lo pregunten al Mallorca, que ayer estaba perdiendo una final de Recopa con la Lazio, o al Getafe, que viene el sábado, y todavía se están sacudiendo aquel gol de Ribery en el minuto 89’ cuando estaban al borde de meterse en unas semifinales de UEFA. Lejos queda el Almería que luchaba por Europa, lejos queda el Gol de Nayim. Ya nadie se acuerda del Euro-Pucela de Peternac.
Y es que todos ellos han ido cayendo a formar “grupettos” mientras Joselu, Pedraza, Campillo y compañía siguen relevando, puerto tras puerto, etapa tras etapa. Llegará “El Tío del Mazo” como dice Perico Delgado. Llegará, porque no queda otra, porque es imposible mantener este ritmo. Pero estos puntos ya no nos los quitará nadie.
Ahora llegan las etapas llanas y los puertos engañosos, con rampas peligrosas en las que te puedes quedar si te descuidas, igual que en un abanico mientras ruedas por inercia en medio del pelotón, despistado y confiado.
Y es que la memoria es cruel pero nunca miente. Y dentro de unos años hablaremos de este Lugo como de aquel de Alvite y Carolo que un día cogió una escapada y ganó en Alpe d’Huez, o el de los Héroes del Carranza consiguiendo el maillot por puntos coronando cima tras cima.
Podemos conseguir el amarillo o el verde de la regularidad. No somos superiores ni inferiores a nadie, es hora de quitarnos ese maldito complejo tan lucense. Las cosas no se demuestran en el banco ni en los palcos VIP, se demuestran en el campo desde el minuto 1 al 90 y esta gente merece crédito. Sólo nosotros podemos dárselo llenando el campo y estando al nivel al que estuvimos contra el Mallorca.
Nos han puesto las etapas reinas en la primera semana del Tour. Ahora queda seguir rodando.