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La gloria testaruda de Víctor Díaz

por Denís Iglesias 23 agosto, 2016
Tiempo de lectura: 3 minutos

Los equipos modestos tienen varios ejemplos en los que mirarse. Uno de ellos, sin duda, es el Leganés, conjunto que vive su primera campaña en Primera División. Sin el mayor presupuesto y sin la mejor plantilla exprimió al máximo su potencial para conquistar los cielos el año pasado. Este lunes tuvo lugar su puesta de largo en esa categoría que todavía le es extraña, pero donde sabe lo que es ganar desde el primer día.

Tumbó al EuroCelta con un gol que, en parte, también fue celebrado en Lugo. No por los celtistas, pero sí por aquellos aficionados rojiblacos que guardan un buen recuerdo de Víctor Díaz, autor del tanto en el minuto 74 en el que también fue su estreno en la máxima categoría. Este lateral derecho militó dos años en el equipo rojiblanco (2012-2014). Ver triunfar a los ex supone para un aficionado situaciones contrapuestas. A nadie le gusta que alguien al que le has dado de comer venga a tu casa y encima se lleve tu sustento. Pero cuando el viejo conocido consigue todo lo que uno quisiera para su equipo en otro feudo, las dudas se disipan.

El histórico tanto, por su trascendencia que no por su ejecución, ha puesto en el centro de la actualidad a un Víctor Díaz sobre el que un día recayeron los focos, cuando estuvo cerca de fichar por el Liverpool. Fue objeto de deseo del club inglés tras ser una de las perlas de la cantera del Sevilla.

Los red devils optaron finalmente por otro jugador con pasado en las categorías inferiores del club hispalense, el coruñés (por lo menos de nacimiento) Barragán. Tras pasarle ese gran tren por delante, prosperó en el filial sevillista, con el que acumuló valiosos minutos en Segunda División cuando apenas había cumplido la mayoría de edad. Así consiguió colarse en la generación que ganó el Europeo sub19 de 2007 junto a Mikel San José o Sergio Asenjo.

El Lugo quiso contar con Víctor Díaz para su ansiado reestreno en Segunda. Fue uno de los recambios más recurridos por Quique Setién en la primera temporadaen la categoría de plata. Compatbilizó titularidades con suplencias a partes iguales, siempre con el oficio de un jugador que quiere ganarse el sitio. La situación se repitió a la temporada siguiente, siempre a la sombra de un David de Coz que aún no había caído en el declive que le acompañó en sus últimas temporadas en el Lugo.

Después de un descenso con el Recreativo, el Leganés decidió rescatarlo para una temporada que terminó siendo histórica, tanto para él como para el club. Hasta 39 partidos, con 37 titularidades, firmó el sevillano, quien con 27 años vive en el cuerpo de un veterano que se las sabe casi todas. Fue titular en Balaídos después de una pretemporada llena de cambios para él. Tuvo que refugiarse en la polivalencia para batallar, siempre con esa testarudez profesional que le ha acompañado desde crío.

“Bien otra vez Víctor, bien”, es lo que lleva oyendo de su entrenador, Asier Garitano, desde que volvió al trabajo este verano. Ha jugado de extremo, de lateral, por dentro, por fuera… Con tanto trajín incluso bromeó con pedir que sólo le dejaran el ‘7’ en su camiseta, marcada con el ’17’. Al final, tanta mútliple personalidad tuvo recompensa. Anotó el primer gol pepinero como si de un delantero se tratase, agazapado cerca de la línea de gol, ganándole la partida a su marca y grabando su nombre en la historia del Leganés.

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