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Victoria por descarte

por Ramón Rivas 22 febrero, 2015
Tiempo de lectura: 3 minutos

El Lugo ha ganado este domingo uno de los partidos más importantes del campeonato, y lo ha hecho sin dejar buenas sensaciones. A título personal, considero que somos muy afortunados de que el rival fuese el Recreativo, el equipo más destrozado anímica y futbolísticamente de toda la categoría. En un combate al menos malo, hemos salido vencedores.

El conjunto onubense comenzó con las líneas adelantadas. A pesar de que la presión no era efectiva, sino más bien intimidatoria, cuando Dani Mallo recibía el balón siempre había un jugador presto para ponerle nervioso, conocedor de su debilidad en el juego en raso. Transcurridos dos minutos, Juan Manuel Pavón (entrenador del equipo tras la inevitable destitución de J.L. Oltra), se debió de frotar las manos al comprobar que el guardameta lucense ya había cometido un error de bulto, aunque los visitantes no supieron aprovechar el regalo.

Tras este desafortunado incidente el ritmo del partido tardó en estabilizarse, lastrado por un inicio de contragolpe y repliegue constante, en el que Carlos Pita pudo poner por delante al Lugo. Su magistral lanzamiento de falta, que se estrelló en el poste, fue el aperitivo para una afición que en el minuto 36 degustó el primer plato, al que invitó el árbitro. En un descarado intento por saldar deudas pasadas con nosotros, nos pitaron un penalti a favor inexistente por segunda jornada consecutiva en el Anxo Carro. Toda vez que Pita y Manu han demostrado que no son lanzadores fiables, Lolo Plà hizo un alarde de personalidad. Cogió el balón sin dudar, la colocó a media altura hacia su derecha y, tras una mano espectacular de Rubén Gálvez, mandó el rechace al fondo de las redes picando la pelota con un toque sutil. Mallo, para irse al descanso con buen sabor de boca, frustró el gol del mitiquísimo Antonio Núñez al ganarle la partida en un mano a mano, lo que nos permitió mantener la ventaja.

Apostaría, sin dudarlo un segundo, a que en el entretiempo los jugadores no tuvieron la posibilidad de beber Red Bull. Al tiempo que mis ojos sufrían por mantenerse abiertos y la cafetera empezaba a funcionar, Hernán Menosse apareció libre de marca en un córner para devolverme al partido. No recuerdo, en un tiempo reciente, un bloqueo mental tan severo del equipo al completo, lo que sin duda es preocupante. Cuando el tedio me hacía preguntarme realmente si, después de un segundo plato tan amargo, nos llegaría el presupuesto para comer postre, Borja Gómez llegó con la carta. El barbudo y por todas deseado defensor zurdo del Lugo se rompió, nos dejó en cuadro (Pavón es el único central sano de la plantilla) y propició la entrada al campo de David López, lo que supuso una reestructuración de la posición de varios jugadores.

Esquema tras la lesión de Borja Gómez.

Esquema tras la lesión de Borja Gómez.

Sin casi darme tiempo a fijarme en quién retrasaba su posición y en dónde se colocaba, el vasco estrelló un libre directo en el travesaño. Por si a alguien le quedaban dudas de que, a poco que no esté castigado físicamente, es muy capaz de marcar las diferencias, no tardó en poner un centro que vale 3 puntos. Luis Fernández, que ha dejado claro que funciona mejor sin la responsabilidad de ser el primer delantero, dejó atrás a su marca y cabeceó sin oposición, dándose el  placer. Después de sufrir tanto para ganarle a este Recreativo y de estar firmando la peor temporada desde el ascenso con mucha diferencia, creo que lo más intolerable de todo este asunto es que tenemos un delantero que juega con el número 3.

Buenos días.

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