El Ángel Carro acogió el sábado uno de los partidos más atractivos para el espectador, con la visita del filial del Fútbol Club Barcelona al santuario rojiblanco. El día acompañaba y los 2.900 aficionados que se acercaron a la ribera del Miño disfrutaron de la merecida victoria local.
El partido comenzó sin un dominador claro, ambos equipos lucharon por hacerse con la posesión del esférico, pero con el paso de los minutos fueron los pupilos de Quique Setién los que impusieron su ley. Tan solo las internadas del potente extremo diestro del Barça B, Adama, ponían en aprietos la solidez defensiva de los rojiblancos. En un par de veces el azulgrana consiguió llegar hasta la línea de fondo, pero sus centros fueron mansos.
Cuando se superaba el primer cuarto de hora de partido, una gran triangulación entre los atacantes del Lugo culminó con el tanto inicial del debutante Israel Puerto. Entre David López y el canario Iriome, que volvió a dar una lección de juego, trenzaron la jugada que terminaría con un pase de la muerte perfectamente rematado por Israel en el área pequeña de Ortola.
A raíz del gol, los pupilos de Jordi Vinyals dieron un paso al frente y trataron de buscar la igualada antes del descanso. El Lugo pudo dejar el partido encarrilado en los primeros cuarenta y cinco minutos, con un centro que Pablo Caballero, titular en la punta del ataque lucense, no consiguió rematar dentro a pesar de estar en boca de gol.
Perdonaron los rojiblancos, y lo aprovechó el filial azulgrana para hacer el 1-1 al filo del descanso. Samper introducía en la meta de Mallo un centro previamente tocado por Dongou, haciendo inútil la estirada del meta gallego.
En la reanudación del encuentro, fueron los visitantes los que tomaron la batuta y Dongou dio un nuevo susto a la parroquia rojiblanca con un remate de cabeza al fondo de las mallas, con Dani Mallo batido, que el linier anuló por fuera de juego.
Cuando se llevaban diez minutos del segundo tiempo, Fernando Seoane protagonizó la peor noticia de la tarde al tener que ser sustituido con un fuerte golpe en el hombro. En su lugar entró al terreno de juego el vasco Álvaro Peña.
Las cosas no mejoraban y Quique Setién metió más leña al asador con la entrada de David Ferreiro por Toni Dovale y Luis Fernández por el debutante y goleador Israel Puerto.
El Lugo se volcó en ataque y encontró la recompensa del empate en una gran jugada de Iriome por la banda derecha. El canario puso el centro en el interior del área de Ortola donde apareció el delantero argentino Pablo Caballero con su testa para mandar el balón al fondo de las mallas.
El éxtasis rojiblanco llegaría en el minuto 90 de partido con el gol de la remontada anotado en propia puerta por un jugador visitante, que ponía de manifiesto el éxito de los cambios realizados por el técnico santanderino del Club Deportivo Lugo.
Al final, 3-2 y tercera victoria consecutiva de los lucenses que se acercan un poco más al objetivo primordial de la salvación. El equipo no perdió la fe a pesar de verse por detrás en el marcador a falta de pocos minutos para la conclusión y logró un triunfo de garra, de los que hacen equipo, un equipo que terminó haciendo un corro en el centro del campo saludando a los presentes en el Ángel Carro.
Foto: Alberto López.