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Una tarde cualquiera en Anduva

por Ramón Rivas 26 agosto, 2014
Tiempo de lectura: 3 minutos

Y por fin llegó el tan esperado (?) debut. Tras unos largos días, incluso semanas, en los que no se sabía ni qué día empezaría la liga ni quién sería nuestro primer rival, las aguas volvieron a su cauce repentinamente y la LFP decidió que el domingo nos tocaría viajar a Miranda de Ebro. Sin entrar en posicionamientos de ningún tipo, estoy seguro de que tanto la plantilla como las arcas del club celebraron el hecho de no tener que cruzar toda la Península en autocar para hacerle una indeseada visita al Real Murcia. “Qué bien, un viaje más corto y más barato”, pensaría Carlos Mouriz desde una terraza cualquiera en Foz al tiempo que observaba el vaivén de las olas.

Así que allí nos presentamos, sin Ernesto, misteriosamente lesionado (desde Lugoslavia creemos que la lesión incluso puede durar toda la temporada), sin Jon Ander Serantes, que está respondiendo a la perfección en su papel de tercer portero, sin David López, que poco ha podido entrenar porque recientemente ha tenido un nuevo hijo/a, o puede que sea el primero, no sé, en cualquier caso le felicitamos y todo eso, pero que se ponga a correr como el resto, y finalmente sin las nuevas incorporaciones Samuel de los Reyes, Borja Gómez y David Aganzo, de los cuales os hablaré un poquito esta semana, pero que de momento no están preparados para tener minutos, especialmente Aganzo, que ya ha comentado que viene con “4 o 5 kilos de más”. Habrá que ir a visitar Grecia, pues parece ser que no se alimentan exclusivamente de yogures.

Setién se decidió por “la doble J”, también conocido como @jjdiabol bajo palos, De Coz, Pavón, Víctor Marco y Manu en defensa, Pita y Seo en el doble pivote y Ferreiro, Iago y Jonathan Valle por detrás de Luis Fernández. En el Mirandés podemos destacar la titularidad de dos hombres que vistieron la rojiblanca como nuestro bienquerido Aitor Fernández y Juanjo, que fiel a su manera de ver el fútbol, pasó totalmente inadvertido durante el encuentro. Está bastante claro que le gusta jugar al despiste. Cabe destacar que, a pesar de todo el lío que hubo con el inicio de la competición, la presencia del equipo de Miranda de Ebro en la misma nunca pareció peligrar, y de ahí que incorporaciones de renombre como Emilio Sánchez o Urko Vera  ya lleven tiempo a las órdenes de Carlos Terrazas.

En cuanto al partido, pocas cosas podemos sacar en limpio. Iniciamos bien, con David Ferreiro y Manu muy incisivos por ambos costados y con Jonathan Valle llevando el peso ofensivo del equipo. Poco le duró la alegría, ya que tras un giro poco ortodoxo, el santanderino fue sustituido por Álvaro Peña, y a la espera de que el club emita comunicado al respecto, parece que la lesión le tendrá, como mínimo, un mes fuera de la circulación. A partir de aquí, dos disparos lejanos de Emilio Sánchez y Corral por el bando local, y otras dos llegadas peligrosas de Iago Díaz y Luis por los visitantes, es lo único que pudimos rescatar antes del entretiempo.

Tras la reanudación, más de lo mismo. Entre que el Lugo propuso tímidamente y se quedó en un querer y no poder, moviendo el balón de un lado a otro sin profundidad alguna, y que el Mirandés se contentó con debutar en casa y restar un punto al objetivo de la salvación, los minutos se agotaron y el colegiado decretó el final de la contienda. Vaso medio lleno: sumamos fuera de casa en el siempre difícil primer partido de la temporada. Vaso medio vacío: no generamos prácticamente nada ante uno de los equipos más débiles de la categoría, y la cosa debe mejorar mucho si queremos sorprender al Valladolid este fin de semana. Esperemos, por lo menos, que haya más aficionados locales que visitantes.

Foto: As

 

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