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Apuntes de una tormenta

por Daniel Martínez Baniela 27 febrero, 2016
Tiempo de lectura: 5 minutos

A estas horas yo tenía que estar escribiendo, y ustedes leyendo, la previa del Zaragoza – Lugo de esta jornada, pero comprenderán ustedes que las últimas novedades a la vera del Miño han hecho reconsiderar la temática semanal de este pobre cronista de las aventuras y desventuras del Lugo. Vamos a ello.

Lo primero, es de ley, unas palabras para el que se va. A Milla se le pueden objetar muchas cosas, y yo sería el primero de la fila para algunas de ellas: excesiva flema, poca sangre, un discurso repetitivo y plagado de lugares comunes y que el juego del equipo era, por decirlo finamente, francamente mejorable, pero hay también dos cosas que se le tienen que reconocer, sí o sí, independientemente de que el turolense guste o no guste: su comportamiento en este tiempo ha sido exquisito y los puntos que nos deja en el zurrón nos acercan de modo casi decisivo a la salvación. Eso es incuestionable.

Milla, sin embargo, tuvo un problema en Lugo, y fue convertirse en el pimpampum de algunos por el mero hecho de ser el entrenador del Lugo. Muchas de las patadas dialécticas que tuvo que soportar iban dirigidas a otro culo, al de la directiva, pero se las llevaba él de forma interpuesta. Como todo lo que diga o haga el actual Consejo, una parte de la afición, desconozco si grande o pequeña, que no me dedico a contar palmeros ni haters, ya irá con el no por delante: no a Milla, no a la plantilla, no a los fichajes, no a todo. Sirva como muestra el hecho de que, cuando se pintaron los asientos de las gradas, hubo quien puso el grito en el cielo porque la empresa encargada no era de Lugo (cosa además parcialmente incierta, conozco personalmente a la persona a la que le alquilaron las maquinas necesarias y al proveedor de pintura). Daba igual que la imagen del estadio mejorase sustancialmente a cambio de cuatro perras, los del NO tenían que sacar punta. Milla, lo he dicho antes, tiene, o tuvo, muchos defectos aquí, pero también se comió muchas hostias que no eran para él. Sea como fuere, vaya desde aquí mi agradecimiento por su trabajo estos meses y por los puntos que nos deja.

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De si ha dimitido, lo han dimitido, se lleva mal o bien con Otero, con Saqués o con el camarero del bar El Museo, donde un día lo vi deleitarse con un caldo gallego, no opinaré. ¿Por qué? Sencillo, porque no tengo ni la más remota idea. Si lo supiese, Lugoslavia publicaría un breaking news de esos, con un cartel bien grande que pusiese EXCLUSIVA, y me llamarían de programas de difusión nacional y acabaría en El Chiringuito a la derecha de Pedrerol, pero no es el caso, y como me enseñaron de chico, está muy mal hablar de lo que no se sabe, mejor no especulo, y además hay un montonazo de aficionados por las redes sociales que parecen saberlo todo (o eso o que les gusta elucubrar). Lo que sí se es que el club ha demostrado, una vez más, manejar mal estas situaciones a nivel comunicativo. Sacar un comunicado a las once y pico de la noche, de cuatro líneas mal contadas, y esperar a las 19:00 del día siguiente para dar una rueda de prensa que además utilizas para presentar al nuevo míster solo sirve para abonar teorías conspiranoicas, dimes y diretes. Les pasó con Jon García y les pasa ahora. Verdad solo hay una, no caigamos en la estrategía de los que van al Sálvame Deluxe a contar SU verdad, porque no existen las verdades de cada uno. Verdad es una, lo de cada uno son opiniones o percepciones, pero que el agua moja o el fuego quema solo tiene UNA verdad. Que el club calle solo sirve para que cada uno cuente SU verdad y los aficionados, los accionistas, nos quedemos sin LA verdad. Sería mucho mejor que alguien saliese y dijese “rescindimos a Jon por esto, por esto y por esto”, o bien “Milla dimite por esto, por esto y por esto”. Esperemos que el club mejore esto. Es necesario.

Y ahora llega Durán para hacerse cargo del percal. Desconozco si es un gran entrenador o un mascachapas, por eso tampoco lo voy a valorar. Su experiencia es prácticamente cero a estos niveles, si bien es cierto que es un hombre que conoce la casa, que ya se hizo cargo en su día del equipo con resultados aceptables y que se enfundó la camiseta del equipo, por lo que al menos le supongo amor a los colores. No voy a decir que con él vamos a jugar de escándalo, y tampoco que con él estamos perdidos, eso solo el tiempo lo dirá. No obstante, y esto es curioso, ya ha habido gente que ha salido a llamarle “marioneta de Saqués” cuando el hombre llevaba la friolera de seis horas en el cargo y un entrenamiento con el grupo. Precipitado me parece valorar a alguien en tan poco tiempo, pero allá, de nuevo, cada cual con sus opiniones. Me imagino que ese epíteto solo es una patada más al Consejo en el culo del bueno de Durán, que de momento no ha hecho absolutamente nada para recibir elogios, pero tampoco para recibir críticas. Yo, por mi parte, le deseo toda la suerte del mundo porque, como me he cansado de repetir, su suerte será la del Lugo. No tiene tiempo para nada que no sea sacar los puntos que nos separan de la salvación, así que adelante y a ello. El hateo preventivo no lo voy a practicar, ya lo han hecho otros.

Por último, que ya me estoy alargando en demasía, quisiera apuntar una cosa que me ha llamado poderosamente la atención y que abunda en mi teoría de las patadas a unos en el culo de otros. Llevo meses leyendo a gente echar pestes contra Milla, ya sabéis, #MillaVeteYa, con esta plantilla y otro entrenador iríamos líderes y blablabla y, de repente, se rasgan las vestiduras porque Milla se va. ¿En qué quedamos? ¿Tenía que irse pero ahora tenía que quedarse? ¿Ha pasado de demonio a ángel? Qué se yo, los caminos del hater son inescrutables, pero al final volvemos a lo de siempre, hay quien es como la gata Flora, que si se la meten grita y si se la sacan, llora, así que me quedo con la anécdota como ejemplo de lo veletas que podemos llegar a ser, llegado el caso. Al final, y como siempre, lo único que importará será que entre la pelotita, que se acumulen los puntos y que el año que viene sigamos viéndonos en el mismo sitio. No pido más. Ánimo Durán y forza Lugo, y a apretar que de esto, como de todo, también se sale, aunque algunos remen al revés. Ganemos al Zaragoza y veréis que rápido se olvida todo. Somos así.

Foto principal: La Voz de Galicia.

Foto cuerpo: Xabi Piñeiro – LGV – Boamaneira.

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4 Comments

laura 27 febrero, 2016 at 12:25

Comparto un 99% tus palabras, la gran diferencia que veo y por lo que me quejaré siempre como socio y accionista del Lugo es la gran diferencia entre la anterior directiva y ésta. La anterior directiva dejaba trabajar y ésta no.Eso es una realidad como que el agua moja y el fuego quema.

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