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Tras la sombra de Carlos Mouriz (segunda entrega)

por Ramón Rivas 5 febrero, 2015
Tiempo de lectura: 5 minutos

Vamos allá con la segunda y última parte de este lamentable par de artículos, en la cual espero no cometer tantas erratas como en la primera. Aprovecho también para dar las gracias de nuevo a José Ferreiro y Omar CP, por estar ahí al pie del cañón para corregirme. Como nuestro bienquerido seguidor Juan Tosar demandó una conclusión, debo decir que solamente haré un pequeño comentario al final, ya que el objetivo de esto es poner los datos sobre la mesa para que después vosotros, tras conocer todas las incorporaciones que hemos llevado a cabo, podáis valorar con justicia si es del todo cierto la teoría de que Mouriz es el Monchi de la segunda división. Espero que os pronunciéis en facebook y sobre todo en twitter, que es donde suele haber más movimiento. A escribir.

Temporada 2013/14

Dani Mallo (portero): Sorprendió su fichaje por el Lugo en un momento en el cual era capitán del Girona y gozaba de un gran reconocimiento en la categoría, a pesar de que Isaac Becerra ya le había superado en la carrera por la titularidad. El veterano guardameta demostró su personalidad en todo momento, y aunque es cierto que José Juan ha sido más regular en sus actuaciones, el gallego es uno de esos tipos que siempre da la cara, y se agradece.

Jorge García (defensa): Se buscó con él una alternativa sólida a la pareja Pavón-Víctor Marco, y el experimento no salió tan bien como se esperaba. A pesar de que Jorge jugó varios encuentros como titular de central izquierdo, lo cual pudo no favorecerle, durante la  temporada cometió unos cuantos errores que dejaron patente que el asturiano no estaba preparado para afianzarse en el centro de la zaga.

David Prieto (defensa): Llegó en el mercado invernal para cubrir el puesto de 4º central tras la marcha de Tena, y tal y como correspondía a su papel, apenas participó en cuatro encuentros durante los 6 meses que pasó aquí. El hecho de haber jugado en primera y de haber pertenecido al Sevilla creó un poco de ilusión en la grada, pero pronto supimos que iba a pasar sin dejar huella. Sería injusto culparle por esa situación.

Rafa García (centrocampista): El ahora jugador del Alavés respondía a la perfección a ese papel de centrocampista destructor. Contaba con una dilatada trayectoria en la categoría, y se le veía un hombre curtido. Cumplió con nota siempre que tuvo minutos, y ante el nivel que mostró Seoane, solo pudo participar como titular cuando Setién decidió jugar con 3 centrocampistas y cambiar a la 4-3-3.

Álvaro Peña (centrocampista): Fue, clarísimamente, de más a menos. Llegaba de la cantera del Athletic, en propiedad, y como un hombre que abanderaba el proyecto a largo plazo que pretendía llevar a cabo el Lugo. Como mediapunta no funciona, y el técnico sigue resistiéndose a colocarlo de organizador, junto a Seoane. A día de hoy no parece nada claro que el vasco vaya a sentar cátedra a orillas del Miño, a pesar de las condiciones que tiene para ello.

Ernesto Gómez (centrocampista): Primero masacrado por Quique Setién y después sentenciado por la grada. No gustó nada el hecho de que se quedara a seguir cobrando su contrato cuando era perfectamente consciente de que no iba a participar, y a mí tampoco. Ética y moral aparte, creo que no se aprovechó su zurda de oro por los problemas personales que pudo tener con el entrenador, lo cual pone en entredicho si realmente lo que aquí prima son los intereses colectivos.

Sergio Rodríguez (centrocampista): Cantera del Betis, llegó aquí cedido como un jugador que sería bueno en un futuro no muy lejano. Lo cierto, y coincidiremos, es que no destacó sobremanera. Se le veían ciertas cosas, algunas aptitudes, pero se quedó lejos de romper y llamar la atención a pesar de que se depositó mucha confianza en él. Una nueva cesión al Nástic esta temporada hace presagiar que, como tantos otros, nunca llegará a alcanzar el nivel que pudo prometer.

Pablo Sánchez (centrocampista-delantero): No sabría muy bien cómo catalogar a Pablito sin Sangre. Anteriormente delantero, en el Anxo Carro le vimos más jugando en banda o de mediapunta, desde donde pudo anotar 5 goles. Debo reconocer que, personalmente, era un jugador que me gustaba. Siempre activo en la presión, demostró que tenía nivel para ser importante en un equipo de la zona media-alta en segunda. Una pena que se haya marchado a Australia.

Vincenzo Rennella (delantero): Estaba destinado a ser la referencia por una cuestión de categoría. La frialdad en ciertos momentos de la temporada le condenó. Rennella, cuando quiso, ganó los partidos con una facilidad casi insultante. Alto y sin embargo técnico, pronto dejó muy claro que sus pretensiones debían ser mayores. A pesar de que incluso pudo ofrecer un puntito más de compromiso, lo cierto es que nos dio la vida, y fue ese hombre al que agarrarse y que tanto echamos en falta esta temporada.

Juanjo Serrano (delantero): Acreditaba unas cuotas goleadoras en Segunda B realmente buenas con el Guadalajara. El plan era utilizarlo como revulsivo, pudiendo ocupar incluso las posiciones de tres cuartos de campo, y que aportara una buena cuota de goles por minutos jugados, pero nada más lejos de la realidad. Torpe, fallón, apático e incluso sin el nivel suficiente para jugar en una categoría como segunda división. Juanjo se marchó sin haber conseguido marcar un gol, y por aquí no se le extrañará.

Fran Sandaza (delantero): A pesar de su perfil de delantero tanque, Sandaza era sobre todo un hombre que aportaba presión intensa en primera línea y mucho esfuerzo. Más o menos acertado en el remate, su compromiso quedó fuera de toda duda, y se ganó rápidamente a la afición. Su carácter fuerte e irreverente le llevó a un enfrentamiento con Setién, que nunca perdona. En la segunda mitad de la temporada el 9 desapareció de las alineaciones, y nos quedamos con ganas de verlo cuando más adolecimos de falta de gol. Ahora disfruta de su merecido reconocimiento en el Girona, donde está realizando una campaña estratosférica.

Temporada 2014/2015

Samuel de los Reyes (defensa): La presente está siendo la peor temporada de Manu desde que tengo recuerdos nítidos del capitán. Cuando por razones casi obligadas Setién lo tuvo que sentar, Samu no estuvo nada acertado. Varios errores de bulto llevaron al lateral andaluz a perder el crédito muy rápidamente, casi sin darle tiempo a demostrar, y se marchó al ser consciente de que la vara de medir era distinta para uno y otro. Ahora nos quedamos solo con el de Ourense por la izquierda, y este fin de semana el técnico ya tuvo que colocar a Víctor Marco en el lateral. Todo una genialidad táctica, que diría Baniela.

Y hasta aquí hemos llegado. Vosotros seréis quien dicte sentencia, pero si una cosa está clara es que hay tanto luces como sombras, casi a partes iguales. Nadie tiene la fórmula secreta, y lo cierto es que un presupuesto como el nuestro limita bastante las aspiraciones en un mercado de fichajes demasiado voraz, pero sinceramente creo que hay muchas cosas que se pudieron haber hecho mucho mejor. Dicho esto, pronúnciense ustedes!

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