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Porno amateur en Los Pajaritos

por Denís Iglesias 21 diciembre, 2014
Tiempo de lectura: 4 minutos

* “Esta crónica es grosera e irreal, las descripciones de las jugadas son pobres imitaciones, debido a su contenido les aconsejamos que no la lean”. 

Un sábado frío prenavideño con fútbol. Así planteó cualquier aficionado lucense el 20 de diciembre de 2014. Dos horas después de hacer esta reflexión, este mismo individuo, padre de familia, o dueño de dos gatos, apenas podía comunicarse de otro modo que no fuera con tacos. De lo sucedido ayer en Los Pajaritos, uno se acordará para la posteridad. Porque hasta los lamentables macarrones con atún que te estabas comiendo cuando Iago Díaz marcó el primer gol eran más profesionales que los comportamientos vistos en un partido que pasará a la historia. Y es que las catástrofes siempre tienen un espacio reservado en la cronología de cualquier equipo de fútbol.

Todo empezó en un contexto poco alentador. El Numancia recibía a un Lugo con escasa vocación a domicilio. Pero la cosa cogió buen color con el gol de Iago Díaz a los 10 minutos de juego. El canterano aprovechó una falta de entendimiento entre Munir y Gaffoor para poner el 0 – 1. Conociendo los antecedentes del equipo de Setién como visitante, este tanto ya era para echar cohetes. Lo que nadie esperaría es que tras este vendrían otros once goles bañados en un mar de errores que no se ven ni en un Franciscanos – Maristas de alevines.

El tanto descompuso al Lugo. Como quien se toma un pincho de tortilla rancio, los rojiblancos se cagaron por los pantalones frente a un Numancia que por un momento pareció la Holanda de Johann Cruyff. Los lucenses convirtieron en estrella a Julio Álvarez, quien firmó el empate antes del descanso. Lo que pasó en los vestuarios es desconocido para todos, pero bien pudiera parecerse a un fragmento de Space Jam.

Y como de películas va la cosa, en la segunda mitad Numancia y Lugo practicaron lo más parecido a un fútbol X. Se enredaron en una orgía de goles, donde hubo sadomasoquismo por doquier, eyaculaciones con el 3 – 6 y gatillazos brutales con el 6 – 6. Lo que sucedió en el segundo acto fue bizarro y hasta censurable, un espectáculo dantesco que habría horrorizado a la mísimisima Jenna Jameson, acostumbrada a perversiones de difícil catalogación. Porno, pero increíblemente amateur.

El espectáculo comenzó con Pelayo, que puso la pica en Flandes con un gol de cabeza a la salida de un saque de esquina. Se sacudió temporalmente la presión el asturiano, al que le está costando horrores entrar en juego. Este primer escaerceo con el gol, Aganzo, que sería en el fútbol algo así como una MILF en el porno, puso el 1 – 3 tras una contra vertiginosa. Con esta distancia, el acto debería haber sido consumado. Pero todavía quedaba lo peor.

La resurrección de Aganzo animó a otro fantasma del fútbol español. Aranda salió para sacarle las castañas del fuego a su equipo y metió el 2 – 3. Entonces alguien cogió el mando de la consola y se puso a darle a todos los botones de modo random. El Lugo llegó a tener una ventaja de tres goles. Alcanzó el 3 – 6. Y si, hizo lo que nadie en la historia del fútbol español: ser capaz de meter seis tantos fuera de casa y empatar el partido.

Las jugadas de esos tantos son indescriptibles. Arcadas balompédicas cometidas por supuestos profesionales. Jugadas inverosímiles que tienen nombre y apellidos, pero de las que nadie debe sentirse orgulloso. Fue un bukkake contra el deporte, sin alevosía y con una carga de remordimientos que ha de trabajarse. Loz últimos diez minutos de partido resultaron surrealistas.

Cuando alguno ya pensaba en bañarse en la Fonte do Rei llegó de nuevo Aranda, acompañado de Enrich, para empatar el partido e incluso ganarlo. En el último lance, los locales tuvieron el tanto de la victoria, con el que cualquier hombre de bien se habría sacado los ojos. A pesar de los pesares, el Numancia – Lugo ya es historia. Por una vez dos pequeñas ciudades figurarán en el mapa futbolístico español al igualar el récord del Atlético – Athletic de la temporada 1950, cuando todavía el balón era cuadrado.

Ficha ‘técnica’

Numancia: Munir; Isidoro, Gaffoor, Juanma, Bonilla (Palanca, min. 65); Del Pino, Iñigo Pérez; Natalio, Julio Álvarez, Vicente (Braian Rodríguez, min. 74); Sergi Enrich.

Lugo: José Juan; Dalmau, Víctor Marco, Jon García, Manu; Seoane, Pelayo; Iriome (David Ferreiro, min. 82), Jonathan Valle (Álvaro Peña, min. 63), Iago Díaz; David Aganzo (David López, min. 78).

Marcador: min, 10, 0-1: Iago. Min. 34, 1-1: Julio Álvarez, de penalti. Min. 48, 1-2: Pelayo. Min. 56, 1-3: Aganzo. Min. 60, 2-3: Aranda. Min. 63, 2-4: Iago. Min. 64, 3-4: Sergi Enrich. Min. 71, 3-5: Pelayo. Min. 79, 3-6: David López. Min. 85, 4-6: Sergi Enrich. Min. 89, 5-6: Aranda. Min. 90, 6-6: Sergi Enrich.

Árbitro: Trujillo Suárez (comité tinerfeño). Enseñó cartulina amarilla a los locales Del Pino, Bonilla y Vicente y al visitante Aganzo.

Incidencias:Partido de la decimoctava jornada de liga en Segunda División, disputado en Los Pajaritos ante 1.690 espectadores, lo que demuestra que la categoría agoniza en número de espectadores. El preparador visitante Quique Setién cumplió su segundo y último encuentro de sanción en la grada del estadio soriano; lo hizo sin inmutarse ante el espectáculo. Prefirió pensar en los langostinos y El Almendro. El central visitante Pavón se lesionó en el calentamiento, y ahora debe ser el más tranquilo del vestuario.

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