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Una de cal

por Ramón Rivas 12 noviembre, 2014
Tiempo de lectura: 3 minutos

Como ayer mi “amigo” Vorga se permitió la osadía de dedicar única y exclusivamente su undecálogo a los temazos que se escucharon en el estadio antes del partido, seré yo el encargado de subrayar unos cuantos aspectos que me parecen dignos de mención. Ya que también damos caña cuando no nos gusta el panorama, hoy toca hablar en clave positiva. Dicho esto, vamos al lío.

En primer lugar, me gustó el partido de Pita. El coruñés se reencontró con sus mejores sensaciones el domingo pasado delante de la afición que le vio jugar a un nivel superlativo. Más rápido que de costumbre, gozó de esa chispa que le venía faltando en los últimos tiempos, e incluso se mostró acertadísimo en el pase. Fue el motor que distribuyó el juego en los mejores momentos del Lugo, y dejó una asistencia fabulosa para que Iago Díaz hiciera el primer gol.

Julio Camba debutó en partido oficial con una actuación soberbia. Ante las bajas de Jon García y Pavón y con un Víctor Marco todavía renqueante, Setién se dejó de experimentos y apostó por el chaval del juvenil, y yo desde aquí le aplaudo. Destacó en la anticipación, y mostró un descaro impropio de su edad, aunque no de su poblada barba. Obviando la inevitable precipitación que conllevaba su situación, supo mantener muy bien la compostura, y sin duda se ganó al público del Anxo Carro. Aunque no tengamos un filial, que sería lo más conveniente, parece que las cosas se están haciendo bastante bien en las categorías inferiores del club.

En un equipo que funcionó bastante bien como colectivo, aunque se mostró  irregular en algunas fases del encuentro, el único que desentonó un poco fue Manu. Tras ser suplente en Mallorca 4 años después, el capitán no se sintió demasiado cómodo en su vuelta a la titularidad. Dubitativo en defensa e inoperante en ataque, dejó claro que su rendimiento debe mejorar si no quiere que Samu le coma la tostada.

Salimos empanados al segundo tiempo. Sí, había que decirlo, nos pasó lo mismo que la semana pasada, aunque en esta ocasión las circunstancias nos permitieron acabar llevándonos el partido. La cosa no debe pasar de aquí, siempre y cuando esto no se convierta en tónica habitual.

Luis no jugó. El burelés, que venía siendo la principal arma ofensiva del equipo en los últimos partidos, incluso con buenos registros goleadores, se quedó sin disputar ni un solo minuto. Lolo tuvo en esta ocasión la confianza del míster, y lo cierto es que su actuación no pasará a la historia. Veremos cómo se siguen distribuyendo las oportunidades para los atacantes rojiblancos.

Los cambios funcionaron a la perfección. Valle, Iriome y Aganzo demostraron este domingo por qué vinieron a la ribera del Miño. El primero reaparecía tras una lesión, y los minutos que estuvo sobre el verde le sobraron para demostrar que debe ser la referencia del equipo en materia de producción ofensiva. El segundo siguió con su habitual estrategia de ser muy productivo. Poco tiempo le bastó para tener un mano a mano clarísimo con Nauzet y para dar una asistencia que a la postre resultó decisiva. Aganzo, por último, solamente hizo el gol, y eso es más que suficiente. Para este tipo de partidos se confió en él, y ahora falta que siga por el mismo camino.

Esto ha sido todo. El domingo recibimos al Rácing, y recemos para ver la versión buena de este nuestro Lugo que parece sumido en un constante sube y baja. Un saludo, compañeros.

Foto: Óscar Cela

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