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“Desde pequeño mi sueño ha sido jugar en el Ángel Carro con el Lugo”

por Denís Iglesias 17 febrero, 2016
Tiempo de lectura: 6 minutos

La frase que encabeza este artículo, con sus correspondientes variaciones de club y estadio, es una de las coplas más repetidas en el mundo del fútbol. Tan usada y tan falsa en muchas ocasiones. Ha sido entonada por futbolistas de distintas latitudes sin ningún tipo de remordimiento para mostrar el supuesto amor a unos colores, cuando lo que realmente querían era camuflar su pasión por el vil metal. Cada vez que ésta vuelve a sonar a uno le sale, de modo involuntario, la respuesta de aquel famoso anuncio de Estrella Galicia de la década de los 90: mintiroso

Pero cuando la cita lleva la firma de un jugador de la cantera su significado cambia radicalmente. Porque ellos son los valedores de un sentimiento que se cultiva desde que te compran las primeras botas y te enfundas una camiseta de la que no quisieras desepegarte nunca. En el caso del Lugo, la sentencia cobra un valor indefinido. Sólo un rapaz seguro de su orgullo por pertenecer a este club y a esta ciudad se atrevería a llevarse este bocado verbal a la boca.

Álvaro Álvarez Díaz. Esta es la identidad que se oculta tras un juicio imprescindible para entender la importancia de un filial como del que puede disfrutar este año el equipo rojiblanco. Nacido en el 1993, este lateral izquierdo (ojo Manu) se viste la camiseta del Lugo dentro y fuera del terreno de juego, consciente de que el rojo y el blanco forman parte de su personalidad. Tuvo la oportunidad de hacer la última pretemporada con el primer equipo tras firmar por el Polvorín, equipo que actualmente milita en Primera Regional y que ejerce de filial del CD Lugo. “Fue una gran experiencia. A Luis Milla le gusta tener gente veterana y joven por lo que encaja como entrenador que apuesta por la cantera. Hasta nueve jugadores hemos entrenado con el primer equipo”, declara a Lugoslavia Álvaro Álvarez.

Este joven zaguero tenía ofertas en verano de superior categoría, pero Adrián Laureda, coordinador del fútbol base del CD Lugo y jugador del equipo lucense de 2001 a 2003, consiguió convencerle. El coruñés dio sus primeros en el fútbol de bronce en la ciudad amurallada. Tuvo que retirarse en 2015 tras una carrera en el fútbol de bronce por una artrosis de muñeca. Nadie mejor que él para instruir a una masa juvenil que experimentará, como tantas, el dulce sabor de la victoria y el amargor de la derrota. “No me lo pensé mucho. Me ofrecieron una gran oportunidad para aprender y mejorar como jugador. A día de hoy creo que he tomado la decisión correcta”, comenta.

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Álvaro, en su época como jugador de la Residencia | Foto: A.A.

Debut en el Anxo Carro

Él y sus compañeros tuvieron la oportunidad de jugar este pasado fin de semana en el Anxo Carro, un feudo que les espera en los próximos años si la suerte y el destino acompañan. Vencieron 3-1 al Chantada Atlético ante la presencia de un millar de aficionados. Tres puntos que permiten al filial mantenerse vivo en la lucha por el ascenso a Regional Preferente. “Jugar en el Ángel Carro nos lo tomamos como un premio al esfuerzo realizado durante esta parte del año. La verdad que estamos muy agradecidos a la directiva por este regalo”, declara el zaguero, duda hasta última hora por culpa de un proceso gripal que venció con antibióticos.

No era el momento para que un puñetero virus le negase su oportunidad de correr en un feudo, hoy en día, de Segunda División. Las cantidades de Ibuprofeno ingeridas tras la disputa de este partido no se pueden desvelar. El diluvio maltrató a los 22 protagonistas durante casi todo el encuentro. Futbolistas que tienen que secarse rápido, porque el lunes toca currar o mantenerse despierto en el pupitre. Aquí no hay jornadas de descanso y toca frotar duro para quitar el barro de la camiseta.

“Hasta el momento la temporada está siendo muy buena. Empezamos con dudas que nos impidieron engancharnos a los de arriba, pero reaccionamos bien y llevamos una vuelta entera sin perder (su única derrota, en la cuarta jornada, frente al Xove Lago)”, resume uno de los fijos en el once de Juan Carlos Rodríguez. El equipo ocupa tras la disputa de 22 jornadas la segunda plaza, con 51 puntos, a tres del líder, el Atlético Escairón, recién descendido y con un partido más. Están dos por encima de la tercera plaza, que ocupa otro equipo que el año pasado militaba en Preferente, la Residencia, conjunto capitalino en el que también jugó Álvaro: “Allí dejé muchos amigos. Siempre que nos vemos nos picamos. Confío en que los dos ascendamos, sería el mejor regalo”. Tan solo los dos primeros clasificados conseguirán el ascenso directo a la quinta categoría del fútbol estatal.

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Lance del CD Lugo – Chantada Atlético del pasado fin de semana | Foto: Lugoslavia.

El filial, un puente imprescindible 

“Creo que la figura de un filial es muy importante en un club que pretende sacar jugadores de la cantera, porque el salto de juveniles a Segunda División es demasiado grande. Nuestro objetivo a corto plazo es ascender este año a Preferente y el año que viene intentar escalar a Tercera”, razona Álvaro con un planteamiento imposible en temporadas anteriores, donde todos los esfuerzos estaban depositados en el primer equipo, sin tener en cuenta más que el futuro a corto plazo. El cambio de planteamiento ha sido posible, en gran parte, a la llegada de Toni Otero, actual director deportivo del Lugo, que arribó a la ciudad amurallada este verano  tras 23 años de trabajo con el fútbol base del Celta de Vigo. “Está haciendo un buen trabajo tanto en el primer equipo como en la cantera. Nuestra relación con él es muy buena, siempre nos intenta ayudar o solventar cualquier problema que pueda surgir”, declara a Lugoslavia Álvaro Álvarez. 

A pesar de su corta edad, lleva bastantes kilómetros recorridos en el fútbol gallego. Ha vestido, entre otras, la camiseta del UD Somozas, equipo que milita en Segunda B y que ejerce de equipo ‘afiliado’ del club rojiblanco, completando su estructura. “Este acuerdo ha sido importantísimo para el Lugo. No han podido encontrar mejor equipo. El Somozas es una familia y seguro que a Mario Barco, Leuko, Keko o Pedrosa les servirá para crecer como jugadores”, declara. Todos los citados y el grueso de la plantilla del Polvorín ansían estrenarse en el fútbol profesional sin necesidad de salir de Lugo, aspiración utópica sólo al alcance, hasta hace poco, de jugadores como Roberto Trashorras, Diego López o Quico, entre otros, que tuvieron que hacer las maletas para hacer realidad su sueño.

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Álvaro Álvarez (cat. inferiores), junto a Diego Garrido, ex jugador del Lugo | foto: A.A.

Tras la estela de Iago Díaz

“Ahora sí se apuesta por la cantera gracias a la creación de un filial y el acuerdo como el equipo somocense. Antes los jugadores que pasábamos de juveniles teníamos que buscarnos la vida fuera. A base de esfuerzo y con disciplina está claro que se puede ser jugador profesional siendo de y del Lugo. El ejemplo perfecto es Iago Díaz”, sentencia. El actual jugador del Almería se crió en Montirón, donde tiene su sede el actual filial, un Polvorín FC/Lugo B, enraizado en la historia del Lugo. Su antecesor, el CD Deportivo Polvorín, fundado en 1946, también sirvió para dar salida a la juventud local. Llegó a ser el único representante local en Categoría Nacional tras perder la Sociedad Gimnástica Lucense su plaza en Segunda División al final de la temporada 1951/1952 y descender a Tercera, situación que causó su desaparición. Al año siguiente, el Polvorín cayó en otra grave crisis. Finalmente, en el verano de 1953 las directivas de ambos equipos deciden fusionarse para crear el CD Deportivo Lugo.

¿Dificultades? Hay que pelearlas

Pero, ¿qué significa para Álvaro ser del CD Lugo?: “Para mí, es de este equipo es lo mejor que existe. Amo al club desde pequeño. Me ha hecho vivir momentos increíbles, como el ascenso a Segunda División en Cádiz. No los cambio por nada”. Esta misma clarividencia es la que expresa a la hora de describir sus aspiraciones: “Quiero llegar a lo más alto. ¿Difícil? Desde luego, pero hay que pelearlo. Desde pequeño mi sueño ha sido jugar en el Ángel Carro con el Lugo. Se podría decir que la sangre que corre por mis venas es rojiblanca, por eso no me rindo”.

Por el momento le tocará sufrir desde la grada los partidos del primer equipo, al que le pone un “notable alto” hasta el momento, mientras brega con sus compañeros por empujar al Lugo B al lugar que se corresponde. “Un club sin cantera es un club incompleto. Si la afición quiere que en el Lugo jueguen futbolistas nacidos en Lugo tienen que apoyar al filial. Estamos peleando para que alguno de nosotros y los que nos sucederán tengan posibilidades de crecer como jugadores en este club”, concluye con soberana razón para coronar una declaración de intenciones que ilusiona, alecciona y sirve para construir la identidad del CD Lugo.

 CD LUGO

Foto principal: Polvorín CF. Alineación presentada frente al Santaballés 

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