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Sudar en el Sadar

por Denís Iglesias 28 abril, 2018
Juan Carlos ataja un balón en el partido de la primera vuelta | Foto. LaLiga.
Tiempo de lectura: 6 minutos

El Sadar es uno de esos campos que hay que visitar una vez en la vida. Un feudo con más de medio siglo de historia con una arquitectura que todavía tiene al aficionado como epicentro. Campo con la grada cerca del verde, un dobladillo que ayuda a crear tensión y pasión. Esto se refuerza con la caída casi recta de las bancadas. Como los feudos ingleses auténticos, en los que todos los que cruzan los tornos son parte activa del evento.

En algunos de los asientos todavía se ve la sangre de algún gigante que tenía pesadillas la noche antes de jugar en el Sadar. Ha sobrevivido a Tercera, Segunda y Primera División, incluso alquilando su nombre a la publicidad: fue Reyno de Navarra entre 2005 y 2011. “Hasta el final, Patxi Puñal” es un cántico salido de las tripas de este templo que perdura en el tímpano de los más futboleros. Merecido homenaje a uno de los históricos rojillos que mejor referenciaba el carácter de los jugadores de Tajonar, simiente osasunista: garra y pundonor.

El Sadar es poesía sin rima que infunde respeto. Un viaje que más de un aficionado del CD Lugo tenía marcado en su calendario pero que, casi seguro, se ha pasado a cualquier otro año en el que el equipo rojiblanco muestre algún tipo de garantía previa de no ser un títere. Lo que podía ser una visita para apurar sueños se ha tornado en un presagio a distancia en el que los hombres de Francisco deberán sudar todo lo que no han goteado en los últimos partidos si quieren sacar algo positivo. Cinco partidos sin ganar y un sólo tanto que dificultan la convivencia.

Última bala para Osasuna

Las eternas cuentas de una utópica promoción ya no existen para el CD Lugo, que ha de sumar lo antes posible los puntos que cubran la salvación para evitar que el final de temporada se convierta en una relación tóxica entre jugadores y afición. Osasuna va camino también de empaquetar cualquier tipo de aspiración por volver a Primera tras haber conseguido una victoria en los últimos siete partidos. Con 53 puntos, tiene a tiro de cinco los playoffs, pero es tal el atasco que existe para lograr una plaza de privilegio (con estos guarismos es décimo) que un fallo más puede dinamitar cualquier tipo de aspiración.

A la lista de Osasuna regresan dos hombres importantes como Xisco y Borja Lasso

Como todo ex Primera, y además recién descendido, el equipo navarro partía al inicio del curso como cabeza de cartel. Algo que se amplía gracias a las ayudas que reciben los que pierden la categoría. Pero en ocasiones esto es un peso añadido que hace que cada empate se vea como un tembleque. Para este encuentro, el gallego Diego Martínez volverá a contar con la baja del defensa Carlos Clerc. Estará fuera de combate para lo que resta de temporada debido a una fractura en el peroné derecho. Sí regresan dos jugadores importantes en el esquema rojillo como el delantero Xisco Jiménez y el mediapunta Borja Lasso tras cumplir sanción.

Puede que el peso de la biografía resulte estresante para Osasuna, pero la carga también puede ser un soporte en los momentos malos. La hinchada navarra tiene claras sus ambiciones, aunque también sabe que la historia, en algún momento, los absolverá. Nada que ver con la anómala realidad de un Lugo kafkiano al que se le han salido todas las costuras. Se viven realidades cruzadas: por un lado, la cercana salvación que aseguraría un año más en Segunda en una secuencia histórica para el fútbol de la ciudad amurallada. Por otro, la desazón que han provocado los resultados recientes, con especial incidencia al empate angustioso logrado por el Lorca en la última jornada en el tramo final. El Anxo Carro no comprendió más allá de las metas que unos y otros se puedan fijar cómo un equipo virtualmente descendido dio más de sí que los locales, con la mirada y las fuerzas absolutamente perdidas.

Entre pitos y “valorar lo hecho”

La semana ha venido cargada de acusaciones veladas. De juicios dispares entre la afición y los jugadores en un momento anómalo que ha ennegrecido una primera vuelta que había hecho soñar a los 3.000 de siempre, la cifra inalterada de incondicionales que parece agrupar esta entidad. Sobre ellos recae todo lo bueno y lo malo que le pueda pasar a este equipo.

El primero en comparecer esta semana fue José Carlos. El club se ha marcado justificar su incorporación en invierno en las últimas semanas. El central debutó ante el Lorca, su ex equipo. Ha sido un secundarísimo durante toda la segunda vuelta, en la que el Lugo ha dado un notable bajón atrás. La salida de Ignasi Miquel y la baja prolongada de Campabadal han hecho que para los de Francisco sea una quimera dejar la puerta a cero. El zaguero reconocía en su primera comparecencia, sin tener en cuenta la de su presentación, que fue fichado para competir en el equipo “a medio plazo”. José Carlos evidencia que el mercado de invierno ha resultado para el Lugo una rémora, aunque en un principio, sólo por nomenclatura, fuera ilusionante.

Roberto reprochó esta semana los pitos que la afición dirigió al equipo ante el Lorca

La segunda intervención corrió a cargo de Roberto. El chantadino reprochó los pitidos que parte de la afición dispensó al equipo tras su partido ante el Lorca. El Anxo Carro es mayormente un aforo manso, para lo bueno y para lo malo, pero reprochó lo que consideró como falta de actitud. Para la grada esto no es cuestión de playoffs o de permanencia, sino de poder volver a competir. Roberto aludió a que ha de valorarse “lo hecho en estos últimos siete años”, en referencia a los cursos que lleva el Lugo en la categoría de plata, como si esta alabanza fuera incompatible con la crítica del estado presente. Una desazón por ver irreconocible a un equipo que ha pasado de medirse de tú a tú a cualquier a rival a perder toda identidad. Hace una vuelta, la afición del CD Lugo recibía con cánticos y bengalas al equipo… Qué poco y cuánto ha pasado desde entonces.

La teoría del translatlántico

Cerró el programa de declaraciones Francisco, más inquieto que de costumbre, consciente de que la dinámica reciente del equipo está desmontando el perfecto discurso que había hilado durante muchas semanas. Con todo, como capitán de la nave, utilizó la táctica de la tortuga para replegarse ante las críticas y asumió toda la culpabilidad de las últimas actuaciones. Nada novedoso en un deporte que empala a los entrenadores como causantes de todos los males. Pero para hablar de Osasuna volvió a tirar de la teoría del transatlántico que reproducen casi todos los jugadores.

Un enunciado que empieza con el clásico “Somos el Lugo”, como si esas cuatro letras impidiera revolver los preceptos como en su día hicieron equipos como el Eibar. Límites para justificar carencias que obligan a agachar la cabeza: “Tienen un presupuesto que nos puede triplicar o cuadruplicar y será un partido difícil en un campo espectacular, lleno de gente apoyando a su equipo, aunque estén pasando momentos difíciles. Tenemos que tener la ambición de competir para ir a ganar”.

Escriche se ha convertido en una necesidad compartida del primer equipo y del filial

Cierto es que en este final de temporada se está cumpliendo el dicho de que “a perro flaco todo son pulgas”, porque a las lesiones de larga duración se les han unido otros como Mario Barco o Chuli, además de casi un sancionado semanal, que dificultan la confección de una lista. En la convocatoria de 18 hombres para viajar a Pamplona vuelve estar Dani Escriche, jugador del filial que a tenor de la diezma acabará el curso casi como hombre del primer equipo. Un tapón que deja un hueco grande en el filial, que se está jugando su ascenso a Tercera, indispensable para que se mantenga vivo este proyecto.

Además de por las necesidades, Francisco no podía dejar fuera al de Burriana cuando fue el único anotador ante el Lorca. Metió la primera que tuvo en una lección de arrojo para el resto de compañeros titulares y mejor pagados. Tal fue la fuerza con la que irrumpió que en las previas de diferentes agencias sitúan a Escriche como titular por delante de Cristian Herrera. Si el Polvorín no tuviera un final de exigencias como el que le espera, estos últimos encuentros serían ideales para que jugadores como Luis Díaz o Pedro López, al que varias incorporaciones cortaron su progresión, tuvieran minutos. Incluso sería digno volver a ver a un Adrià Carmona que esta semana volvió a retirarse antes de finalizar uno de los entrenamientos, en lo que ya parece ser una situación de pánico.

La continuidad de José Carlos en la convocatoria ha dejado fuera a Luis Muñoz. También se ha quedado fuera Luis Ruiz por lo que Álvaro Lemos será titular en detrimento del sancionado Serge Leuko. Nueva oportunidad para el santiagués, cuya incorporación en invierno fue tomada como soplo de aire fresco. Su magnífica temporada hace dos cursos en Lugo seguía en la retina de seguidor rojiblanco, que ha visto este año un jugador muy por debajo de aquel nivel. La vida sin Seoane tampoco parece soportable. Uno de los hombres que nunca han faltado a su compromiso y que la semana pasada se quedó de inicio en el banquillo. Salgan los que salgan tendrán que cumplir la misión de sudar en el Sadar si no quieren convertir el final de curso en una sala de espera para desintoxicarse.

Ficha del partido:

Osasuna (10º, 53 puntos) – CD Lugo (12º, 49 puntos)

Jornada 37 en Segunda División. 

Sábado, 28 de abril de 2018. 18:00 horas.

TV: LaLiga TV.

XI probable Osasuna: Sergio Herrera; Lillo, Unai García, Aridane, Oier; Lucas Torró; Rober Ibáñez, Borja Lasso, Fran Mérida, Kike Barja; y Xisco.

XI probable CD Lugo: Juan Carlos; Álvaro Lemos, Bernardo, José Carlos, Kravets; Seoane, Azeez; Iriome, Campillo, Fede Vico; y Escriche.

Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco).

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