Bien es cierto que el domingo consumamos una victoria importantísima y mantiene al equipo a una distancia prudente (que no excesiva) del descenso. Son seis puntos los que nos separan del pozo. Dice la multitud rojiblanca que desde que regresamos a la categoría de Plata tres temporadas ha, todavía no hemos tocado puestos de descenso. No seré yo quien lo niegue, los números no me dejan, pero sí mi buen amigo Dani puso un clavo en el hielo para, por lo menos, estar todos alerta.
Yo entretanto a lo mío, del uno al once.
1 · Lejos de ser balsámica esta victoria (a mí al menos no me lo parece), el equipo de Setién suma no obstante tres puntos que sientan como ponerse calcetines secos un día de lluvia. Muy gourmet todo. Considero aún así que se antojan un poco escasos. Las sensaciones siguen estando lejos de lo que se espera. A este Recre, malogrado por sus problemas económicos, había que ganarle de otra manera más contundente, con un golpe en la mesa -palillo en boca- diciendo: “eh, cuidao que aquí estoy yo” y no a lo loco en el último instante.
2 · Creo que el problema es que no hay control de lo que se hace por nuestra parte. Recomienda siempre César Millán, encantador de perros de profesión, que a los buenos de los canes cuando están perturbados por algún motivo debe tratárseles con actitud tranquila y enérgica, y no gritando más que ellos. Esto extrapolado al entorno rojiblanco quiere decir que hay que jugar con cabeza, sabiendo lo que se hace, conociéndose a sí mismo y por supuesto conociendo al rival. Claro que está bien remontar partidos en los últimos minutos y enloquecer en perfecta comunión con la grada como llevamos haciendo últimamente, pero sinceramente, no es la manera. Creo que eso, y regreso a la metáfora de los perros, es enloquecer más que el rival y tener la suerte de marcar un gol.
3 · Porque faltó un partido, en lo que llevamos de temporada, en el que se ganase holgado, jugando bien, imponiendo nuestro ritmo, marcando dos o tres goles. Sí, en Soria marcamos seis pero sirvió para lo mismo que usar como método infalible contra la tos, rascarse el culo.
4 · Me sigue pareciendo que más que errores de juego, los hay y bastante graves (y ya no me meto a valorar nuevamente la deficiente forma física de los nuestros), son errores psicológicos. Veo a la gente nerviosa, loca, con ansia, con rabia contenida. Jugadores y grada. Malas vibraciones en general. Veo a un Manu anímicamente destrozado que ya no es capaz de tirar un penalti. Veo a Pita con la batuta de capa caída. Veo a esa gente que tenía que echarse el equipo a hombros sin fuerza, sin espíritu, sin identidad. Faltos de ansia, depresivos…
5 · Cuando el colegiado concedió la pena máxima, el hecho de ver a Manu en el centro del campo y no con el balón debajo del brazo, aparentemente tranquilo, me produjo sensaciones contrapuestas. Por un lado me gusta saber que hay gente en el equipo capaz de lanzar las penas máximas, responsabilidad y reto; pero al mismo tiempo una sensación de pena recorrió mi interior. Pita y Manu juntos, sabiendo que eran observados por el público, uno junto a otro, siendo protagonistas pero no principales… No sé, fue extraño. Eso sí, tanto uno como otro están lejos de lo que fueron. Para pena colectiva, muy lejos.
6 · Y sí, fueron (y siguen siendo) gente importantísima en la historia reciente del CD Lugo, Héroes del Carranza, como se gusta tanto denominarlos, que nos dieron muchísimo pero que ahora están aportando demasiado poco. Pero hasta ahí. No me gusta insultar a nuestros jugadores, a la gente que por un motivo u otro está defendiendo nuestro escudo. Que hay que reprobar actitudes, por supuesto, yo soy el primero en hacerlo aquí cada semana, pero después de una pitada, se debe de aplaudir y animar. Y lo sé porque el domingo lo vi, es muy desagradable y se le hace un flaco favor a los nuestros.
7 · Encima los problemas entre directiva, Saqués, López, Diputación y toda esta tropa ayudan poco a obtener sosiego. Es negativo ya no por quien se quede finalmente con los mandos del club y lo que vaya o deje de hacer, sino porque afecta a la estabilidad de una entidad que por suerte o por desgracia, siempre nadó en aguas tranquilas. Es negativo de cara a posibles negociaciones con jugadores; estamos a mitad de temporada y si no recuerdo mal sólo tenemos a dos jugadores con contrato en vigor. Es negativo porque divide al aficionado, unos con Bouso y Mouriz, otros con Tino, otros con las reglas de la empresa privada, otros con los colores y escudo, otros con nadie y otros con los dos (nos acordamos de uno que todo el mundo conoce y antes estaba a muerte con la directiva actual y ahora ya está labrando la tierra por si llega el hombre del frío (muy lícito, cuidado, a mi me da exactamente lo mismo a quien le baile las aguas)), pero el caso es que nos separa (pancarta y cánticos contra Saqués incluidos en domingo).
8 · Y en un orden de cosas más agradables, vi a Ferreiro hecho un toro. ¡Qué electricidad! Hacía tiempo que no lo veía a ese nivelazo. Desde principio de temporada, quizás. Ojalá siga así mucho tiempo más. Luís Fernández se reencontró con el gol tiempo después que además nos dio la victoria y volví a ver a Víctor Díaz en el Anxo Carro. Sigo diciendo que es una grandísima lástima el haber dejado marchar a ese jugadorazo.
9 · Dice un tío con el que coincido en el gimnasio a los mediodías que no sé cómo se llama, que él quiere ser positivo con respecto a la situación deportiva del equipo y afirma que el Lugo está sufriendo el bajón que otros equipo sufren en marzo. Me vale perfectamente y me uno a tal comentario. Quiero pensar que ahora va a ir todo rodado, que se van a acoplar los nuevos y en cuanto se recuperen todas las bajas que tenemos (mucho ánimo a David de Coz y a Jon García, nuevos lesionados) esto irá muchísimo mejor. Hay que ser positivos, hombre.
10 · A Ramón no le gusta que un delantero lleve el dorsal 3 como Pablo Caballero. Pues a mí sí me gusta. Es distinto al clásico delantero con el 9 o el 10. Me gusta, Mon y va a marcar de aquí a final de temporada 8 o más goles con ese dorsal. Van unas cervezas.
11 · Vuelvo a repetir que siempre es necesario decir las cosas, pedir un poco más e incluso enfadarse, pero tan necesario es no olvidarse de esa canción tan sencilla pero al mismo tiempo tan sentida que, cada vez que la entona todo el estadio, me pone los pelos de punta. Dice: “Échale huevos. Lugo échale huevos, Lugo échale huevos, Lugo échale hueeeeeeeevosss”.
Nadita más. Como siempre espero hayan disfrutado de este rato de lectura. Se les saluda afectuosamente, fanes, haters y demás.
¡Adelante, CD Lugo! ¡Échale huevos!