Este domingo puede ser histórico por varias razones en el planeta futbolístico. La Premier League, la liga de ligas, puede ir a parar a las vitrinas del Leicester. Si los hombres de Claudio Ranieri consiguen derrotar al Manchester United, el milagro se habrá ratificado. Los foxes habrán dado una patada a las previsiones y habrán devuelto parte de la magia perdida. En una Europa conquistada por los grandes emperadores, los galos azules demostrarán que con una poción mágica de orgullo y trabajo puede uno sacudir el árbol de los sueños con éxito.
Algunos dirán que la proeza tiene truco, pondrán asteriscos alegando al equitativo reparto de los derechos televisivos, afirmando que en Inglaterra existe más igualdad de condiciones. Otros aludirán a sus dueños tailandeses y a sus negocios millonarios. Frente a todo esto, la realidad de un equipo que fuera de sus fronteras pudiera ser un bonito velero pero que en tierras británicas inició la temporada como una chalana entre transatlánticos. Las casas de apuestas que pagaban su inminente triunfo en el campeonato a 5.000 libras por libra apostada hoy se tiran de los pelos y anticipan números rojos para pagarles la recompensa a los osados que nunca dejaron de creer.
Hasta ese señor del Leicester con ‘mala hostia’ cree en los milagros | Foto: BBC.
La hazaña del Leicester es la de un Robin Hood dispuesto a saquear la despensa del fútbol moderno. Es el grado máximo al que aspira un equipo modesto. Pero no es un caso único. En mayor o menor medida, la historia reserva para cada equipo un momento especial. Es el caso del Alavés finalista de la UEFA de 2001, del Real Zaragoza campeón de la Recopa de 1995 con el asombroso gol de Nayim, del Mallorca campeón de la Copa del Rey de 2003 ante otro no menos sorprendente, el Recreativo de Huelva; del Mirandés semifinalista copero o de los ascensos del Numancia. Todos son compañeros del Lugo en Segunda División y todos tuvieron que frotarse los ojos y pellizcarse cada parte de su cuerpo cuando alcanzaron esas glorias precisas y preciosas.
Debut de Alberto en un momento crudo
En el currículum del equipo rojiblanco figuran dos ascensos a la categoría de plata. Su relevancia en el mapa futbolístico estatal hasta el segundo era testimonial. Hoy es uno más en el deporte profesional. La extrema igualdad de la Segunda División ha servido en bandeja al equipo de José Durán una oportunidad para fabricar su propio momento de éxtasis. Esta temporada estaba etiquetada en sus inicios como de transición, debido los cambios de directiva, dirección deportiva y banquillo. El desarrollo de la misma trajo un abrupto cambio de mando en el campo. Con todo, el Lugo llega al tramo final de liga con opciones de meterse en la promoción de ascenso a Primera, cuando hace apenas diez años estaba luchando por abandonar el pozo de Tercera.
El de hoy es un partido con aroma a final. Visita el conjunto lucense al Real Valladolid. Un equipo con 42 temporadas en Primera División, campeón de la Copa de Liga de 1984, subcampeón de la Copa del Rey en dos ocasiones y con varias participaciones europeas. Un conjunto cuya camiseta fue vestida por René Higuita, el ‘Pibe’ Valderrama, el Mágico González, Peternac, Aduriz, Caminero o Amavisca… A día de hoy ocupa la 15ª plaza con 45 puntos, cinco menos que el Lugo (con los playoffs a tiro de una victoria), siete por encima del descenso y a ocho de la promoción de ascenso.
Valderrama, Higuita y Leonel. Pelos, bigotes y rendimiento irregular | Foto: archivo.
El conjunto vallisoletano viene de perder 1-0 ante Osasuna, una derrota que le costó el puesto a Miguel Ángel Portugal, que había asumido las riendas del equipo en la jornada décima tras la prematura destitución de Gaizka Garitano. El bilbaíno, que había conseguido obrar otra proeza, la de llevar al Eibar de Segunda B a Primera en dos años, dejó al conjunto en descenso. Esta semana tomó el relevo Alberto López, quien fuera jugador blanquivioleta durante tres años (2006-2009), en las que logró el ascenso a Primera de la mano de José Luis Mendilibar y el Zamora como portero menos goleado de Segunda.
El Estadio de la Pulmonía
Alberto tendrá ante sí el reto de revertir la nefasta racha de un Real Valladolid que ha conseguido apenas 4 puntos en las últimas tres jornadas, y que no gana desde la jornada 30, cuando derrotó al Llagostera por 3-0 en Zorrilla. Y es que lo más emocionante que se ha visto en el feudo vallisoletano en los últimos tiempos es la final de la Copa del Rey de rugby entre los locales Silverstorm El Salvador y el V.R.A.C Quesos Entrepinares.
Esta temporada está haciendo honor, aunque por motivos diferentes, al apodo de Estadio de la Pulmonía, dado por los periodistas que presenciaron la final de Copa del Rey de 1982. En pleno abril, alguno salió con un resfriado en el ajustado triunfo blanco (2-1). El campo recibe las corrientes de aire frío debido a su construcción, que constituyen un flujo glacial que deja helado a cualquiera. Menos a uno de Lugo, acostumbrado a soportar el nordés diariamente, un patrimonio natural galaico que obliga a tener siempre a mano un abrigo.
Para este encuentro, el CD Lugo contará con las bajas de David De Coz lesión y de Carlos Pita por sanción. Fuera de la convocatoria se han quedado Fernando Vega y Abel Molinero. Por su parte, Alberto no podrá contar con los lesionados Alfaro y Chica, ni con los sancionados Borja y André Leao. Óscar, que sale de una lesión que le mantuvo apartado un mes, es el único descarte del entrenador irundarra. Entra en la lista el canterano Anuar y regresa Roger tras cumplir sanción. En la nómina del Lugo figura la novedad de Israel Puerto y vuelve el máximo artillero del equipo, el argentino Pablo Caballero (11 goles), que cumplió sanción ante el Girona.
Jonathan Pereira anotó seis goles en liga con el Real Valladolid | Foto: EFE.
El historial de enfrentamientos entre ambos equipos es claramente favorable a la escuadra lucense. Cinco veces se han visto las caras. El equipo pucelano fue incapaz de vencer al Lugo en la temporada 92-93, cuando ambos coincidieron en Segunda División (0-0). En la pasada campaña el equipo de la ciudad amurallada logró una victoria y un empate (0-0) y una victoria en el Anxo Carro (1-0). En la ida se registró otro empate (1-1). En el apartado de reencuentros, el del buque insignia lucense, Jonathan Pereira, que regresa a la que fue su casa en la segunda vuelta de la pasada temporada.
Todo esto, dentro del campo. Fuera de él se espera un amplio desplazamiento de la afición rojiblanca, desde diferentes puntos de la geografía estatal. Hoy es el día y la hora en la que el club se vista de Leicester, Caballero de Vardy y todo para poner una piedra más en un sueño posible Así que como bien diría el Anxo Carro: “Ahora Lugo, ahora”.
Foto principal: Jonathan Pereira, ante varios rivales en el partido de ida. Foto: Xabi Piñeiro-LGV (@xabi_boamaneira).