La primera vez que pisé Valladolid yo era joven. No joven de edad sino de espíritu, porque la edad no es más que un estado mental (que se lo pregunten a José Juan, que está hecho un chaval). Recuerdo que una mañana, por lo que sea, decidí echarme a la carretera en mi Saxo del 98 y conducir durante 5 horas hasta la capital castellana para visitar a una chica. Llegué un poco antes de las 4 de la tarde, la hora perfecta para dar un paseo por Cantarranas, tomar una en el Beluga y el café en el Café Teatro. Era Junio del 2013 y todo estaba bien.
Por la tarde, decidimos callejear y, a la salida del Pasaje Gutiérrez vimos algo que a mi no se me olvidará jamás. Me sigue intrigando aquella visión, sigo queriendo saber la historia que escondía aquella situación. En plena calle, un hombre de gafas, con aspecto quizás de extranjero, se limitaba a posar para la portada de su libro imaginario sentado en una silla y con otra recostada. Ante él una maleta en la que, quiero pensar, no había nada más que sueños rotos y fotos de Peternac y Valderrama. Juro que la imagen es real. En aquel momento todavía no conocía la magia del Vinos Merino y mi estado etílico no era mayor al habitual.
Hombre sentado en las calles de Valladolid. Foto real.
Nunca supe nada más de aquel hombre (ni de aquella chica) pero en el fondo de mi ser me lo imagino emulando al Hambriento, hambriento, Homer, protestando por la situación de un Real Valladolid que no termina de remontar el vuelo tras abandonar la Primera División. Quizás mi visita fuera el detonante de aquel descenso de 2014. Disculpen en Pucela.
Como aquel hombre, los aficionados blanquivioleta siguen sentados, esperando a que pase algo, pero solo pasa el tiempo.
Aunque nos lancearon en Tordesillas en Agosto ganándonos por 1-0, el Valladolid viene a Lugo tras un inicio de temporada irregular. A pesar de dos victorias en casa ante rivales importantes como son el Oviedo y el Girona, las dos últimas derrotas en Tenerife y, especialmente, en Zorrilla contra el UCAM en el último minuto, han tensado la cuerda entre grada y equipo. Parece que Paco Herrera todavía no ha conseguido lubricar el motor de una plantilla y una ciudad que parten cada año de cero pero con la meta única del ascenso.
Se han reforzado muy bien, con jugadores de calidad contrastada como el portero Isaac Becerra, antihéroe del Girona al que en Lugo se le guarda ese rencor dulce que sirve de chispa para encender a una grada que necesita de estímulos. También llegaron hombres (y nombres) de alto nivel como el centrocampista ferrolano Álex López, el goleador Mata o, a última hora, el delantero del Castilla Raúl de Tomás. Por allí también recaló Sergio Marcos, que jugó la temporada pasada en el Lugo, pero que no podrá volver a pisar el Anxo Carro al estar fuera de la convocatoria.
Becerra celebrando Vs Becerra lamentando. “Botando o carro diante dos bois”. Fotos: LGV
Enfrente, un Lugo en racha, que viene de hacer uno de sus mejores partidos en Segunda División ante el Elche y que sigue invicto. Pedraza, Campillo y Joselu ponen la pólvora y la defensa ya parece haber superado el nerviosismo del principio de temporada asentándose como una de las más sólidas de la categoría.
Toca recibir al equipo como se merece después de la gesta ilicitana. Toca celebrar aunque sea martes. Que Tebas no nos amargue el momento. (no se qué pondrá en su manual del buen aficionado sobre santificar los martes). Toca aplaudirle a Leuko por haber sido convocado con la selección absoluta de Camerún, toca disfrutar de un Caballero ya prácticamente recuperado, toca aplaudir, cantar y animar como en los mejores días. Toca ganar y mantener la racha.
Ilusión, señores, ilusión.
Posibles alineaciones
- CD Lugo
José Juan; Calavera, Carlos Hernández, Ignasi Miquel, Manu; Seoane, Pita, Campillo; Pedraza, Iriome, Joselu
- Real Valladolid
Becerra; Moyano, Rafa, Lichnovsky, Balbi; Leao, Alex López, Jordán; Villar, De Tomás, Mata
Estadio Anxo Carro – 20:00 horas