Vamos a quitarnos primero de encima lo obvio: el equipo no juega a nada, venimos de una derrota contra el Albacete jugando el peor partido de la temporada y el equipo no acaba de pitar. Eso es lo malo que tiene ahora mismo el Lugo encima, que no es poco, así que queda aquí constancia de ello, en este párrafo inicial, a modo de que este humilde autor no pase por un ciego de aquellos que iban por las plazas de los pueblos de España, con su pliego de cordel, contando historias a cambio de unas monedas. Yo también veo como está el equipo, estimados odiadores, no os pongáis nerviosos que nadie os va a quitar vuestra pírrica razón. Hoy no vengo a hablar de eso.
Hoy vengo a pedir que animéis. Es triste, pero es lo que os pido a ti, a ti, a ti también, y a todos los que estéis perdiendo vuestro tiempo en leerme y tengáis pensado bajar al Anxo Carro el próximo sábado. Os pido que animéis. Que gritéis. Que cantéis. Que saltéis. Que hagáis ruido, que deis palmas, que os unáis a los cánticos de Siareiros o que cantéis los vuestros propios. Lo que os dé la gana, pero que animéis. Repito, es triste pedir algo que se da por supuesto, pero tal y como están las cosas, por mí no va a quedar. El sábado nos necesitan ahí abajo, en el campo, en Anfield Carro, y tenemos que acudir.
Puedo entender al que está cabreado con el juego del equipo, al que le fastidia que la imagen esté siendo más bien mala que buena y al que no le guste el entrenador. Comprendo al que esta enfadado porque era setienista, mourizista, bousista o cualquier –ista que se os ocurra. Cuenta con mi comprensión el que quiere que juegue tal jugador o el que piense que tal otro no debería ser titular, pero en los próximos noventa minutos con el Tenerife no se trata de eso. Se trata de poner, cada uno, el grano de arena que pueda para sacar el partido adelante, para ganar, porque al final eso es lo que queremos todos, que gane el Lugo, ¿o no?
Cada uno es cada quien y cada seis, media docena, y como tal las ideas de cada cual son válidas y respetables, solo faltaría, pero me gustaría que las expresaseis todas hasta las 17:55 y luego a partir de las 20:00, pero que en esas dos horas que, más o menos, vamos a estar pendientes del verde y de los rojiblancos, tengamos los cinco sentidos puestos en apoyar a los nuestros, porque en esa hora y media de partido, más los descuentos, no juega Saqués, ni Milla, ni Toni Otero. Tampoco es el momento de mirar con lupa a Manu, Sergio Marcos, Dealbert, Pereira o Campillo. No. En esa hora y media juega el CD Lugo. El equipo. El club. La institución. El Lugo.
Y no sé que se le pasa por la cabeza al que, tras un fallo, se dedica a pitar a tal o cual jugador. ¿En serio crees que así ayudas al equipo? ¿Crees que con tus pitos el chaval va a mejorar? Coño, si fuese así yo mismo te compraría un silbato, pero es que no, solo contribuyes a crear mal rollo, tensión y meterle más presión al pitado, que bastante tendrá con lo suyo. Protesta cuando el árbitro pite el final, dale la tabarra a tu colega en el bar, como hacemos todos, si quieres incluso puedes escribir un artículo y mandarlo a Lugoslavia para que te lo publiquemos, como puedes ver es fácil, pero no pites durante el partido, porque, ¿para qué?
Y entiendo que todos somos humanos y que a todos, en un arrebato, nos sale pegarle un grito a uno de los nuestros, pero joder, canalicemos esa energía en apoyar, no en vituperar. No quiero decir con esto que el que no esté de acuerdo se tenga que callar, no, pero si que proteste todo lo que quiera al acabar el partido, pero no mientras nos estamos jugando los puntos. Ahí tenemos que ser una piña con los nuestros. Si encima de que bajamos pocos nos dedicamos a atacar a nuestro equipo, ¿qué podemos esperar?
Así pues, lo dicho. Animad, animemos todos. Que no tengan que ser los Siareiros los que tengan que cargar con todo el peso de la animación. Unámos a ellos, que los chavales sientan que tienen al público de su parte. Exijámonos lo mismo que les pedimos a ellos, y tiremos del equipo cuando el equipo no pueda tirar de nosotros. Hagamos nuestro el lema “te animaré cuando menos lo merezcas porque será cuando más lo necesites”. Muchas veces el Anxo Carro parece un cementerio, un teatro, el cine, una tarde de catequesis, y eso es inadmisible, pero otras veces sabe apretar cuando el equipo lo necesita. Sabemos y podemos hacerlo, así que pongámonos del lado de nuestros jugadores, que equivale a ponernos de nuestro propio lado, apretemos los dientes y animemos, coño, que tiempo habrá para criticar y protestar. Animemos y que salga el sol por donde quiera.
Foto: Xabi Piñeiro, Lugoslavia.
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Bonita arenga, pero innecesaria. La gente no está cabreada porque fuera “setienista, mourizista, bousista”, está cabreada porque eran socios, accionistas, el 12º jugador, el alma del equipo, ¿y ahora?, ahora nos han reducido a la condición de clientes: pagamos para ver fútbol como pagas para contratar una plataforma de televisión, y no nos gusta lo que vemos, por tanto nos quejamos porque aquí no se puede cambiar de canal.
Esa es toda cuanta relación puede tener un seguidor del CD Lugo a día de hoy, no pinta nada en el club, así que no insistas en apelar a la sensibilidad cuando la propiedad está de por medio,
La gente se queja, igual que se quejaría si se encontrase una cucaracha en la comida que acabas de pagar en un restaurante, esta es la mejor metáfora que se me ocurre para describir las sensaciones que me produce todo lo que sale del Club en los últimos meses, encontrarse una cucaracha en la comida del restaurante al que llevas yendo toda la vida.