Nosotros somos el Lugo.
Que no se nos olvide nunca. Jamás. Nosotros somos los cimientos sobre los que se sujeta el Anxo Carro, somos el cemento que mantiene unido cada ladrillo de las 3 gradas que nos vieron nacer y crecer.
Nosotros somos el Lugo porque el Lugo nos hizo ser lo que somos. Aquí aprendimos valores como el compromiso, la unión, el compañerismo y a superar las adversidades. Aquí nos trajeron de niños y traeremos a nuestros hijos para que sientan lo que un día sentimos.
Nosotros somos el Lugo porque cantamos el gol de Alvite, hicimos temblar España con el penalti de Manu y estuvimos al lado de Rafa Casanova cuando nos devolvió a la “B” allá en Segovia. Paramos con Diego Rivas todos aquellos tiros contra el Atlético Baleares y lloramos con Setién en el balcón del Ayuntamiento, besamos el escudo con Belencoso e hicimos colas interminables bajo el sol para abonarnos en Segunda.
Nosotros somos el Lugo porque cuando no estamos, se nota. Cuando no cantamos, se nota. Cuando no animamos, se nota.
Somos la única fuerza que mueve una pasión que a otros se les escapa. Aunque se nos trate como ovejas, somos los lobos.
Somos el Lugo pero pecamos de mala memoria, o demasiado buena. Miramos hacia atrás y chocamos con el presente, mientras la realidad nos adelanta sin que la pille el radar. Nos empeñamos en comparar y escupir hacia arriba sin darnos cuenta de que entre queja y queja ya nos dieron el minuto 90.
Somos de culo inquieto y de lengua rápida, somos tan apasionados el sábado como desganados el domingo, no hay dios que nos entienda, pero es lo que somos.
Somos las cuchillas de la segadora de Cabo y el cubo de pintura de Pedro Tapia, la pluma de Vitaliano y el cigarrillo de Xulio Díaz. La historia se escribió sobre nuestras espaldas y quizás por eso a veces no la vemos o nos giramos para verla. Mirada al frente. Somos el Lugo. Estos son los nuestros, se llamen como se llamen y vengan de donde vengan. 11 tipos sobre el campo vestidos de rojo y blanco y uno en el banquillo dirigiendo a las tropas.
Somos el Lugo pero a veces se nos olvida, y hace falta algo que revuelva un poco la casa para que encontremos esa ilusión que perdimos entre los cojines del sofá.
Apagad la tele y bajad al campo. Abonaos y abonad a vuestros hijos. Sin florituras, sin propaganda ni leches. Abonaos porque sois del Lugo y así lo sentís. No hay nada más bonito que ver ganar a tu equipo, y si ese equipo es el de tu ciudad, más no se puede pedir.
Llevamos años en letargo, en barbecho emocional. Ya toca demostrar que tenemos sangre en las venas y que esa sangre es albivermella.
Como dijo el viejo Shankly “El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso”
Somos el Lugo.