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Joselu y la honradez.

por Daniel Martínez Baniela 15 agosto, 2016
Tiempo de lectura: 3 minutos

Minuto 80 del partido de presentación del CD Lugo ante su afición, con el Sporting de Gijón como adversario. Adriá Carmona tiene el balón en tres cuartos, levanta la cabeza y ve el desmarque de Joselu, al que le envía un preciso pase para que este, después de controlar, mande al fondo de la red en una bonita vaselina para superar a Diego Mariño. En la celebración del magnífico gol destaca la cara de Joselu, que se va corriendo hacia la grada, agitando los brazos con rictus de alegría, como si quisiese que los que estábamos en las butacas nos sintiésemos partícipes de la misma. Analizando su rostro, podríamos decir que José Luis Moreno Barroso, natural de Cartaya, provincia de Huelva, estaba siendo feliz.

Y es que las circunstancias que se han ido dando en esta accidentada pretemporada del Lugo han colocado a Joselu en el centro de no pocas miradas, con la responsabilidad del gol rojiblanco prácticamente en exclusiva para el onubense. La lesión de Caballero, la lentitud a la hora de fichar del propio club y la cesión de Mario Barco, que era de facto la única competencia que tenía por el puesto de killer, sitúan a Joselu como nueve de referencia para el inicio de Liga, una situación que él parece asumir con la misma naturalidad con la que asumió, la pasada temporada, ser el tercer delantero, aquel que tenía que aprovechar las pocas oportunidades que entre el mismo Caballero y Jonathan Pereira le dejaban para reivindicarse. Y bien que lo hizo, especialmente en un final de temporada que cerró con cinco goles y la sensación de ser de los pocos jugadores en la plantilla que llegaron al postre de la competición aún con hambre.

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Porque si algo caracteriza a Joselu en el terreno de juego es, indudablemente, la honradez. Puede que no sea tan determinante dentro del área como Caballero, y que le falten los recursos técnicos que poseía Pereira, pero de lo que va sobrado es de casta, lucha, valentía y, porque no decirlo, una vergüenza torera que le lleva a luchar cada pelota como si fuese la última, cada pase defectuoso como un pase de la muerte y que le impide, por ejemplo, protagonizar escenas tan bochornosas como las de aquel Pereira que levantaba los brazos, cabeceaba y maldecía entre dientes cada vez que no se la daban o que se iba al suelo como si el campo estuviese sembrado de cáscaras de plátano o pastillas de jabón. No, Joselu no es de esos. Posiblemente no sea un jugador de 20 goles, pero si es un jugador de mil carreras. Su juego es tan honesto como su entrega. Luchar y luchar. Sin más.

Podría debatirse si Joselu puede ser la referencia en punta del Lugo, si le llega o no le llega para cargar en exclusiva, o al menos en propiedad, con tal peso, pero esa es otra historia, una en la que seguro que las estadísticas dictarían sentencia contra el andaluz. Pero no se trata de eso, sino de valorar lo que tantas veces se ha pedido a otros jugadores más dotados técnicamente, si, pero con menos entrega sobre el verde. Que Joselu no es Messi se sabe, pero que posiblemente Joselu no se ahorraría ni una sola de las carreras que los grandes cracks (y algunos que se creen que lo son) administran con avaricia de usurero, también. Y eso, en Segunda, es un valor importante y, a veces, capital.

Vendrá casi con toda seguridad otro delantero. Y Caballero, claro, se recuperará. Y Joselu tendrá que volver a pelearse con ellos por minutos en la punta, pero de momento sigue haciendo lo que sabe, luchar, y prolonga una racha goleadora que no tiene tampoco nada que envidiar a nadie. Comenzará la temporada como titular y el que venga será el que lo tendrá que apear del puesto, si puede. Joselu, seguro, no se lo pondrá fácil, podeis apostar por ello, y lo hará como mejor sabe hacerlo, siendo un jugador de fútbol honrado.

Foto principal: La Voz de Galicia.

Foto artículo: El Progreso.

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