Nuevo desenlace positivo para el equipo de Luis César ante la Ponferradina. El conjunto rojiblanco se adjudicó el torneo Luis de Carlos apoyándose en dos de los grandes baluartes de su pretemporada, Joselu y Yelko, el gol y la creación, dos hombres que han dado un paso adelante en una plantilla en eterna construcción. Ambos se han convertido en dos clavos ardiendo a los que se agarra una afición que no saborea las victorias como debiera, por la sensación de que el equipo, aunque prospere en resultados, está del todo incompleto.
Este era un partido para disfrutar y competir con un equipo al que le han rodeado circunstancias similares al Lugo en los últimos años, a excepción de la última temporada en la que no pudo evitar el descenso. Por primera desde la temporada 2010/2011 no se vivirá el conocido como Derbi dos Ancares, uno de los grandes desplazamientos de cualquiera de las dos aficiones, separadas por apenas 100 kilómetros de autovía.
Luis César pronunció hace apenas unas semanas un discurso con el que quería poner fin a los experimentos, pero las circunstancias del mercado no le están dejando. Perjuró que los canteranos perderían minutos, pero a día de hoy sigue necesitando a hombres como Keko, que formó en la mediapunta, para elaborar sus esquemas iniciales. Los más jóvenes de la plantilla, aunque tengan la puerta de salida abierta, no desentonan cuando se les brinda la oportunidad y acumulan méritos con el curso liguero cada vez más cercano.
Susto para Leuko
El Lugo no tardó en asestar el primer zarpazo, que llegó, como tantas veces en los últimos duelos, por la banda derecha, de la que es dueño y señor Leuko, protagonista primero por asistir a Joselu, y después, por retirarse antes de tiempo a causa de molestias físicas. Hace apenas unos meses el camerunés era una promesa que crecía en el Somozas, hoy, con la lista de laterales todavía por cubrir, es una pieza esencial para Luis César. Su pronta retirada encendió todas las alarmas. A falta de confirmación oficial, puede que se trate tan sólo de un golpe.
No tardó en reaccionar la Ponferradina, que consiguió la igualad por medio de Figueroa, jugador cedido por la UD Las Palmas que batió a José Juan con una volea. Esto es lo que busca ante todo el conjunto berciano, saber responder ante los golpes. Alcanzar la tranquilidad es la base sobre la que se construye el nuevo proyecto liderado por Manolo Herrero, al que le avala más de una década como jugador en la categoría de bronce y un ascenso como entrenador del Real Jaén en la temporada 2012/2013.
Al borde del descanso, una mala cesión de Djaló para José Juan estuvo a punto de ser aprovechada por un omnipotente Figueroa. En el eje de la zaga es donde el técnico de Vilagarcía tiene más alternativas. Quien parece excluido momentáneamente de esa batalla posicional es Dealbert, que volvió a ejercer como mediocentro, una nueva posición en la que ha ganado una notable experiencia durante esta pretemporada. Cerró el Lugo el primer tiempo con un aviso de Campillo, que falló con Dinu ya vencido.
El Lugo buscó las bandas en la segunda parte, un recurso al que se ha acostumbrado ante la falta de recorrido interior. Hasta que entró Yelko Pino, un chaval que apenas supera la mayoría de edad pero que ha venido a la ciudad amurallada dispuesto a dar el salto. El vigués es la brújula del equipo, capaz de leer el juego entre líneas y de posicionarse para recibir y rematar, como en una de las últimas jugadas del partido que decantó el duelo. Encontró su hueco y batió a Dinu para darle al Lugo su quinto triunfo de una pretemporada que terminará este sábado ante el Pontevedra en Pasarón.
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